REBOCATO EN MOSCÚ (País de los Soviets. 2ª Parte).
“A mi hermana mayor, que me animaba a seguir escribiendo”.
Queridos/as
todos/as:
Si barruntabais que lo peor de este atroz verano ya había pasado, comunicaros, muy a mi pesar, que: “Vais dados”.
Si la inmensa de la mayoría de los potenciales lectores del blog de Rebocato (voluntarios o por el que dirán) teníais un atisbo de esperanza de que lo peor del estío había pasado, indicaros que: “Nada más lejos de la pura y dura realidad”.
Ya sabéis los píos, los impíos y los que no os atrevéis a decir ni pío (por si se lo casco a mi hermano nº 11) que esto es un valle de lágrimas y, a los que os habéis salido de la grey, anunciaros que aunque no seáis, actualmente, creyentes el sufrimiento os puede afectar por igual que a los que continúan por el camino recto, digamos, auténtico.. Aunque, ya se sabe, el camino hacia la Gloria es un camino de recovecos y de espinas. Y, tened presente, que el diablo nunca duerme.
Resumiendo, os anuncio que hay una nueva entrada en el blog de Rebocato.
Tampoco quiero traumatizaros y obligaros a leer la nueva entrada, porque penséis que el no hacerlo os va a dar mal fario, todos sois ya mayorcitos para obrar en consecuencia. Equivocaos vosotros mismo.
Saludos y feliz vuelta al trabajo a los que tengáis la suerte de seguir laborando. Hace años, dicen que dijo Santiago Carrillo: “Antes el trabajo era un castigo, hoy en día es un lujo”.
Si barruntabais que lo peor de este atroz verano ya había pasado, comunicaros, muy a mi pesar, que: “Vais dados”.
Si la inmensa de la mayoría de los potenciales lectores del blog de Rebocato (voluntarios o por el que dirán) teníais un atisbo de esperanza de que lo peor del estío había pasado, indicaros que: “Nada más lejos de la pura y dura realidad”.
Ya sabéis los píos, los impíos y los que no os atrevéis a decir ni pío (por si se lo casco a mi hermano nº 11) que esto es un valle de lágrimas y, a los que os habéis salido de la grey, anunciaros que aunque no seáis, actualmente, creyentes el sufrimiento os puede afectar por igual que a los que continúan por el camino recto, digamos, auténtico.. Aunque, ya se sabe, el camino hacia la Gloria es un camino de recovecos y de espinas. Y, tened presente, que el diablo nunca duerme.
Resumiendo, os anuncio que hay una nueva entrada en el blog de Rebocato.
Tampoco quiero traumatizaros y obligaros a leer la nueva entrada, porque penséis que el no hacerlo os va a dar mal fario, todos sois ya mayorcitos para obrar en consecuencia. Equivocaos vosotros mismo.
Saludos y feliz vuelta al trabajo a los que tengáis la suerte de seguir laborando. Hace años, dicen que dijo Santiago Carrillo: “Antes el trabajo era un castigo, hoy en día es un lujo”.
ALEGRES DIANAS:
Ya en el hotel de Moscú, estando
Rebocato y contraria en los brazos de Morfeo, de improviso, suena el teléfono de
la habitación (servicio despertador), nuestro amigo descuelga el auricular y no
entiende nada de lo que expele el receptor en su oreja derecha. Mira su móvil y
el reloj marca las 07:ooh., maldice para sus adentros (solo ha dormido tres
horas, ya que se acostó sobre las 04:00h. hora local) y se acuerda de todos los hijos de
Putin que campan a sus anchas por las malditas estepas, y aledaños, de la madre
Rusia. Mal empezamos el día, barrunta Rebocato, estamos en antecedentes por la entrada de este Blog la cual se define como: "Rebocato en el país de los soviets parte 1ª)" en la que los que la hayan leído, y sufrido, sabrán que la madrugada anterior
fue bastante movidita, rematada con el lío de las tarjetas/llaves de marras que
no abrían puertas a pesar de la ayuda del “eficiente” y “agradable” botones
Sacarino levantado a deshoras, del posible tálamo que se reflejaba en la cara
con la que se presentó en recepción, pero acontece que, a nuestro amigo
Rebocato, se le olvidó fijar la hora local en su móvil, no así en el reloj de
pulsera, al cual no miró para comprobar la hora por no dar la luz, resultando
que sigue, nuestra pareja, durmiendo y, a las 08:00h., se despiertan con la
alarma del móvil. Rebocato echa píe a tierra, al igual que su acompañante, y
descorre los malditos cortinones de las ventanas los cuales, al no existir
persianas en las ventanas –al igual que en la mayoría de los hoteles de toda Europa–
y los amaneceres tan tempraneros de esas fechas de por allí, dejan que la luz
se cuele por todos los recovecos inundando la habitación y creando los daños
colaterales a sus moradores, aspirantes a ejercer de dormidores, manifestándose
en la manera de no dejar pegar ojo como Dios manda, que diría nuestro Marianogallegopresidente.
