26 de agosto de 2019

LA SIERRA DEL RINCÓN


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                                   LA SIERRA DEL RINCÓN

INTRODUCCIÓN:

Hola, a todas/os:

Por si os parecían muchas las malas noticias de este verano: que si incendios en el Amazonas, en África o en Canarias, por mentar algunos. Que si cada vez más parejas se conocen por Internet. Que si los calores no cesan Que si el loco Bretxi del no menos loco Johnson y hermano gemelo (es un decir) del Trump y ambos, con el pelo amarillo, liándola parda a base de trolas, pero en fin, hay que aceptarlos porque la sabia voluntad popular a través de las urnas los ha elegido libre y democráticamente. 

Como dice el escritor David Torres: <Que el comunismo no fuese la solución no quiere decir que el capitalismo no siga siendo el problema>.

Pues todo es empeorable ya que, hay una nueva entrada en el blog de Rebocato que se anuncia como: “La Sierra del Rincón” y no nos referimos a la sierra que tenia nuestro labriego castellanoviejo (tipo como la de san José Carpintero) colgada en la parte superior de un rincón de la cuadra de los machos (Terevinto y Cutepla), pendiendo de un largo y herrumbroso clavo clavado en un cabrio rodeado de telarañas.

En dicha entrada se comenta lo que le acontece a Rebocato por la sierra de marras y no nos referimos a la de san José ni a la de nuestro labriego. Hay aventura (piraguas surcando el río Lozoya), suspense por los 400 pavos (no nos referimos a las galliformes de mocos y corales colgando), que nuestro amigo daba ya por perdidos. Judiones. Pavos reales. Borbones. Trampa para cazar codornices. Hayedos. Boñigas de vacas que brillan por su ausencia (las vacas), y otros testamentos que ahora no vienen a cuento el mentar porque si no para que leer la parrafada anunciada.

PD.-  Dicho sea de paso, Rebocato jamás había oido hablar de la Sierra del Rincón (si de las vecinas de esta: las sierras de Guadarrama y de Ayllón), a pesar de que no pilla tan distante de nuestro pueblo castellanoviejo y nuestro amigo en sus viajes de la capital al pueblo y viceversa, ha pasado a su lado <cienes y cienes de  veces> (como diría el J. Sabina).

Hasta la próxima.


       UNA DE PIRAGUAS:
  
 Resultó que, nuestro amigo Rebocato y su contraria decidieron pasar unos días cencerreando por los pueblos de la madrileña Sierra del Rincón, la cual se encuentra acompañada por sus vecinas Sierras de Ayllón y de Guadarrama. Bonito trio.

 Se instalaron a mediodía en un hotel de la agradable población de Buitrago del Lozoya. Comieron, y después decidieron hacer un recorrido en piragua por el río Lozoya que circunda esa localidad amurallada.

   Una vez llegados al punto de embarque de piraguas y canoas  un joven empleado –previo pago del viaje a realizar, y eso que, encima, uno mismo tiene que propulsar la piragua a golpe de remo– les asignó la piragua y les entregó los salvavidas, los remos y un cubo hermético de plástico. Rebocato le pregunta al muchacho que si el recipiente es para depositar los vómitos (por los posibles mareos a causa de la travesía fluvial) y el  otro le contesta: "no hombre nó, eso es para meter los enseres personales con el fin de preservarlos del agua" y nuestro amigo añade: "¡Ah! por si los naufragios....". 

  Previamente se desprendieron de la ropa de verano (la cual dejaron aparcada en unos vestuarios abiertos al público y sin vigilancia alguna como comprobarian después) con la intención de quedarse, nuestra pareja, en bañador para efectuar la ruta. 

  Al subir a la piragua Rebocato se percató de que no se había quitado el pantalón corto, por lo que, ni corto ni perezoso, se despojó de él (menos mal que, debajo de esa prenda, tenia un bañador que continuó en su sitio) y en el mismo muelle de las piraguas, y canoas, entregóselo –para que se lo guardara– al joven empleado que les facilitó la piragua y los cachivaches para navegar. 

  Tras una media hora de cabotaje por el río de marras, nuestra pareja hizo un receso en pleno cauce con el fin de recuperar el resuello y, de paso, aprovechar para comprobar, en el encerrado móvil dentro del cubil de plástico, la hora actual para el calculo de regreso al embarcadero y así no sobrepasar el tiempo acordado para la torna y entrega de embarcación y bártulos, por lo que Rebocato dejó el remo centrado y atravesado sobre la piragua; desenroscó la tapa del cubo de plástico que contenía sus enseres personales y diose cuenta de que en el interior no estaba su cartera de bolsillo con los pertinentes: carnés, tarjetas de banco y 400€ en efectivo –que había sacado de un cajero automático para hidratarse a base del consumo, y pago, de cervezas en tabernas, por los calores del duro estío– lo cual le provocó, a nuestro amigo remero ocasional, una sensación como de que estaba tonto de remate. 

   Dudó si decírselo o no –lo de los 400 pavos abandonados a su suerte, lo de tonto de remate ya lo sabe de sobra su elegida– a su contraria, con el fin de tratar de evitar el escarnio por parte de ella, pero por reminiscencias religiosas de nuestro amigo de cuando era creyente (actualmente no lo es, de momento) optó por comunicárselo ya que, recordó –de la catequesis que recibía  antaño en la iglesia de nuestro pueblo castellanoviejo los domingos por la mañana después de la Santa Misa– que por omisión también se podía, y se puede, mentir. 

   La fémina, conociéndole desde hace más años que los del total que dirigió nuestros destinos, nuestro “vigía de Occidente” –que ya es decir– optó por tirar de ironía: “Menos mal que eres planificador y metódico, y que no me ha ocurrido a mí lo de la cartera olvidada. Je, je, je, nada menos que 400 euros….Estás tú listo, majo”. Ante tal argumentación, Rebocato opta por hacer mutis por el foro.

   Durante la parada pseudotécnica nuestra pareja observa que en la ribera del río la “juventudbaila” campa por doquier a sus anchas en grupos, manifestando una gran algarabía a la vez que oyen música variopinta enlatada, montando por ello una escandalera considerable ignorando que eso no es muy ecológico por el tema de la subsistencia, bajo las aguas, de: las insustanciales truchas sin jamón en tripa, los barbudos barbos, las espinosas carpas, las culebrillas de agua asusta mujeres (por la que nos lió Eva en su día, con perdón), etc. 

   Los muchachos más osados de la "juventudbaila" –que se creen inmortales, por la edad que calzan– se suben a una alta roca desde la cual se lanzan al cauce del río de cabeza, con el fin, barrunta Rebocato, de impresionar a las adolescentes acompañantes. Rebocato rezuma para sus adentros que poca ayuda hacen a la equidad el sector fémino, ya que, no guipa muchacha alguna que ose lanzarse de cabeza desde las alturas rocosas. Así no alcanzamos la igualdad de género. 

  A Rebocato le viene a la memoria aquello de: "cuando era joven la vida era condenadamente maravillosa" que cantan Supertramp en la canción "The lógical song". En fin: que bonito es ser joven.



     Pie de vídeo.- "The logical song" con subtítulos en castellano.


  Con el resuello recuperado, nuestros dos argonautas continuan dándole al remo y, a la hora fijada de antemano, ya están de regreso puntual en el embarcadero.

