25 de agosto de 2017

REBOCATO EN MOSCÚ (País de los soviets 2ª Parte)

      
      REBOCATO EN MOSCÚ (País de los Soviets. 2ª Parte).


                                                   “A mi hermana mayor, que me animaba a seguir escribiendo”.



         Queridos/as todos/as:

    Si barruntabais que lo peor de este atroz verano ya había pasado, comunicaros, muy a mi pesar, que: “Vais dados”. 

    Si la inmensa de la mayoría de los potenciales lectores del blog de Rebocato (voluntarios o por el que dirán) teníais un atisbo de esperanza de que lo peor del estío había pasado, indicaros que: “Nada más lejos de la pura y dura realidad”. 

   Ya sabéis los píos, los impíos y los que no os atrevéis a decir  ni pío (por si se lo casco a mi hermano nº 11) que esto es un valle de lágrimas y, a los que os habéis salido de la grey, anunciaros que aunque no seáis, actualmente, creyentes el sufrimiento os puede afectar por igual que a los que continúan por el camino recto, digamos,  auténtico.. Aunque, ya se sabe, el camino hacia la Gloria es un camino de recovecos y de espinas. Y, tened presente, que el diablo nunca duerme. 

    Resumiendo, os anuncio que hay una nueva entrada en el blog de Rebocato. 
    Tampoco quiero traumatizaros y obligaros a leer la nueva entrada, porque penséis que el no hacerlo os va a dar mal fario, todos sois ya mayorcitos para obrar en consecuencia. Equivocaos vosotros mismo.

   Saludos y feliz vuelta al trabajo a los que tengáis la suerte de seguir laborando. Hace años, dicen que dijo Santiago Carrillo: “Antes el trabajo era un castigo, hoy en día es un lujo”.

         
       
       ALEGRES DIANAS

    Ya en el hotel de Moscú, estando Rebocato y contraria en los brazos de Morfeo, de improviso, suena el teléfono de la habitación (servicio despertador), nuestro amigo descuelga el auricular y no entiende nada de lo que expele el receptor en su oreja derecha. Mira su móvil y el reloj marca las 07:ooh., maldice para sus adentros (solo ha dormido tres horas, ya que se acostó sobre las 04:00h. hora local) y se acuerda de todos los hijos de Putin que campan a sus anchas por las malditas estepas, y aledaños, de la madre Rusia. Mal empezamos el día, barrunta Rebocato, estamos en antecedentes por la entrada de este Blog la cual se define como: "Rebocato en el país de los soviets parte 1ª)" en la que los que la hayan leído, y sufrido, sabrán que la madrugada anterior fue bastante movidita, rematada con el lío de las tarjetas/llaves de marras que no abrían puertas a pesar de la ayuda del “eficiente” y “agradable” botones Sacarino levantado a deshoras, del posible tálamo que se reflejaba en la cara con la que se presentó en recepción, pero acontece que, a nuestro amigo Rebocato, se le olvidó fijar la hora local en su móvil, no así en el reloj de pulsera, al cual no miró para comprobar la hora por no dar la luz, resultando que sigue, nuestra pareja, durmiendo y, a las 08:00h., se despiertan con la alarma del móvil. Rebocato echa píe a tierra, al igual que su acompañante, y descorre los malditos cortinones de las ventanas los cuales, al no existir persianas en las ventanas –al igual que en la mayoría de los hoteles de toda Europa– y los amaneceres tan tempraneros de esas fechas de por allí, dejan que la luz se cuele por todos los recovecos inundando la habitación y creando los daños colaterales a sus moradores, aspirantes a ejercer de dormidores, manifestándose en la manera de no dejar pegar ojo como Dios manda, que diría nuestro Marianogallegopresidente. Se asoma por los ventanales y ve en el edifico de enfrente un reloj digital que marca las 09:00h. Pone sobre aviso a su contraria ya que, a las 09:30h, han de estar –con los esfínteres aliviados, dientes limpios, cuerpos duchados,  desayunados y vestidos– en el bus que espera a las puertas del superhotel para iniciar las pertinentes excursiones facultativas, programadas, por la agencia de viajes, mayormente, para molestar a todos los autóctonos del lugar que se visite.