Se asoma por los ventanales y ve en el edifico de enfrente un reloj digital que
marca las 09:00h. Pone sobre aviso a su contraria ya que, a las 09:30h, han de
estar –con los esfínteres aliviados, dientes limpios, cuerpos duchados, desayunados y vestidos– en el bus que
espera a las puertas del superhotel para iniciar las pertinentes excursiones
facultativas, programadas, por la agencia de viajes, mayormente, para molestar
a todos los autóctonos del lugar que se visite.
No
sabemos como pero nuestra pareja llega puntualmente al bus con los deberes
hechos.
MOSCOVITAS:
Rebocato piensa que toda la vida sabiendo (a partir de la introducción,
en la escuela de nuestro pueblo castellanoviejo, de los libros de texto de
Anaya que sustituyeron a la peculiar Enciclopedia de Álvarez cuyo lema era: "Intuitiva, Sintética y Práctica") que la Roma antigua del Rómulo, Remo y su
madre la loba fue fundada sobre 7 colinas, y ahora con el viaje a Moscú se
entera de que Rusia, también, se formó sobre 7 colinas con lo que la exclusividad
de Roma y la formación académica de nuestro amigo se va al garete. Un auténtico
trauma para él.
Inician todo el grupo de viajeros –acompañantes
circunstanciales de Rebocato en su mayoría– la visita panorámica de Moscú en
bus. La guía rusa dice a la tropa que para la posterior visita al metro de
Moscú se dividirá el grupo en dos mitades y una mitad irá con ella y la otra acompañará
a la otra guía venidera, también autóctona, que atiende por Irina. Todos los
hombres de la excursión, inconscientemente, piensan en algo parecido a la Irina
(ex de Cristiano Ronaldo), desde los madridistas hasta los culés de Tortosa–.
Con lo que al fin de evitar líos, la guía toma una decisión salomónica, y nunca
mejor dicho, pues decide partir a los ocupantes del bus por la mitad, es decir, los que ocupan los asientos del lado del conductor irán (de ir, no del país de los líos de los
ayatolás) con ella y los de los asientos de la otra parte del bus con la
esperada Irina. Dicen que, para que no se descarríe nadie, ya que en Moscú hay casi
13.000.000 de moradores con los que es la ciudad mas poblada de Europa –“y
parte del extranjero”, rumia Rebocato para sus adentros–.
La
guía indica que no comprende el que: ¿si la ciudad, en el idioma ruso, se define
con el mismo nombre que el río que la cruza, por qué en castellano la ciudad se
llama Moscú y su río Moscova?. La verdad que es el asunto es para mosquearse, murmura
Rebocato a su acompañante de asiento del bus.
Nuestro
amigo observa, durante la excursión sobre ruedas, que todas las calles de la
ciudad están patas arriba a causa de las obras que han acometido para el
mundial de futbol, que está previsto que se celebre en Moscú el año que viene (esperemos
que La Roja triunfe en el antiguo país del peligro rojo, otrora, esperanza de
todos los proletarios de todo el mundo mundial y que ahora habrán perdido toda
esperanza con la tan traída y llevada frase hecha de: “Ya llegarán los míos”).
Según apunta la guía del grupo autóctona de allí, el padre de la mujer del alcalde de Moscú dispone de una industria de granito y están adoquinando todas las aceras de la ciudad, con lo que Rebocato, al oírlo, confabula que manda más la mujer que el alcalde, y no solo en el hogar matrimonial, resumiendo: “En todas partes cuecen habas”.
Según apunta la guía del grupo autóctona de allí, el padre de la mujer del alcalde de Moscú dispone de una industria de granito y están adoquinando todas las aceras de la ciudad, con lo que Rebocato, al oírlo, confabula que manda más la mujer que el alcalde, y no solo en el hogar matrimonial, resumiendo: “En todas partes cuecen habas”.
Rebocato
mira a los grupos de trabajo de las aceras y le llama la atención que si hay un
corro de 8 o 10 (no 8010) currantes solo trabaja uno de ellos y el resto anda
pintando la mona. Se lo comenta a su mujer, acompañante de asiento del bus, y
esta le dice que lo mismo es la hora del almuerzo, tan instaurado y respetado
por sus moradores paisanos en la ciudad donde ella vio por vez primera la luz
del sol, en la cual se paraliza la ciudad todas las mañanas sobre las 10:00h a
causa de la almorssada y del carajillet. Pero nuestro amigo comprobó a lo largo
de los tres días que permaneció en Moscú –y daba igual turno de mañana, que de tarde,
que de noche. Allí parecía que había grupos, en ciertas zonas de la ciudad, donde
se laboraba las 24 horas del día– que la tónica era siempre la misma: uno
currando y el resto haciendo como que hacían algo. Cobrar cobrarán poco, pero
con el trabajo no les engañan, quizá por eso, Moscú tiene una tasa de paro ínfima.