  Ya pisando tierra firme, Rebocato pregunta al empleado que donde ha puesto sus pantalones cortos (reseñar que, años ha, cuando empezó la tonta moda de ponerse en verano de pantalón corto –cosa que hacen, hoy en día, hasta los abuelos de 90 años o más– Rebocato lo criticaba porque decía que en los pueblos si uno no era niño no podía ir en pantalón corto porque te picaban las moscas en las canillas –nada que ver con las espitas de las cubas del vino cosechero– y, además, te ladraban los perros; y, paradojas de la vida, ahora va él tan campante con ellos puestos), el cual le indico el habitáculo de puertas abiertas y sin control alguno con ropas de verano variopintas y calzados varios de los piragüistas, dejados sobre unas estanterías aparentes para el caso, diciéndole que se sirviera el mismo. Rebocato localizó su pantalón y resto de ropajes y, con el corazón a cien –o ciento diez– palpó los bolsillos laterales de su pantalón corto y notó que la cartera estaba en uno de ellos; otra cosa es que la pasta continuara dentro, porque, visto lo visto, allí podía acceder cualquiera sin traba alguna “como Pedro (no nos referimos al Sánchez, que puede que también) por su casa”.

  Sacó la cartera (esta perfectamente podría haberse caído –cuando el empleado acarreó el pantalón en su mano para guardarlo– en el trayecto desde el embarcadero hasta el vestuario) del bolsillo y con gran alivio comprobó que los 400 pavos estaban en la cartera, y no eran falsos.

   Nuestra pareja se viste y Rebocato se dirige al muchacho que les atendió durante el embarque –acarreo incluido de pantalón corto con cartera y 400 pavos, al vestuario de puertas abiertas– y desembarque, y le cuenta lo de la cartera, y que ni esta ni el dinero se los han distraído cambiándolos de bolsillos y de dueño, y, añade que, caso de no haber aparecido la cartera no habría tenido mas remedio que poner una denuncia para justificar la sustracción de su documentación y tarjetas bancarias. Acto seguido, le alargó un billete de 10€ (de curso legal) al empleado muchacho para que, este y su compañera empleada de piraguas, se tomaran unas birras a la salud del de los 400 recuperados y nunca perdidos. El joven embarcador (que no embaucador) se resistió a tomar el billete, pero al final, ante la insistencia de Rebocato (sin llegar a las manos) lo trincó. Lo de que se tomaran las potenciales birras posteriores lo ignoramos.



   LOS JUDIONES:

   A la mañana siguiente nuestra pareja se dirigió al pueblo de Horcajo de la Sierra, un lugar bastante majo con unas casas de piedra que da gusto verlas. Luego fueron a otra localidad serrana que atiende por el nombre de Montejo de la Sierra para, en el Centro de Información de allí, confirmar la visita al Hayedo de Montejo que previamente habían reservado días antes por Internet con fecha para la misma tarde de ese día de marras. La amable y simpática muchacha de la recepción del Centro, después de una amena conversación con nuestro amigo, no se quiso mojar (cosa normal y lógica, representa al municipio) cuando Rebocato le insinuó que si les recomendaba algún sitio del pueblo para comer.

   Cuando salieron del Centro vieron a dos operarios municipales de limpieza y nuestro amigo les indagó sobre si se mojaban para indicarles algún local de restauración para zampar en esa localidad. Uno de ellos les recomendó un mesón (esperemos que el Ayuntamiento no nos lo despidan por decantarse, a la hora de tomar partido e informar, por un lugar de hostelería a dos visitantes extraños y de paso poderse enemistar con el resto de restauradores del pueblo). Agradeciéndoles la información nuestra pareja se encaminó hacia el lugar indicado.

   Una vez acomodados dentro del local, un camarero les facilitó sendas cartas (no para escribir a los Reyes Magos, ya que acabamos de pasar el mas tórrido mes de julio desde que se tienen estadísticas de temperaturas) y Rebocato lee en su carta que hay “judiones de La Granja”. Rápidamente, él, los relaciona con los judiones de La Granja de San Ildefonso, una localidad, no tan lejana de nuestro pueblo castellanoviejo, famosa –aparte de por sus judiones– porque nuestro primer Borbón que atendía por Felipe V mandó construir el palacio, fuentes y jardines, réplica –guardando las distancias– del palacio y jardines de Versalles (por donde anduvieron Rebocato y señora perdiendo el tiempo en la Navidad del 83). Entonces Rebocato indaga al camarero con el fin de que le aclare si esos judiones son auténticos de La Granja de San Ildefonso o un vulgar plagio. El camarero le dice que desde hace al menos 100 años vecinos del lugar (madrileños –aunque vecinos de Segovia y Guadalajara– chulos como ellos solos, los madrileños) trajeron los judiones a ese pueblo y que los plantaron en las tierras de allí y hasta hoy en día, cosechando. 

   Nuestro amigo le dice que si pagaron derechos por producir un producto original y famoso de las vecinas tierras segovianas. El camarero, que permanece impasible el ademán (menos mal que no hay mucha gente en el restaurante a pesar de estar a primeros de agosto), bolígrafo y libreta de apuntar menús en mano y apunta a Rebocato que, en aquellos años, él no cree que hubiera tanta tontuna con las transacciones comerciales –legales o no– como hoy en día. Rebocato le da la razón y pide de primero judiones aunque sean tatarabuelos de los originarios de La Granja traídos desde allí hasta aquí, ignoramos si por voluntad propia de los judiones segovianos de antaño, no obstante, el camarero antes de retirarse le suelta a Rebocato que si tenemos judiones en España es porque los trajimos de la America que descubrió el genovés Colón (ahora “catalán”, al igual que Cervantes, santa Teresa de Jesús y puede que pronto hasta el mismísimo caudillo lusitano Viriato, un conocido antiimperialista que daba la tabarra –sin necesidad de Blog y con el consiguiente ahorro de pagar fibra óptica tontamente– a la imperial Roma): 
https://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2018-07-17/independentistas-teoria-colon-catalan-congreso-historia-america_1593532/),
y que Isabel de Farnesio –segunda esposa de Felipe V– los utilizaba para alimentar a sus faisanes. Al oír esto a Rebocato se le queda cara de pavo porque ignoraba ese acontecimiento, y piensa que lo mismo el camarero le está vacilando (ya se sabe como es la gente de Madrizz aunque sean de pueblo), entonces dice que se va al baño, alegando "que si la próstata" (no padece de ella pero, a veces, recurre a esa treta, aduciendo que la soporta, para escurrir el bulto en momentos de atolladero y así poder ganar tiempo para buscar una alternativa  que le ayude a salir del paso). 

  Nuestro amigo se encierra en el servicio (que no con el personal de servicio) del mesón, tira de móvil, va a la Wikipedia y escribe en el buscador: “Judión de La Granja” y le sale lo siguiente:

<La judía fue traída de América y utilizada por Isabel de Farnesio (mujer de Felipe V) para alimentar los faisanes que cuidaba en los jardines de la Granja de San Ildefonso. Esta judía se cultivó en los huertos cercanos y fue poco a poco siendo empleada como forraje para caballos y posteriormente como alimento humano. Las judías eran de color oscuro y fueron aclarándose a lo largo de los siglos hasta poseer el blanco actual. Suele haber una fiesta conmemorativa en la Granja, en torno a los judiones, el día 25 de agosto, día de San Luis>.