    No sabemos como pero nuestra pareja llega puntualmente al bus con los deberes hechos.


     MOSCOVITAS:

    Rebocato piensa que toda la vida  sabiendo (a partir de la introducción, en la escuela de nuestro pueblo castellanoviejo, de los libros de texto de Anaya que sustituyeron a la peculiar Enciclopedia de Álvarez cuyo lema era: "Intuitiva, Sintética y Práctica") que la Roma antigua del Rómulo, Remo y su madre la loba fue fundada sobre 7 colinas, y ahora con el viaje a Moscú se entera de que Rusia, también, se formó sobre 7 colinas con lo que la exclusividad de Roma y la formación académica de nuestro amigo se va al garete. Un auténtico trauma para él.

    Inician todo el grupo de viajeros –acompañantes circunstanciales de Rebocato en su mayoría– la visita panorámica de Moscú en bus. La guía rusa dice a la tropa que para la posterior visita al metro de Moscú se dividirá el grupo en dos mitades y una mitad irá con ella y la otra acompañará a la otra guía venidera, también autóctona, que atiende por Irina. Todos los hombres de la excursión, inconscientemente, piensan en algo parecido a la Irina (ex de Cristiano Ronaldo), desde los madridistas hasta los culés de Tortosa–. Con lo que al fin de evitar líos, la guía toma una decisión salomónica, y nunca mejor dicho, pues decide partir a los ocupantes del bus por la mitad, es decir, los que ocupan los asientos del lado del conductor irán (de ir, no del país de los líos de los ayatolás) con ella y los de los asientos de la otra parte del bus con la esperada Irina. Dicen que, para que no se descarríe nadie, ya que en Moscú hay casi 13.000.000 de moradores con los que es la ciudad mas poblada de Europa –“y parte del extranjero”, rumia Rebocato para sus adentros–.

     La guía indica que no comprende el que: ¿si la ciudad, en el idioma ruso, se define con el mismo nombre que el río que la cruza, por qué en castellano la ciudad se llama Moscú y su río Moscova?. La verdad que es el asunto es para mosquearse, murmura Rebocato a su acompañante de asiento del bus.

    Nuestro amigo observa, durante la excursión sobre ruedas, que todas las calles de la ciudad están patas arriba a causa de las obras que han acometido para el mundial de futbol, que está previsto que se celebre en Moscú el año que viene (esperemos que La Roja triunfe en el antiguo país del peligro rojo, otrora, esperanza de todos los proletarios de todo el mundo mundial y que ahora habrán perdido toda esperanza con la tan traída y llevada frase hecha de: “Ya llegarán los míos”). 

    Según apunta la guía del grupo autóctona de allí, el padre de la mujer del alcalde de Moscú dispone de una industria de granito y están adoquinando todas las aceras de la ciudad, con lo que Rebocato, al oírlo, confabula que manda más la mujer que el alcalde, y no solo en el hogar matrimonial, resumiendo: “En todas  partes cuecen habas”.

    Rebocato mira a los grupos de trabajo de las aceras y le llama la atención que si hay un corro de 8 o 10 (no 8010) currantes solo trabaja uno de ellos y el resto anda pintando la mona. Se lo comenta a su mujer, acompañante de asiento del bus, y esta le dice que lo mismo es la hora del almuerzo, tan instaurado y respetado por sus moradores paisanos en la ciudad donde ella vio por vez primera la luz del sol, en la cual se paraliza la ciudad todas las mañanas sobre las 10:00h a causa de la almorssada y del carajillet. Pero nuestro amigo comprobó a lo largo de los tres días que permaneció en Moscú –y daba igual turno de mañana, que de tarde, que de noche. Allí parecía que había grupos, en ciertas zonas de la ciudad, donde se laboraba las 24 horas del día– que la tónica era siempre la misma: uno currando y el resto haciendo como que hacían algo. Cobrar cobrarán poco, pero con el trabajo no les engañan, quizá por eso, Moscú tiene una tasa de paro ínfima.