Pie de foto.- Aceras patas arriba en las calles de Moscú a causa de la instalación de los adoquines de granito del padre de
la consorte alcaldesa. Decir que ante el requerimiento de Rebocato. a los currantes para que
posaran para la instantánea, ellos se negaron en redondo porque decían, por
gestos, no sabemos si en cirílico, que eso no entraba en convenio. Por lo tanto
en el momento de realizar la foto no es que currara uno y los otros miraran, es
que todos se pusieron a mirar a nuestro amigo como fotografiaba a la solitaria
acera.
Pie de foto.- Aqui vemos la fachada de un edificio aleatorio, adornada con los aparatos de aire acondicionado tratando de darle un cierto glamour, lo cual nunca viene mal.
Pie
de video.- “La Cospe” con un par y sin despeinarse,
poco se nota que, en su día, estuvo estudiando con las monjas dominicas en
Albacete (El 8º Mandamiento: “No dirás falsos testimonios ni mentirás”). En
fin, mentiras piadosas como diría sor Angustias de la Cruz, personaje de El
Papus creado por el historietista llamado Ja, el cual tuvo que matar a la monja
en 1979, inducido al crimen (5º Mandamiento: “No matarás”) por la presión de la
iglesia católica y el Ministerio de Información y Turismo. Grandes gestas
imperiales.
Añaden
que se cerraron un porcentaje altísimo de fábricas y cooperativas de varias
repúblicas interrelacionadas y a partir de ese momento cada una por su lado, y todo el sistema se vino
abajo, cayendo muchos hombres en el alcoholismo y la pululación de mafias sobre
todo en San Petersburgo, que se convirtió en el lugar de operaciones de la
mafia rusa y llegó a denominarse como el “Chicago del Norte” (con tiros por las
calles) siendo, en aquellos años, una de las ciudades más peligroas del mundo.
Hoy en día es una urbe relativamente segura como comprobó Rebocato caminando,
ida y vuelta, una noche a lo largo del paseo del río Nevá, desde su Hotel hasta
el Museo de El Hermitage, al cual visitaría posteriormente.
Alguna
guía apunta que para la mayoría de rusos tuvieron poca importancia las “libertades”
ofrecidas, en su día, por Gorbachov, y que lo prioridad de un extenso país de países,
sobre todo para la gente de a pie, es que tus hijos coman todos los días; que
tengan un techo, aunque sea compartido; y disponer de una sanidad y educación
públicas eficientes.
Todas
las guías autóctonas tenían un gato bestial a los chinos (ignoramos si nipones
o chinos, en todo caso orientales) en grupos casi tan numerosos como la
peregrinación de los ñus desde las praderas del Serengeti en Tanzania hasta el
parque Masai Mara en Kenia. La verdad es que al ir en manada (los chinos) no
tienen miramiento con el resto de turistas, se te plantan en medio, se te
cruzan sin decir: “Perdona chaval”, si van en grupos pequeños no hacen cola
en sitios a visitar y tratan de colarse con su guía nativa entre los grandes
grupos, cuando se mueve la fila, en la misma puerta de entrada. Rebocato ya
tuvo un altercado con 6 chinos y su guía, y, como su amigo madrileño apoyó, los chinos recularon. Menuda cara
tienen con eso de que no entienden. La verdad es que fue después de comer y
Rebocato se había metido al coleto dos jarras de cerveza y parte de la petaca,
compartida, de güisqui de su otro amigo (el de la terreta, no el madrileño), eso
a veces ayuda a que te partan la cara. En fin, en este caso mano santa, ya que,
el peligro amarillo se batió en retirada cultural (que no educacional).
La impresión que se llevó Rebocato del
personal de Moscú es que los moscovitas son circunspectos como ellos solos y
que no son tan altos (excepto los armarios que se vislumbraban a ratos), ni las
moscovitas tan espectaculares (aunque la que lo es, lo es de verdad, más que la
catedral de San Basilio, aunque se descabalgue de
los tacones de aguja –la espectacular, no el beato San Basilio “El Bendito”
que el pobre, dicen, que iba casi corito–“coreto”, como le definirían antiguamente
en nuestro pueblo castellanoviejo–).