   Rebocato apaga el móvil, pulsa con el codo el botón de descarga de agua de la cisterna para justificar que ha miccionado y, sin necesidad de lavarse las manos, retorna a la mesa. Mientras toma el aperitivo con su pareja esperando, ambos, el primer plato observan los cacharros antiguos (esos cachivaches son la debilidad de su contraria) del restaurante expuestos en las paredes en repisas y alacenas, a saber: jarros, cántaros, ollas, pucheros, vasijas, platos, tazas, cazos, etc. y nuestro amigo repara su atención en un artilugio de madera bastante simple: un par de tablillas y cuatro palos paralelos dos a dos: 




   Pie de foto.- He ahí, arriba, el cachivache.

    Cuando vuelve el camarero con los platos, nuestro amigo le dice: yo soy de un pueblo castellanovejo distante a unos 50 Km. de aquí y no tengo ni la más remota idea de para que sirve este artilugio –lo señala con la mano–. Pacientemente, el empleado –que rondará la sesentena– le dice que es un chisme (esta palabra se utilizaba mucho, antaño, en nuestro pueblo castellanoviejo y hoy en día, lamentablemente, está prácticamente en desuso) para cazar codornices y acto seguido le explica su funcionamiento: 

   “El aparatejo se colocaba encima de un hoyo que se hacía en el sendero de paso habitual de las codornices y se disimulaba con hierbas. Al pasar la codorniz pisaba sobre el artilugio, las dos tablillas –que disponian de un resorte– cedían por el peso de la gallinácea y esta caía al fondo del agujero. Las tablillas volvían a su posición inicial impidiendo la salida del ave" (no confundir con el tren de alta velocidad de la estación de Renfe). 

   Al acabar de oír la historia Rebocato le dio las gracias al camarero y caviló para sus adentros:

   -Vaya, nos ha salido un camarero enteradillo.

   Acto seguido miró en la carta si de segundo plato había codorniz, mas que nada para no pedirla. No le gustan las trampas ni tan siquiera el actor Doug McClure (aunque parecía buen chico, pero lo mismo se pasó la vida fingiendo –que diría el amigo, jefe antaño de Rebocato– y, claro, con ese sustantivo...tan tramposo) ya fallecido y conocido como «Trampas» en la serie de televisión El virginiano, de la década de los 60–.  Acto seguido pidió de segundo un entrecot.

   Finalizada la comida Rebocato y contraria se levantan de la mesa y se dirigen a la barra para pagar. Al  pasar entre las mesas Rebocato dice  a los comensales de la primera mesa: “Bon profit” y a los de la mesa siguiente: “Bon día”. Eso sí, con su mano derecha metida en el bolsillo acariciando su DNI, pues teme tener un posible lío con algún intolerante mesetario que le tome por un potencial separatista del litoral Este, en ese caso tiraría de carné para demostrar que él es de ascendencia castellanovieja y que sus frases las ha lanzado para potenciar los idiomas de la piel de toro y demostrar que defiende aquello de: “que bonito es saber idiomas”.

   Una amable y simpática lugareña castellanomanchega  que come en una de las mesas del mesón, al decirle Rebocato "bon día" ella contestó –en un perfecto castellano aunque sin llegar al nivel del que se habla en nuestro pueblo castellanoviejo, debido a que denotaba un cierto deje procedente de la Alcarria–: "Dios nos los dé buenos". Lo que viene a demostrar que, los planes de estudio de inmersión lingüística de nuestras autonomías bilingües, están dando sus frutos a la hora de potenciar nuestras lenguas madres de cada sitio y lugar del Estado este en el que estamos.

PD.-  Ya saben nuestros lectores que todas las lenguas romances de España –o del Estado– (excepto el euskera, que ni se sabe de donde viene –los de Bilbao y aledaños son como son, pues–) y de muchos países de Europa son latín mal hablado.

   En el mostrador Rebocato paga la cuenta con tarjeta para así facilitar que el camarero se quede sin propina, por “sabelotodo” y porque es uno de los dueños del negocio, según el mismo les confesó anteriormente durante las pláticas en el tiempo de apunta menús. 

   La contraria de nuestro amigo se enfada con este por no haber dejado propina alguna ya que, a su parecer, el camarero ha estado atento, servicial y correcto dando explicaciones a las preguntas de ambos.

   En fin, consecuencias de los efluvios etílicos del vino de la comida. Conducirá ella, Rebocato (un hombre avanzado a su tiempo por lo que respecta, y respeto, a los cambios sociales) piensa que hay que ir delegando funciones en las féminas con el fin de tratar de alcanzar la igualdad de género. 

   Llegan a su automóvil (antes se encuentran el “banquito de pensar” con el pensador sentado, pero esa ya es otra historia, ya contada en este mentidero) y se encaminan hacia el Hayedo de Montejo.



   EL HAYEDO DE MONTEJO:

   Rebocato y señora, una vez subidos al coche y haciendo un trayecto de unos 8 Km., han llegado al Centro del Hayedo (nos referimos a la recepción, no al centro del hayedo en si).

   Faltan 20 minutos para iniciar la visita guiada acordada y en el Centro hay dos chicas guías (delatadas por sus vestimentas) sentadas a la sombra en el porche del edificio del Centro. Nuestra pareja las saluda en castellano (no quieren caer en provocaciones lingüísticas con los/as mesetários/as) y entablan conversación (en el mismo idioma) con ellas preguntando que cuantas personas van a integrar el grupo de visitantes. Una de las guías dice que 13, a lo que Rebocato contesta que mal fario. La guía dice que si es supersticioso y que si ello es por los 13 (Jesús y sus 12)  de la Última Cena. Nuestro amigo le contesta: "que nó, que no soy supersticioso porque dicen que da mala suerte serlo y que es por mi padre" (nuestro labriego castellanoviejo, ya fallecido el año de las olimpiadas de Barcelona cuanto todo el Estado fue una piña con la Ciudad Condal y esta quedó guapa, guapa de verdad). Y la guía: "¿por tú padre?". Y Rebocato: "sí, porque cuando yo nací y pasé a ser el hijo nº12, nos dieron el primer premio de natalidad de la provincia y, año y medio después, vino al mundo el hijo nº13 y lo del actual lema de: <España suma> del líder Casado del PP, no funcionó entonces, y nos concedieron el 2º premio lo que fue un agravio comparativo considerable para mi padre y su prole, y que desde entonces, barruntamos que, cogió (el padre) aprensión al 13 (al número, no al hijo) y ya no tuvo más hijos, aunque no sabemos si fue por eso, lo de no tener mas retoños, o por imperativo legal a causa del inexorable paso del tiempo por el cuerpo de su prójima".

   Van llegando los visitantes y la guía dice: "ya estamos todos, comencemos la excursión facultativa". Rebocato aliviado (ha contado visualmente a la tropa) dice: “¡Uf!, menos mal, al final somos 14”. A lo que la guía le contesta: "somos 13 porque mi compañera no viene con el grupo ya que se queda aquí controlando en recepción". Ante esto Rebocato cruza los dedos disimuladamente. 

  La contraria de Rebocato, recordando antecedentes de este en otras visitas guiadas, le advierte: “durante la excursión no empieces a hacerte el gracioso con la guía, que te conozco”. Y Rebocato: “ya, ya, no hay cuidado”. (Ver la entrada de este blog "Rebocato en Huelva 1ª parte", apartado: "Doñana y la guía, que no se llamaba Ana").

  Con todos los visitantes reunidos a píe del edificio del Centro del hayedo la guía enseña al grupo el siguiente cartel expuesto en la fachada:



Pie de foto.–  Panel que muestra los hayedos distribuidos por Europa incluido, claro está, nuestro Estado (España, con perdón).  Rebocato a la vista del cartel piensa lo que pensaría un pirado pirómano al observar el panel: "cuanta faena por hacer"

  La guía explica a los integrantes del grupo la ubicación de los hayedos en Europa y apunta que el mas meridional está en Sicilia y que por ello es un caso curioso (lo de la meridionalidad del hayedo siciliano)”. Nuestro amigo comenta que, años ha, en Italia, algunos pícaros (no hermanos de él) agricultores instalaron olivos de cartón piedra sobre terrenos áridos para después hacerles fotos aéreas y de esa manera cobrar las subvenciones que otorgaba la Comunidad Europea a los propietarios de olivos auténticos. La guía contesta que no cree que los hayedos sicilianos sean de cartón piedra.

  He aquí el enlace que da fe del fraude italiano de los olivos de cartón piedra:


   Inicia el grupo la ruta a pie introduciéndose en el hayedo por un sendero del que, según advierte la guía, no hay que salirse para no perjudicar a la flora ni a la fauna. Rebocato tira del truco de la próstata para ver como respira la guía y esta le da permiso para salirse del sendero y miccionar detrás de un haya, caso de que le surja la urgencia. 

  También, la guía, les advierte de que no levanten piedras ni ramas secas para no molestar a los bichitos que residan debajo. Y Rebocato: “A mi, en mi pueblo de pequeño, estando cencerreando por el monte,  jamás de los jamases se me ocurría levantar piedra –no soy vasco– alguna, ni hurgar en los tomillos, porque podía haber debajo alacranes resguardándose del implacable sol mesetario y al levantar la piedra te atizaban un picotazo que te producía un dolor de la órdiga y bailabas el baile de San Vito pero en plan heavy metal, y si tu padre andaba rondando cerca, para aliviarte, lo mismo te metía un mosconazo, no por haber tratado de molestar a los bichos, sino por perder el tiempo a lo tonto”.

   Siguen andando en fila india sin salirse del sendero y Rebocato ve boñigas de vacuno por doquier y pregunta que si hay bovinos por allí, porque las plastas no las traerán a posta para ponerlas de adorno, digo yo. Y la guía: “son de las vacas de Guadalajara”. Y Rebocato: “¿de Guadalajara ….y que hacen en la comunidad autónoma de Madrid?”. Y la guía, armándose de paciencia: “¿ves ese riachuelo con una de sus orillas con palos y alambres? es el río Jarama y hace de frontera a lo largo del hayedo entre el término de Guadalajara y el de Madrid. Las vacas son de Guadalajara y hemos puesto alambres electrificadas a lo largo del río para que no pasen a nuestra parte, pero a veces tumban los alambres y cruzan el riachuelo, hacen lo que quieren y no podemos hacer mucho al respecto para evitar la invasión”. Y Rebocato acordándose de las actuales medidas políticas de inmigración de Tramp para con los hispanos: “pues ni que fuéramos hindúes, yo cuando era pequeño y me tocaba cuidar de las vacas lecheras del vecindario (se turnaban los vecinos propietarios de ellas) para que carearan en las dehesas del término de nuestro pueblo castellanoviejo, recuerdo que los vaqueros ocasionales disponíamos de un buen garrote para educarlas; por otra parte os están poniendo el hayedo todo perdido de plastas y la que caiga encima de un insecto y familia no les arriendo a estos las ganancias”. Rebocato añade: "El Jarama" gran novela de Rafael Sánchez Ferlosio que se editó el año en que nací yo, aunque no creo que fuera en homenaje por mi venida al mundo acontecida en mi pueblo castellanoviejo".

   La guía mira a Rebocato como diciendo: "pues te podías haber quedado allí, majo", y retoma la charla y dice que el río Jarama tiene unos 190 Km. de longitud. Y Rebocato: “Pues a mi me da la impresión de que tiene mas kilómetros de longitud que litros de caudal de agua, y que, claro, las vacas, caso de aparecer por el sendero, nos obligarán a salirnos de él y está prohibido el hacerlo para no perjudicar a la fauna y a la flora”. 

  Al sentir de Rebocato, a la sufrida y amable guía ya se le va poniendo cara de arrepentimiento por haber dicho al inicio de la ruta aquello de: “durante el trayecto no os importe el exponerme cualquier duda que tengáis”.

   Después de unas dos horas de paseo y disertaciones, la amena y didáctica excursión se da por finiquitada sin más cosa de sustancia que mentar. Rebocato respira aliviado (observa que a la paciente guía también denota alivio) y dice: “afortunadamente ni las vacas guadalajareñas invasoras, ni las dañinas alimañas moradoras en el hayedo, han hecho acto de presencia; ni he pisado boñiga alguna; tampoco ha habido que salirse del sendero por asuntos de urgencia de la pertinaz próstata (supuesta), para bien de los bichitos”. 

    La guía dice a los visitantes que tienen que volver a visitar el hayedo en otoño para que disfruten del contraste de coloridos de la vegetación existente para entonces. Rebocato piensa que, mejor no tentar a la suerte no sea que uno acabe corneado por una vaca castellanomanchega.

   Con grandes sonrisas y cumplidos de agradecimiento se despiden los visitantes de la guía y se encamina cada mochuelo a su olivo, ¿o es a su haya?

     
        HistoriasdeRebocato@agosto-2019

19 de agosto de 2019

EL PENSADOR Y VILLATRIPAS

       

              EL PENSADOR Y VILLATRIPAS:


     Hallábase nuestro amigo Rebocato callejeando por Montejo de la Sierra que es un bonito pueblo de la madrileña Sierra del Rincón (no confundir con las sierras de Badajoz y Arizona que atienden por el mismo nombre) resultando que, encontrose a un desconocido lugareño sentado en un aparente y austero banco (de sentarse) público meditando (el lugareño, no el banco) y al verle como en un estado de trance, al sentado, y a pesar del riesgo de poder tener un lío (no amoroso) con el pensador sentado, decidió plasmar la instantánea para la posteridad. Hela aquí:




Pie de foto: Hete aquí al pensativo serrano marcándose una pose que manifiesta un mal plagio con respecto a la pensativa escultura famosa de Robin, aunque tampoco queremos insinuar que el posador/ pensador piense menos que la famosa escultura; y tampoco pretendemos provocar que los lectores más retorcidos de este blog –social y políticamente hablando– piensen que el color de las letras plasmadas en el respaldo del "banquito" sea un guiño a la causa de los encausados políticos –de una Autonomía del litoral este del Este de este País– los cuales, entre otros aconteceres, a la hora de referirse a España prefieren decir Estado (de momento, que sepamos, nadie niega que todos los habitantes de las 17 Comunidades Autónomas del Estado español somos terrícolas, pero no demos ideas). Lo de los colores blau-grana que rodean a las letras y que recuerdan a los impresos en la zamarreta del equipo ganaligas y pierde Champions, ya es otra historia (perdón a los amigos culés de Rebocato). También aparece el ecológicó color verde. Por otra parte las patas (las del banco, no las del pseudo pensador) también están bajo sospecha, ya que, aparece en ellas el color morado de la bandera republicana española, y a su vez: color del partido de los Podemitas, color de la diversidad y color del orgullo, dicen.