LA PLAZA ROJA:
Rebocato
toda su vida pensaba que lo de la denominación de “Plaza Roja” fue impuesta por
la revolución de los bolcheviques de 1917, una vez dentro de ella piensa: “a
ver si va a ser por los ladrillos rojos de murallas, torres de al lado y del
Museo Histórico”, y al final se entera de que el nombre procede del antiguo eslavo
y que significa: Roja o Hermosa, y que se define así desde el siglo XVII. Ver para
creer. Haz una Revolución y un viaje para esto.
Ya
en la Plaza Roja desciende del bus
todo el grupo de turistas tostoneros y las guías –después de una plática somera
y un tanto informativo/cultural, como de andar por casa, sobre la plaza y
edificios que se vislumbran en ella– dan tiempo libre, a discreción, a los
sufridos viajeros para que pululen a sus anchas por la plaza y alrededores, sin
alejarse mucho, claro está, avisan ellas.
Rebocato
después de las fotos de rigor ante las murallas del Kremlin, el Museo
Historico, la catedral de San Basilio, (hay que demostrar en el regreso al
suelo patrio que has estado allí) en fin, se fija en todos los monumentos
(obviando los carnales, que alguno se vislumbra por allí) de la Plaza, después,
se mete en los almacenes estatales GUM con su señora y otra pareja amiga, cuyo
marido iba, de chaval, a tratar de levantarles, a los chicos de la comarca, a las
chicas de por allí (de los madrileños no te puedes fiar), a un pueblo
castellanoviejo –aunque menos castellanoviejo que el de nuestro amigo
Rebocato–, donde los zarrias (chicos) del lugar le calentarían a base de bien a
lo largo y ancho del estío mesetario, aunque él, –ante las preguntas de
Rebocato cuando, este, se enteró de que había estado veraneado por aquellos lares de
chaval– lo negara. En fin, sería un caso aislado, porque por aquellas latitudes
se pegaba a todo madrileño concurrente, a los que se les definía como: “Señoritos del pan
pringao”.
Pie de foto.- Parte de la tan traída y llevada Plaza Roja. Retratados el GUM al fondo, y la catedral de San Basilio en primer plano.
Pie de foto.- Parte de la tan traída y llevada Plaza Roja. Retratados el GUM al fondo, y la catedral de San Basilio en primer plano.
Un
especialista, en hacer “comer tierra” a los madrileños veraneantes, era el hijo
número 11 de nuestro labriego castellanoviejo y, a su vez. hermano número 11 de
nuestro amigo Rebocato. “Un puro nervio”. El venido al mundo en el lugar
numerico como el dorsal del clásico extremo izquierdo futbolero (que no de extrema
izquierda política, barruntamos) de antes. El hacer comer tierra consistía en
trincar al madrileño tirarle al suelo ponerle de bruces contra la tierra y
restregarle el hocico sobre ella para que la comiera, ante el aplauso y gritos
de júbilo generalizados de los muchachos autóctonos del lugar.
El
edificio GUM es majo, pero tiene narices, rumia para sus adentros Rebocato, que
tenga uno que hacerse 4.000 Km. para perder el tiempo viendo tenderetes, de tal
forma que su amigo (al que, según este, nunca le pegaban en el pueblo de su
padre) y él, deciden salir de nuevo a la Plaza Roja dejando a sus contrarias
abandonadas a su suerte, eso sí, como peces en el agua con tanta tienda de
marca.
Al
salir a la plaza, por una de las puertas laterales, y controladas, del GUM un
vigilante, cercano a la cuarentena, al verles les espeta sonriente:
¿italianos?..¿españoles?.
Pie de foto.- Hete aquí al simpático vigilante del Gum sacando las perras a una ¿incauta? rubia.
Ambos,
le confirman lo segundo ( por no mandarle a paseo) y el vigilante les dice que
si tienen alguna moneda para darle, ya que las colecciona. Mientras Rebocato hurga
en el interior de sus bolsillos donde, ¿inconscientemente?, se le atascan los
puños dentro rebuscando, su amigo, más rápido de reflejos (es de Madrid y no le pegaban en el pueblo de su padre, dice él), saca unas monedas y,
con la palma de la mano extendida, se las muestra al supuesto coleccionista, este,
ágil y veloz, arrampla unas monedas menores e intenta, después, trincar la de
un euro que queda en la palma mencionada, pero, el amigo de nuestro amigo, anda listo de
reflejos (picardía, al sentir de Rebocato, que debió de aprender en los duros veranos de veraniego en el pueblo castellanoviejo de su padre), y, con gran rapidez, cierra la mano
con su euro dentro, a la vez que le dice al vigilante que ya tiene bastante con
las que le ha birlado. El vigilante balbucea que no tiene monedas de 1 euro en su
colección, pero los dos amigos se despiden sonrientes del numismático
improvisado y acceden, de nuevo, a la Plaza Roja.