PD.- No queremos pensar que, bajo ordenanza municipal, sea obligatorio rasurarse la chola para poder sentarse en el "banquito de pensar" y, lo más grave: tener que hacer como que se piensa.


   Luego dirán que, en este País, los pensadores huyen al  extranjero y/o a las grandes ciudades. El hombre se encuentra  (aparte de sentado) en posición imitadora (guardando las distancias, claro) de la archiconocida escultura: “El Pensador” de Rodin. Una lastima que, con respecto a su imitación de la pose de la escultural escultura original, el codo del brazo derecho del lugareño esté apoyado en la pierna equivocada –o lo mismo, este pensador rural, es de derechas y nos lo esté insinuando con este gesto– y que sea manco de la mano izquierda, lo que vendría a confirmar esa supuesta tendencia política, al ser capaz de prescindir –ignoramos si voluntariamente o no– de ella y por lo tanto no poder posarla, tal y como se aprecia en la estatua, sobre la misma rodilla que el codo, aunque podría haber apoyado el muñón para aportar mas realismo a la escena. Pero, en fin, no pidamos peras al olmo: estamos en un pueblo. Tampoco queremos decir que en nuestros pueblos no existan, y moren en ellos, grandes pensativos y puede que sin llegar a darse estos importancia alguna. 




 Pie de foto: El pensador de Rodin el cual da la impresión de que, a pesar del mucho pensar, está un tanto verde aún.   


     Todo esto le vino a recordar a Rebocato el bareto –de los años de nuestra Transición política y hoy en día cerrado– llamado “La Mandrágora” que estaba ubicado en la Cava Baja de Madrizz capital, en el cual actuaban el Javier Krahe, el Joaquín Sabina y el Alberto Pérez y en concreto a la canción de “Villatripas” que la cantaban ellos y que se expone a continuación en el siguiente video:




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      Pie de vídeo: He aquí el trío, y no el de Las Azores, precisamente. Dos de estos de este último trío, años después, acabaron reconociendo su error por organizar la Guerra de Irak basándose en las inexistentes armas de "destrucción+iva". La excusa era el negocio del petróleo. Adivinad quien de los tres "azorianos", a día de hoy, aún no se ha  apeado del burro.


    En dicha canción se cuenta la comparación y competición entre dos pueblos a causa de una inicial escultura de la Venus Afrodita (de mármol alabastro) en Villatripas de Arriba y réplica (para contrarrestar el agravio) con una moza (de carne y hueso) en el pilón en Villatripas de Abajo, con el consecuente desencadenante final de la victoria moral, y carnal, de Villatripas de Abajo. En fin, se viene a demostrar el dicho que dice: “La carne es débil” , y, además, que somos un país de sucesivas, y continuadas en el tiempo, guerras civiles a lo largo de nuestra histérica historia. Tiempos aquellos en los que en los pueblos a los forasteros se les echaba al pilón (a veces con el agua congelada) "por un quítame allá esas pajas" o , mas bien, "por un quítame allá esas mozas".

   Y como finaliza la canción de marras: "...que en lo tocante a erecciones, la Jacinta en el pilón... Matarilerilerón".

   Recapitulando, en esta historia: ni el pensador humano, ni el pensador pétreo, ni el banquito de pensar,  ni la Afro...leches son los triunfadores, la ganadora de verdad es: "¡La Jacinta mucho más!"


         HistoriasdeRebocato@Agosto-2019

13 de junio de 2019

DE PURÍSIMA Y ORO (Segunda parte)






         "DE PURÍSIMA Y ORO" (Segunda parte)



          Mensaje enviado por correo electrónico a los lectores de este Blog:

      <Hola, queridos/as lectores/as sufridores/as:

    La segunda parte de “De Purísima y oro” está recién sacada del horno y puede que les queme tanto a los protaurinos como a los antitaurinos, es lo que tiene la tauromaquia siempre genera polémica, pero si esta entrada consigue enfadar a ambos bandos quiere decir que hemos conseguido poner de acuerdo a dos grupos de personas/os antagonistas/os ¿qué es eso de tratar de contentar a alguien? Hay que ser realista (perdón a los republicanos) ya que, la vida es muy dura y siempre hay que esperar lo peor, ya sabéis que un optimista es un pesimista mal informado.
   No nos extendemos más porque bastante faena tienen por delante los que sean capaces de leer y digerir esta segunda parte de marras.

    ¡Suerte, vista y al toro!

   A 13 de junio de 2019. (Festividad de San Antonio de Padua, fiestas menores en nuestro pueblo castellanoviejo).


P.D.- En el envío del correo de la Primera parte, anunciábamos que eran vísperas de Elecciones varias. A la vista de los resultados, en Madrizz algunos pueden volver a cantar aquella la canción de la Celia Gámez: “Ya hemos pasao”, caso de que se hubieran ido>.

                         


                 SEGUNDA PARTE: MANOLETE


Enseñando las garras de astracán:

    Nada que ver con la novela urbana “Garras de astracán” del Terenci Moix, la cual denota moderneces de las potenciales mujeres innovadoras de los años 90. Posiblemente, en su canción, el Sabina se refiera a la piel de corderillos con la que se confeccionaban estolas y abrigos económicamente asequibles (no confundir con los de visón) pero no para todo el mundo, del aquel entonces. Dicha piel, se extraía de las extremidades del cordero y, por lo tanto, era la parte del pellejo mas barata –comercialmente hablando– del animal.


Reclinaba en la barra de Chicote:

    El Bar Chicote (ubicado en el Paseo de la Castellana nº 12) es el lugar donde no se rodó la película “Bar Coyote”, ni tiene nada que ver con él el madrileño chef Chicote de "Pesadilla en la Cocina", aparte de la común ciudad que vio alumbrar a ambos hosteleros. 

   Estaba regentado por Perico Chicote, y actualmente se llama Museo Chicote (el bar, no el Perico, que, años ha, pasó a mejor vida, no así, aún, el famoso Perico ciclista). Hoy en día, hasta sus muebles están protegidos por Ley, ignoramos si también de la potencial carcoma. Es un local donde Perico Chicote hacía sus famosos cócteles para deleite (al menos en el momento de trasegarlos, al día siguiente lo mismo la resaca pasaba factura y había que tirar de caldo de gallina vieja) de la consumidora gente: glamurosa, famosa, intelectual, ricachona.... Por allí pululaban chicas de buen ver (sin necesidad de previo pase por la óptica), estraperlistas, nuevos ricos, políticos, escritores, actores, toreros, curiosos, vividores, etc., hasta actrices de Hollywood, ¡oiga!. 




  
  Pie de foto.- El Bar Chicote.


  Rebocato, a pesar de sus años vividos en Madrizz y posteriores visitas que realiza, actualmente, a la capital del Reino (cada vez mas de vez en cuando con el fin de no aguantar a los chulos de Madrizz, sobre todo a los que no tienen los ocho apellidos madrileños –a ver para cuando una película sobre estos–), jamás entró en ese bareto, y eso que habrá “pasao” (no como los fascistas del 39, que también) por delante de sus puertas “cienes y cienes de veces” como canta el Sabina en su canción: “como te digo una co, te digo la o”, cosa que desde años atrás, muchos paletos (nuestro amigo nunca ha renegado, ni dejado de serlo) visitantes se acercan por Chicote bien por snobismo o bien para contar después: "yo estuve allí, sentado en la silla donde asentó sus posaderas –entre otras estrellas– la Rita Hayworth".

  Bar Chicote, es el establecimiento por el que ha concurrido gente importante durante diferente regímenes –la República, la Dictadura y la actual Monarquía–, de este “País S.A.” tal cual como lo definía el gran Forges.

   Como decía el otro: "existía hambruna en España, en cambio en Chicote circulaba el vil metal".

  Mientras tanto, en aquel tiempo… en las tabernas de nuestro pueblo castellanoviejo, después de una buena huebra a base de arar surco arriba, surco abajo, sobre tierras de barbecho con el fin de prepararlas para la siembra (en algo había que entretenerse por la Meseta) llega, para los parroquianos, la hora de tomarse  cuatro chatos a la vez que se disponen a disertar de asuntos trascendentales sobre lo divino y lo humano. Al sentir de Rebocato a aquellos paisanos suyos, el Bar Chicote –caso que conocieran su existencia, lo cual pone en duda– y sus ocupantes, les importaba un rábano, de verdad.


La bien pagá derrite, con su escote,
La crema de la intelectualidad:

  “La bien pagá”, canción que dicen los entendidos, es una de las joyas de la copla. La cantaba –y muy bien por cierto– la suegra de Rebocato; también lo hacían, entre otros/as del aquel entonces: el Miguel de Molina; incluso, posteriormente: el Carlos Cano, El Cigala y la Pantoja (otra quinta de Rebocato) se atrevieron con ella (con la canción, no con la suegra).

  El Sabina con el derrite con su escote”, se refiere, entre otras, a Lupe Sino que, como veremos más adelante, derrite a “la crema de la intelectualidad” y hasta a otros maestros, y no “de atar escobas”, precisamente. 

  El cantautor hace un guiño al compositor mexicano Agustín Lara, el cual, en una canción a su amada ciudad de Madrid, incluyó en la letra de una de ellas al Bar Chicote: «...en Chicote un agasajo postinero, con la crema de la intelectualidad». 


Permanén, con rodete Eva Perón:

  “Anda y que te ondulen con la permanén” se canta en la canción “El Pichi” de la zarzuela de Las Leandras, rezumando chauvinismo, ¿o es "chulerismo"?, madrileño.

  Con“Permanén” se refiere el Joaquinito a la permanente, que es un rizado artificial –normalmente realizado en el cabello de las mujeres– perenne en la moda de las féminas durante muchos decenios. El recuerdo que permanece en la pituitaria de Rebocato –cuando era pequeño– sobre la permanente es el del peculiar olor, posiblemente procedente de la laca, cuando sus hermanas, o la mujer de nuestro labriego castellanoviejo (este no muy partidario de moderneces tontas e inútiles y decía –con su rígida austeridad castellana– que la mujer no debía de teñirse el pelo, que tenía que conservarlo como Dios manda) se hacían la permanente. El lugar donde improvisaban la peluquería después olía, a su sentir, permanentemente a demonios. 

  “….con rodete Eva Perón”, esta con las trenzas de su cabello recogidas en rosca sobre la cabeza –tipo Dama de Elche, y peinado de gala de la mujer fallera de Valencia– sentó cátedra en su visita a España en 1947. Pocas migas hizo “la Polo” con la Evita en su visita a ciudades de España y del Sahara, pero por lo que marcaba el protocolo no pudieron evitarse. Por una parte estaba la Perón: elegante, decidida, desenvuelta, natural, dicharachera y derrochando simpatia como ella sola; mientras que "la Collares"... ya sabemos, los metidos en edades, lo que daba de si en sociedad (ignoramos lo que haría en la intimidad con el sátrapa, lo mismo hasta hablaba en catalán como el Josemari presidente). 

  Evita se escandalizó viendo la pobreza reinante en nuestro país, y no se mordió la lengua. Algunos comentarios hizo públicamente al respecto que dejó temblando a más de un jerifalte del entonces Régimen aquí imperante. Ahí va una de las píldoras que soltó a lo largo de su visita:

       Queridos descamisados de España, tenemos que evitar que haya tantos ricos y tantos pobres, las dos cosas al mismo tiempo.


Parfait amour, rebeca azul marino:

  “Parfait amour…”que tirando del “Tradukka” y confirmado –sin ser obispo– por un cuñado (que pasó 30 años ¿conviviendo? con los franchutes en Paris Oh, la lá!) de Rebocato, esos dos bonitos palabros” significan, tanto para los poliglotas como para los no poliglotas: “Perfecto amor”, y el Sabina se refiere a un licor de origen francés que se utiliza para la elaboración de cómbinados, del que parece ser –por la canción– que el Perico Chicote también hacía uso de él para la elaboración de cócteles, que trasegaban, sobre todo, las mujeres de vida disoluta visitadoras de su local, nacionales o de Holywood.

  “Rebeca azul marino”. El Sabina en su canción: “Una de romanos” (1988) ya sacó a colación la rebeca: …”Sobre las rodillas rebeca para disimular..” (en la fila de los mancos de los cines) aunque en esa canción no menta el color de dicha prenda.


Maestro le presento a Lupe Sino,
Lo dejo en buenas manos, matador:

   Aquí, el Sabina, va introduciendo –como comprobaremos mas adelante– al malogrado torero Manolete. 

  Aconteció que, en 1943 en el madrileño Bar Chicote, la cantante y bailaora Pastora Imperio presentó a la  Lupe Sino (Antonia Bronchalo Lopesino) al Manolete. Lupe Sino era una actriz que, a pesar de lo que podía insinuar su nombre artístico, no era mexicana, sino española, nacida en Sayatón un pueblo de la provincia de Guadalajara. 

  Lupe, se había casado en 1937 por lo civil (apuntar que, los matrimonios republicanos, no fueron reconocidos por el régimen franquista y se anularon una vez finalizada la Guerra Civil) con un controvertido personaje de familia bien, llamado Antonio Verardini Diez-Ferreti, que llegó desde soldado raso a jefe del Estado Mayor del IV Ejército de Cipriano Mera Sanz (anarcosindicalista y amigos desde coincidir en la cárcel, ambos). Acabada la Guerra Civil se acabó el idilio del concubinato, entre el Antonio y la Antonia, claro.

 Lupe Sino desde 1943 estuvo unida sentimentalmente a Manolete durante unos cuatro años, hasta que el torero murió en el coso de Linares por una cogida de toro, quizás, ella, fue el sino de Manolete. Existe un libro sobre Lupe Sino de la autora Carmen Esteban que lleva por titulo: “Lupe, el sino de Manolete”, la presentación (febrero 2007) se llevó a cabo en el Bar Chicote. Carmen estuvo arropada, en dicho acto, por Joaquín Sabina y José Tomás. 