Pasean
por ella y después se juntan con sus mujeres respectivas, que les andan
buscando por la plaza, ya habiendo abandonado las tiendas de marca. La de Rebocato le dice a este que quiere hacerle una foto con Lenin, por lo que aquel se encamina hacia la cola del
Mausoleo del susodicho, pero su fémina le detiene y le muestra un tenderete de
bebidas que está entre el GUM y la pequeña iglesia que hay al lado del Museo
Histórico. Rebocato no da crédito a lo que ven sus ojos, allí al lado del
tenderete está Lenin vivito y coleando.
Duda entre si desmayarse, o ir corriendo hacia él para darle un abrazo.
Duda entre si desmayarse, o ir corriendo hacia él para darle un abrazo.
Pero
pasada la sorpresa inicial se sobrepone y acercándose al tenderete se arrima hacia el Lenin. Su mujer (la de Rebocato, no la de Lenin) le hace, disimuladamente, una
fotografía a él y a su otro amigo de la “terreta” pillando al supuesto Lenin
departiendo amistosamente con una maciza y afanada (que no afamada,
barruntamos) tendera. Vemos el
momento histórico inmortalizado para la posteridad en la mismísima Plaza Roja y, lo más importante, sin soltar un solo rublo. Total, posiblemente se lo iba a
gastar en vodka el posador, como veremos más adelante.
Pie de foto.- El doble de
Lenin tirando los tejos a la tendera. A la derecha con gorra azul (una
provocación a todas luces en la Plaza Roja) aparece Rebocato y, enfrente de él,
un amigo sibarita y de petaca, dándole envidia debido a que acaba de comprar,
en los almacenes GUM, caviar y vodka, ambos, marca Beluga, que transporta
en la bolsa de plástico debidamente empaquetado. Era, básicamente, su cometido diario: comprar vodka y caviar de marca cuando tenia un rato
libre. Un pecado capital: “La Gula” (y no nos referimos a la del norte, que
también).
Mas
tarde, Rebocato se enteraría, por la guía, de que por la Plaza Roja suelen andar
cencerrearndo los dobles de Lenin y Stalin, prestos a la caza de los turistas
incautos o nostálgicos del régimen anterior con ganas de hacerse junto a ellos
una instantánea para la posteridad. Ambos han tenido líos entre ellos a la hora
de fotografiarse con los turistas a cambio de uno pocos rublos, incluso a Lenin,
en su día, le multaron por andar en plan “borrachón” (que no bonachón como
aparentaba cuando Rebocato lo vislumbró en la Plaza Roja) armando gresca por la
plaza de marras bajo los efectos etílicos:
http://www.20minutos.es/noticia/2508488/0/lenin-stalin/plaza-roja-moscu-rusia/pelea-dobles-turistas/
Menos
mal que, por la Plaza –aún llamada Roja–, no apareció haciendo demostraciones
de judo el “zar” Putin el cual, como bien sabemos, en un acaparador de
cinturones negros, aunque Rebocato, otrora, tuviera mucho más respeto al
cinturón de nuestro labriego castellanoviejo, al cual nunca llegó a probar,
algún mosconazo a tiempo sí, pero en fin, como decia el otro: “El miedo guarda
la viña”.
Reseñar
que para ver la plaza Roja iluminada por la noche, hay que andarse listo ya que
a las 00:00h. cierran su acceso con vallas y policías. Que no os pase lo que a
Rebocato y a sus 6 acompañantes que después de perderse por el centro de Moscú
a causa de un exceso de confianza y no mirar el plano como mandan los cánones,
comprobando los nombres de las calles (escrito en cirílico, que tiene su origen
en el monje Cirilo, el cual se
debió de quedar bien a gusto al sacar el alfabeto de las narices, al cual no se
le entiende ni “atao”) en los cruces, llagaron a la Plaza Roja justo cuando
instalaban las vallas y no pudieron acceder al interior de ella, se contentaron
con verla a través de las rejas de una de la grandes puertas de la Resurrección.
Se conjuraron los siete viajeros para volver a la plaza a la noche siguiente en taxi después
de cenar, pero resultó que a la nombrada noche cuando estaban ajustando el
precio con los taxistas (en Moscú hay taxis y coches particulares que hacen de
taxistas y, estos últimos, no llevan taxímetro, por lo que, con el fin de
evitar sorpresas, conviene acordar el precio antes de subir al coche) a la puerta
del hotel empezó a caer una liza de agua de “agárrate y no menees”, con lo que al final desistieron de viajar y se
quedaron bebiendo en una de las terrazas del amplísimo hall del hotel (con el
amigo de la petaca haciendo uso de ella para animar su Fanta naranja), hasta que les
echaron y se retiraron todos a sus aposentos a pernoctar.
Resumiendo,
¿tanta plaza para qué?, pues para que en 1987 aterrizara en ella un chaval de
la Alemania Occidental con una avioneta
en la que venia desde Finlandia, y que puso de los nervios a toda la
Plana Mayor soviética, teniendo como consecuencia el cese fulminante del
Ministro de Defensa soviético.
PD.-
Tanto en la Plaza Roja como en el Hermitage de San Petersburgo hay unos
autóctonos que al oír hablar a los españoles (incluidos los catalanes de
L’Aldea y Tortosa del grupo,) ofrecen un libro de Moscú y de San Petersburgo,
respectivamente, a 10€ la unidad, pero al final lo venden por 5€ si no pica el
personal con la oferta de 10. Los libretos tiene unas fotografías bastante majas.
EL KREMLIN:
“Los eslavos, definen
«kremlin» a la parte amurallada de una ciudad, que a
su vez tenia que ser autosuficiente para poder resistir asedios”.
.
Que
despago, piensa ahora Rebocato, toda la vida creyendo que si el Kremlin (no
confundir con los mamones de los bichos llamados Gremlins de la película estadounidense
del año 1984) era la catedral de san Basilio, o el parlamento soviético, o la
residencia de los mandamases del Politburó/”Komiter Central” o como se diga, y
resulta que es un recinto amurallado (la muralla con 20 torres de la órdiga, 5 de ellas con estrellas que sustituyeron
a las águilas bicéfalas zaristas) ubicado al lado de la Plaza Roja y del río
Moscova, y rodeada la muralla por los grandes jardines de Alexander (Alejandro
para los no bilingües). El recinto está lleno de catedrales; iglesias; palacios
de los zares; residencia del Presidente; el Palacio Estatal del Kremlin (antes
Palacio de Congresos); el edificio del Senado; el Campanario de Iván el Grande;
monumentos; el Museo Histórico; la tumba al soldado desconocido (que aún no le han identificado); el mausoleo de Lenin; el Picadero (no es lo que están
pensando los lectores con tendencias lascivas –6º Mandamiento: “No cometerás
actos impuros”–, sino sala de
exposiciones); la campana–zarina (la campana mas grande del mundo que no llegó
a tocar nunca, caso de haberlo, hecho, viendo su descomunal volumen, todos los
rusos estarían sordos) porque se le desprendió un gran trozo durante un
incendio al echar agua sobre ella, rarezas de la física; el Cañón del Zar (con unas bolas que no se las
salta un galgo, nos referimos a las del cañón, no a las del zar que no están
expuestas); jardines; edificios de armería y arsenal; etc. etc.
Pie de foto.- Plaza .de las catedrales del Kremlin.
Pie de foto.- Plaza .de las catedrales del Kremlin.
Aquello
es un maremágnum de gentes pululando por doquier entre edificios, plazas y
monumentos cual hormiguero alborotado (como cuando meaba encima de ellos
Rebocato de pequeño en nuestro pueblo castellanoviejo), con lo que, y para no perder ripio, nuestro amigo no
sabia adonde dirigir la mirada con el fin de retener el máximo posible de
edificios y monumentos espectaculares y así, de paso, ir amortizando el gasto viaje.
Para colmo, en la plaza de las catedrales, se hizo una parada militar (con caballería incluida) con lo cual el grupo, hasta que no acabara esta no podía visitar aquellas, y allí se concentró gente para aburrir. Ni que lo regalaran, oiga.
Para colmo, en la plaza de las catedrales, se hizo una parada militar (con caballería incluida) con lo cual el grupo, hasta que no acabara esta no podía visitar aquellas, y allí se concentró gente para aburrir. Ni que lo regalaran, oiga.
Pie de foto.- El cañón del Zar que dicen que está sin estrenar..
Cada día estamos más tontos, agobios, penalidades y encima pagando una pasta: ¿reminiscencias masoquistas o una forma de iniciarse en ello?
Cada día estamos más tontos, agobios, penalidades y encima pagando una pasta: ¿reminiscencias masoquistas o una forma de iniciarse en ello?
Cuando
paró la parada militar, no sabemos si con inteligencia (ya dijo Groucho Marx –otro
marxista, al menos de apellido–: “La inteligencia militar es una contradicción
en sus términos”. “Juas, juas, juas” –esto último es de Rebocato, eso sí,
plagiado del guasap de un sobrino político suyo, pero que no se dedica a la política. Gracias,
Miguel–) el grupo puede visitar el interior de las catedrales y monumentos de
intramuros.
Muy
bonito todo el recinto e interiores, a pesar de que el ejercito de Napoleón destruyó y saqueó lo suyo
allá por 1812.
Pero
luego se llevó lo suyo, el revolucionario de pacotilla que llegó a coronarse
Emperador. Paradojas de la vida.