  Parece ser que Lupe Sino sentía simpatía por las personas de izquierda y se identificaba con los anarcosindicalistas. Dada la belleza –ojos verdes incluidos– que gastaba la Lupe, sin lugar a dudas la Pastora Imperio le dejó en buenas manos al matador.




Pie de foto.- Lupe Sino y Manolete, ignorantes ellos, en el momento de la pose, de la que se les avecinaba.

PD.- Queremos hacer un guiño al Liderque ejerce como guía, cuasi espiritual, de un grupo de intrépidos caminantes –por el que fue abducido nuestro amigo Rebocato– los cuales retozan (nada que ver con juegos eróticos) alegremente –es otro decir– por senderos montaraces en los martes de cada curso anual excursionista. A dicho líder decirle que –y a la vista de esta historia se puede comprobar– uno puede ser libertario y ello no ser óbice para poder liarse con una folclórica. (sin segundas interpretaciones, ya que, nuestro Líder 1 está felizmente casado y no por La República, intuimos)


Y, luego, el reservao en Gitanillos:

   “Gitanillos”era otro local , de moda en aquellos años, ubicado en la madrileña calle de claudio Coello en el Barrio de Salamanca, llamado “Zona Nazzional” durante nuestra pasada Transición. (Al pensar de Rebocato: nunca volveremos a ser mas libres que en aquellos años, cuando el caimán se fue ¿para siempre? para barranquilla).


Y, después, la paella de Riscal:

  Riscal: Restaurante y sala de fiestas del Madrid de la época sito en la calle Marqués de Riscal. Buenas paellas, copas y guapas chicas de cara, y caras.


Y, la tarde del manso de Saltillo,
Un anillo y unas medias de cristal
Niño, sube a la suite dos anisettes,
Que, hoy, vamos a perder los alamares:

         
   El “manso del Saltillo”: se refiere a Islero, el toro que, mas adelante, hiere de muerte a Manolete y, a su vez, este acaba con aquel. Advertir que, lo de la cogida del toro, fue en defensa propia por parte de este.

  El cornúpeta era un Miura, aunque de la ganadería de la viuda del Marqués del Saltillo. Se dio la paradoja, según las crónicas de la época, de que en el sorteo, ese astado le tocó en suerte al espada Gitanillo de Triana II y, después, los apoderados intercambiaron los lotes antes de la corrida; por lo tanto, los apoderados pudieran haber sido los auténticos responsables de lo ocurrido durante la lidia.

  Esa tarde Lupe Sino no estaba con Manolete ya que cuando hiere de gravedad el morlaco al torero –aunque este antes a aquel– ella se encontraba en el Balneario de Lanjarón donde estaba recuperándose de una infección del riñón. Por lo tanto, esa tarde, no recibe el anillo, ni las solicitadas y caras medias de cristal. Y lo de “Niño, sube a la suite dos anisetes” barruntamos que es, también, en sentido figurado para reflejar, a través de la canción, ciertas citas de élite de la época acontecidas en esos lugares de postín de Madrizz. Al igual que lo de “…vamos a perder los alamares”, los alamares (de ellos penden los caireles) son unas presillas y botones colocados en los trajes de luces de los toreros con el fin de abotonar y/o adornar; aunque en la canción, también es metafórico lo de perderlos, es decir, llevarlo a cabo tras un buen revolcón en pareja, y no con el toro en el ruedo, precisamente (el coste del anillo y las medias había que amortizarlos de alguna manera).


De purísima y oro, Manolete,
Cuadra al toro, en la plaza de Linares:

  Ahora sabemos –a toro pasado– que en la corrida de la fatídica tarde del 28 de agosto de 1947 (en la plaza de toros de Santa Margarita de Linares, no la apocrifa del “reservao”) se mascaba la tragedia, tanto para Manolete como para Islero. Manolete compartía cartel con los diestros: Gitanillo de Triana II y Luis Miguel Dominguin (ya conocido torero-ligón en la primera parte de este relato).

   Manolete (el torero de la cara triste, ahora parece ser que el de esa cara es el actual matador lorquino –no sabemos si también lorquiano– Paco Ureña) no vestía “De Purísima y oro”, como muy bien sabía Sabina (licencia cromática dice él en un escrito) cuando compuso la canción, sino de rosa palo y oro. En cambio, muchos años después, José Tomás si que vestía De purísima y oro, cuando le brindó su toro a Joaquín Sabina en la misma plaza de Linares en una corrida celebrada muchos años después (29/08/2007), en el 60 aniversario de la muerte de Manolete. José Tomás, aunque resulto herido de asta de toro, corrió mejor suerte que Manolete, no así los toros que lidió esa tarde, y otras, anteriores y posteriores. El traje "De Purísima y oro que utilizó Jose Tomás en Linares se lo regaló a Sabina en el 60 Cumpleaños de este.

   Manolete, tras cuadrar el toro en la plaza de Linares, entró a matar y el toro también. Como consecuencia, el toro quedó herido de muerte por estocada y Manolete por cornada, a pesar de lo que dijo, muchos años antes Manuel García “El Espartero”: “Mas cornás da el hambre”, el cual murió en 1894 a causa  de Perdigón, no de escopeta, sino por otro Miura que atendía por dicho nombre y también fue en la ¿suerte? de matar, como Manolete con Islero.

   Después de la cogida, Manolete fue operado en la enfermería de la plaza de Linares y recobró la conciencia. Mas tarde lo llevaron al hospital de linares en camilla, cual cortejo fúnebre.

   Avisada Lupe Sino, fue a visitarle desde Lanjarón al hospital de Linares y no la dejaron entrar a la habitación para verle las personas del circulo intimo del torero que tenían, con este, varias cuentas bancarias en común, por si se casaba con él “in articulo mortis” y heredaba como esposa. La madre de Manolete, doña Angustias (ignoramos si su marido se quejaba de que se levantaba y acostaba con angustias –que nos perdonen las llamadas Angustias por el tonto chiste improvisado–) a Lupe Sino parece ser que siempre la consideró como una buscona y nunca llegaron a trillar bien, ambas juntas. 

   Una vez en el hospital y después de que le hicieran la transfusión Manolete dijo: “No veo nada” y al poco murió. Tal como le ocurrió a Paquirri (su Lupe Sino era La Pantoja) en 1984, después de la cornada en la plaza de toros de Pozoblanco , dijo al médico en la ambulancia camino del hospital: “Don Luis, que no veo” y murió. El toro no era Miura, pero se llamaba “Avispao”.

  Ya a finales de los 90 del siglo pasado, se dijo que a Manolete no le mató el toro, sino un plasma noruego contaminado que ordenó que le transfusionaran su médico de confianza y amigo personal (menos mal, por lo de amigo).

  Lupe Sino pudo ser la "viuda de España" pero ese "honor" se quedó en reserva para Isabel Pantoja que, desgraciadamente, empezó a ejercerlo 37 años después, hace ya 35 años. 


Habían pasado ya los nacionales,
Habían rapado a la señá Cibeles:

  Está explicado en la entrada “De Purísima y oro (primera parte)”. Este Sabina la ha tomado con la señá Cibeles, menos mal que a los leones no les tocaron sus rígidas y ondulantes melenas al viento.