El grupo abandona el Kremlin mas que
satisfecho, al menos en la apariencia de sus rostros y lo que comentan, excepto el
amigo madrileño de nuestro amigo, que ha pasado mala noche y tiene fiebre, se
nota que no es castellanoviejo, a pesar de que veraneaba –en verano, valga la
redundancia– por la Meseta auténtica. Estos señoritos de los madriles……
EL METRO:
Para
visitar las estaciones mas llamativas del metro de Moscú, también se divide el
grupo en dos y cada parte de él con una guía autóctona. Por cierto, lo de la guía Irina fue un chasco generalizado entre los hombres del partido grupo, y no nos referimos a que no fuera, la chica, competente con sus explicaciones culturales.
Pie de foto.- Una estación del exagerado y rimbombante Metro de Moscú o ¡¡¡proletarios de mundo, uníos!!!, jugando a ricos.
Que decir del metro mundialmente conocido que no se haya dicho ya. Lo vendían los soviets como uno de los grandes logros de la Revolución, pero ahora narramos lo que piensa Rebocato al respecto, en su reciente visita al llamado Palacio Subterráneo:
Que decir del metro mundialmente conocido que no se haya dicho ya. Lo vendían los soviets como uno de los grandes logros de la Revolución, pero ahora narramos lo que piensa Rebocato al respecto, en su reciente visita al llamado Palacio Subterráneo:
“Una
vez dentro de sus tripas, cuando estábamos bajando hasta el fondo en las escaleras
mecánicas que nunca se acababan, yo pensaba que en cualquier momento aparecería Lucifer,
tridente (no nos referimos al recientemente mellado del Barça) en mano. Y menos
mal que las escaleras dichosas no se averiaron cuando estábamos
todos allá abajo del todo, porque dada
la profundidad en la que nos encontrábamos, aún estaríamos allí, mendigando
para subsistir caso de no repararlas, porque a ver quien es el guapo, de los
componentes de nuestro grupo de turistas, que sube todas esas escaleras a pinrel,
con las edades que nos gastábamos, y donde el conjunto de catalanes subía, no
las escaleras en caso de la mencionada posible avería, sino la media de edad
del grupo considerablemente (que conste que no es el enésimo ataque a Cataluña,
era la realidad vigente allí –in situ–).
Las
fastuosas estaciones están decoradas con: más de 20 tipos de mármol, variados tipos de granito, estatuas,
bajorrelieves, mosaicos, pinturas, vidrieras de colores, lujosas lámparas,
cenefas, representaciones bélicas y de la vida cotidiana de la ciudad y del
campo, etc. etc.
Pero…¿para
qué tanto lujo? ¿No luchaba contra eso el proletariado? ¿Para qué jugar a
imitar a los zares? Con un metro de andar por casa como los que tenemos en algunas de
nuestras ciudades es mas que suficiente, total, básicamente se coge el metro
para ir al curro y la gente va con prisas y no tiene tiempo de ver maravillas,
para eso están los museos. Uno no puede ir al curro y llegar a fichar tarde y
decir a tu jefe: Es que he estado en la estación “X” (porque a ver quien es el
majo de por aquí que se aprende el nombre de una de las estaciones de las de por allí, ni apuntándotela en un
papel o en las notas del móvil) contemplando la estatua de Lenin y por eso se me ha hecho
tarde. Ah, muy camarada revolucionario.
Por
otra parte todo está impoluto: ni una sola colilla en el suelo; ni un papel; ni
un chicle pegado al piso; ni una pintada en las paredes, realizada: bien con
espray, bien con un rotulador gordo; no como aquí que se puede escribir en los
carteles de anuncios mientras esperas el metro, por ejemplo: te deja el/la
novio/a, pues apuntas con un
rotulador en el cartel de publicidad o en la pared misma –lo que te
pille más a mano–: LO HAGO GRATIS ME LLAMO PEPE/A MI MÓVIL ES XXX XXX XXX eso
fomenta las relaciones humanas y quita la depresión pos-noviazgo.
Tanta
represión encubierta recorta la libertad de expresión y destruye la creatividad
de las pasajeros con despuntes artísticos improvisados y repentinos.
Por
otra parte, no se oye una voz más alta que otra, solo las de las guías autóctonas
que tratan de culturizar (tarea harto difícil) a los componentes de sus grupos
respectivos.
Concluyendo:
Un auténtico muermo. Me gustan más los metros de Bilbao, Barcelona Valencia o
Madrizz. Hay mucha mas vida y bulla en ellos, incluso artistas amenizando el
viaje a los pasajeros con acordeones, trompetas y música en vivo en los vagones,
resultando que los pasajeros son mucho más espontáneos, incluso ensucian con el
fin de que los componentes de las brigadas de limpieza, de este bendito país,
no pasen a engrosar las filas del paro, ya de por si bastante prietas, recias,
marciales y orondas”. Como en el canto tercer del libro sobre el infierno de la Divina Comedia de Dante: "Abandonad toda esperanza....". No se han ido nunca y nunca vendrán los míos, pensará más de uno, actualmente.
Pie de foto.- Sin ánimo de crear malos rollos y peores quereres, decir que ahí acabará más de uno. A ver como manejamos el libre albedrío, en nuestra convivencia del día a día, con nuestro prójimo.
Pie de foto.- Sin ánimo de crear malos rollos y peores quereres, decir que ahí acabará más de uno. A ver como manejamos el libre albedrío, en nuestra convivencia del día a día, con nuestro prójimo.
GALERÍA TRETIAKOV
Mu´maja
ella, o majo, ya que dicen que es un de los museos de arte mas afamado del
mundo. Sus obras abarcan todo el milenio del arte de la cultura Rusa, y Rebocato pensado que temaría sobre los videojuegos del Tetris que, al fin y al cabo, lo inventó un ruso.
Después
de haber dormido apenas cuatro horas, y de estar toda la santa mañana pateando
por Moscú, y acabados de comer, sin siesta, te meten en la galería de marras,
rodeado de chinos por doquier, y de no chinos para aburrir, estate tres de horas
de pie y cencerreando de sala en sala tratando de asimilar el derroche de
explicaciones de la guía que pone énfasis y voluntariedad en sus peroratas y,
de paso, ojo avizor para no perder a nadie del grupo, y cuando acaba la tortura
vas y me cuentas como te encuentras, caso de que no te hayas perdido en el
deambular constante dentro del edificio de marras.
Pie de foto.- La Galeria Tretiakov. Rebocato cierra los ojos y aún ve marcos de cuadros.
Por si fuera poco, Rebocato y sus acompañantes íntimos se van, después de cenar, voluntariamente andando desde el hotel hasta la Plaza roja con el fin de verla iluminada. Se pierden varias veces, preguntan a las buenas gentes del lugar que les ayudan buenamente y cuando por fin arriban a la Plaza roja sobre las 00:00h. se encuentran que la están vallando y que la policía no les permite acceder a su interior.
Por si fuera poco, Rebocato y sus acompañantes íntimos se van, después de cenar, voluntariamente andando desde el hotel hasta la Plaza roja con el fin de verla iluminada. Se pierden varias veces, preguntan a las buenas gentes del lugar que les ayudan buenamente y cuando por fin arriban a la Plaza roja sobre las 00:00h. se encuentran que la están vallando y que la policía no les permite acceder a su interior.
Ya
destrozados cogen los 7 magníficos (con 4 magnificas incluidas en el lote) dos
taxis negociados y se dirigen al hotel, dulce hotel.
Cuando
pillas la cama y cierras los ojos sigues viendo iconos por todos los lados y
Morfeo sin aparecer.
CONVENTO
DE NOVODEVICHI
La
visita a este convento provocó tres grandes desilusiones en Rebocato:
PRIMERA: Sus espectaculares cúpulas estaban en fase
de restauración (no se apreciaban por los andamios y protecciones) y por lo
tanto era tontería retratarlas.
SEGUNDA: El
nombre del convento en sí, le indujo a pensar que encontraría muchas fuentes de
agua fresca, cristalina y de calidad. Pero nada más lejos de la realidad, ni bonitas
fuentes, ni agua de calidad.
Al
llamarse Novodevichi nuestro amigo dedujo que “novo” era nuevo y “devichi” que
se refería al agua de Vichy (Magnifica agua de Gerona, dicho sea de paso). Pues
no era eso, allí había iglesias conventos, monjas y obreros liados con las
obras los cuales no desentonaban con sus colegas de las aceras extramuros (uno
currando y siete mirando, lo que hacia aquel).
TERCERA: (La más grave de todas). Aconteció que en un
momento de la visita hablando sobre las monjas, la guía dijo que actualmente
existian cuatro plazas vacantes, Rebocato lo pilló al vuelo y después de
consultarlo con sus dos amigo (el de la terreta y el de los madriles)
preguntaron, en un aparte, a la guía que donde se pedían las instancias para
las vacantes. La guía pensó que la habían entendido mal y dijo que la vacante
no eran para monjes, sino para monjas, a lo que ellos respondieron que habían
entendido perfectamente que era para ver si podían quedarse allí internas sus
tres mujeres respectivas. Desafortunadamente la guía se lo tomó a broma y no
hubo solicitudes de ingreso.
PD.- Nos quedamos aquí, pero esto no se ha
acabado. Lo sentimos por la tabarra, pero no hay más remedio que hacer una
tercera parte, el periplo no ha acabado de relatarse.
HistoriasdeRebocato@agosto-2017