Volvían a sus cuidados
Las personas formales:

  Con esto, el autor considera de "formales" a los nacionales. Había vuelto la paz (para algunos) y el orden (es un decir), pero a pesar de ello “la gente de bien” seguía siendo asidua de las casas de lenocinio y mancebía, valga la redundancia.


A la hora de la conga, en los burdeles:

   Como sabemos la conga”es un baile de origen afrocubano. Los bailadores forman una fila agarrándondose unos a otros de la cintura, no sabemos si, originariamente, este baile era para tantear los michelines del/la que iba delante de uno.

   En España es un baile que está. hoy en día, bajo sospecha sobre todo en restaurantes de celebraciones de bodas, bautizos y comuniones. Aconteció en 2017 en la localidad leonesa de Bembibre donde unos 120 invitados se largaron bailando la conga tras la celebración del banquete de un supuesto bautizo. Eso sí, se dejaron el postre servido pero, por el ahorro de 2.000€, bien merecía la pena bailar la conga hasta los coches.


Por San Blas descansaba el pelotón

   Con nuestra  última Guerra Civil en pleno apogeo, en 1938 se creó, en el barrio madrileño de Canillejas en la Avda Canillejas a Vicálvaro, la Reserva General de Automóviles del ejercito.

   Desde el cementerio del Este hasta el Barrio de San Blas se cubre la distancia andando unos 25’ (puede que ahí –después de la guerra– como canta el Sabina: “descansaba el pelotón”de fusilamiento, camino –andando 20’ más– de regreso al cuartel de Canillejas). Ahora bien, si partían desde ese centro militar para dirigirse a la cárcel de Ventas para, desde esta, llevar a los detenidos a fusilarles a las tapias del cementerio de La Almudena y siendo un cuartel de automovilismo (recordar que Rebocato hizo su Servicio Militar en  un cuartel de Infantería Motorizada de Intervención Inmediata, menos mal que tuvo que intervenir poco) ¿no disponían de automoviles? ¿cómo el pelotón se detenía a descansar, en su vuelta al cuartel, en San Blas? Andar 45’ para soldados bragados después de una guerra, no creemos que fuera para herniarse y tirarse a la bartola. Quizás, ya entonces, existía el ecologismo y en cambio ahora “las gentes formales”, que recientemente volvieron a “pasar” en Madrid, versus elecciones municipales y autonómicas, se siguen quejando de la lucha contra la contaminación de Carmena y su tan traída y llevada Almendra Central de Madrid. 


Al día siguiente hablaban los papeles
De Gilda y del Atleti de Aviación:

    Como en la primera parte de la canción volvemos de nuevo a “los papeles” (los periódicos de antaño), que escondían los atropellos que acontecían para con los vencidos, en este caso hablan de Gilda” la famosa película que protagoniza la actriz, de origen español, Rita Hayworth. En una de las escenas, un celoso protagonista actor (Glenn Ford) le atiza a Rita un guantazo de la órdiga, en su defensa: que ella le había pegado antes. En fin, en la película no se cumplió aquello de: quien da primero, da dos veces, ni lo de poner la otra mejilla como buen cristiano.

  El Atleti de Aviación” según cuenta Alfonso Relaño (director del periódico deportivo AS) se formó durante la guerra civil en Salamanca (Zona Nazzional) con el fin de jugar partidos amistosos (no creemos que contra equipos de la República). Después de la guerra se fusionó con el Atletic Club (de Madrid, no de Bilbao que también existía) el cual había bajado a Segunda División antes de empezar la Guerra (aunque, barruntamos que, la Guerra no se inicio por eso). En 1946 quitaron el término “Aviación” e incorporaron “Madrid” quedando la denominación actual: “Atlético de Madrid”. Por lo tanto: ¿cuál es el equipo del Regimen? Y es que a veces decimos cosas a lo tonto, Rebocato no tanto.

    El Sabina es forofo del Atleti, al igual que algunos amigos de Rebocato, y este lo siente por ellos, porque el Real Madrid aparte de ser el equipo de la República, (reseñar que, durante los oscuros años de la Dictadura pura y dura, no ganó liga alguna hasta 1954) les ha birlado dos Champions no hace tanto. 

   Por otra parte, si Sabina da a entender en la canción, que los papeles hablaban de cosas banales e ignoraban la cruda y dura realidad existente en este País, donde se estaba generando tanto sufrimiento, venganzas, carencia y necesidad de productos básicos necesarias para la subsistencia de las personas “no formales”, no llegamos a entender como menta al Atleti en los papeles, pues para él, el Atleti, no será un club de futbol banal.

                                    
                                       (Fin de la segunda parte musical).




ANEXO.- El Sabina y el amigo de Rebocato:

 Van a cumplirse una docena de años en que en un estío, estando Rebocato pasando unos días de asueto en nuestro pueblo castellanoviejo gozando de la compañía de familiares y lugareños del lugar, soportada la instancia gracias a la tradicional ingesta de tropecientas cañas de cervezas diarias de confreternización, en que encontrose con un amigo, nato de allí pero residente en Madrid, al que no veía desde hacia al menos un par de lustros.

   Dicho amigo (un tanto pendenciero y resultón), de joven, era compañero de Rebocato en sus correrías de viernes tarde a domingo, ambos inclusive, quemando (es un decir, porque lo que quemaban de verdad era su organismo a causa de los cubatas de marcas de garrafón imperantes en todas las discotecas –de clase o no– en aquellos locos años, aunque a los 20 años de edad, el cuerpo aguanta lo que le echen) discotecas y pub’s de moda del Madrid de mediados de los 70 y principios de los 80 y tratando de ligar a mansalva (como decía el hermano nº8 de Rebocato: "No he conocido a ningún abuelo que en su juventud haya sido tonto o cobarde", y Rebocato añadía: "o que no haya ligado en demasía").  

     El amigo, ya asentado, ejercía de taxista en la capital madrileña y le regaló a Rebocato un CD, el cual, en la carátula frontal, presentaba una foto de dicho amigo con el amigo Joaquín Sabina, posando ambos sobre una cama matrimonial, eso sí, los dos vestidos y entre ellos corría el aire (no demos opción a malpensar al caminante JJ de Albacete). Posaban sentados sobre el colchón de la cama con las piernas flexionadas y cruzadas tipo indio.

    El CD de marras contenía varias canciones del Sabina, pero cantadas por el amigo de Rebocato, incluso había osado –el aprendiz de cantautor– en modificar algo las letras originales de las canciones que interpretaba. Luego le contó a Rebocato que la noche de la instantánea estando de servicio al taxi con la luz verde de libre, quiso el azar que le parase el Sabina, demandándole este, que le llevara a su vivienda del Barrio de Antón Martín (a pesar de que, administrativamente, no es un Barrio).

   En ruta entablaron conversación y empatizaron. Al final entraron juntos en la vivienda del cantautor para tomar unos tequilas (no sabemos donde aparcaron el taxi).

   Después se hicieron la fotografía del CD y ahí quedó para la posteridad. El amigo transcurridas más de dos horas de cháchara y tequileando con el Sabina se despidió y enfiló hacía la calle. 

    P.D.- Ignoramos si, esa noche, la Jime (compañera sentimental del Joaquinito) se encontraba o no, en la vivienda, y si el amigo de Rebocato volvió a su domicilio del Barrio del Pilar en su taxi o en el de un compañero del gremio, por si los globos.



         HistoriasdeRebocato@Mayo-2019