Pie de foto.- Aceras patas arriba en las calles de Moscú a causa de la instalación de los adoquines de granito del padre de la consorte alcaldesa. Decir que ante el requerimiento de Rebocato. a los currantes para que posaran para la instantánea, ellos se negaron en redondo porque decían, por gestos, no sabemos si en cirílico, que eso no entraba en convenio. Por lo tanto en el momento de realizar la foto no es que currara uno y los otros miraran, es que todos se pusieron a mirar a nuestro amigo como fotografiaba a la solitaria acera.

     Nuestro amigo, lo largo de los días de visita, comprobará que allí en las grandes avenidas de varios carriles en ambos sentidos, te hacen un cambio de sentido, no solamente los conductores de turismos, también los conductores de autobuses, paralizando la circulación en ambos sentidos y nadie pita. Alucinante. Y que, en muchas fachadas de edificio, sean estos interesantes estéticamente interesantes o no, te fijan los oxidados aparatos de aire acondicionado sin ningún rubor.





Pie de foto.- Aqui vemos la fachada de un edificio aleatorio, adornada con los aparatos de aire acondicionado tratando de darle un cierto glamour, lo cual nunca viene mal.

     Las guías autóctonas, tanto las de Moscú como las de San Petersburgo no tienen muy buena estima hacia Gorbachov alias “El Peristroika”, así como en occidente se le tiene en aprecio por derribar el telón de acero, por las Rusias, sus paisanos le consideran el causante de la caída del imperio soviético (no así del romano, que aconteció siglos antes). De todas formas tarde o temprano todos los imperios, reinos y estados caen, excepto el de El Vaticano, el cual lleva dos mil años impertérrito. Asimismo, dicen que de la noche a la mañana con el colapso económico se crearon millones de pobres ya que no existían alternativas al cambio, es decir ni plan “B”, ni plan “C” (por allí no laboraba el “B”árcenas con su posterior “retribución en diferido” en una comparecencia ante los medios de comunicación de la “C”ospedal explicando el tema. Estuvo genial, para enmarcarlo, de Oscar).





Pie de video.- “La Cospe” con un par y sin despeinarse, poco se nota que, en su día, estuvo estudiando con las monjas dominicas en Albacete (El 8º Mandamiento: “No dirás falsos testimonios ni mentirás”). En fin, mentiras piadosas como diría sor Angustias de la Cruz, personaje de El Papus creado por el historietista llamado Ja, el cual tuvo que matar a la monja en 1979, inducido al crimen (5º Mandamiento: “No matarás”) por la presión de la iglesia católica y el Ministerio de Información y Turismo. Grandes gestas imperiales.


    Añaden que se cerraron un porcentaje altísimo de fábricas y cooperativas de varias repúblicas interrelacionadas y a partir de  ese momento cada una por su lado, y todo el sistema se vino abajo, cayendo muchos hombres en el alcoholismo y la pululación de mafias sobre todo en San Petersburgo, que se convirtió en el lugar de operaciones de la mafia rusa y llegó a denominarse como el “Chicago del Norte” (con tiros por las calles) siendo, en aquellos años, una de las ciudades más peligroas del mundo. Hoy en día es una urbe relativamente segura como comprobó Rebocato caminando, ida y vuelta, una noche a lo largo del paseo del río Nevá, desde su Hotel hasta el Museo de El Hermitage, al cual visitaría posteriormente.

   Alguna guía apunta que para la mayoría de rusos tuvieron poca importancia las “libertades” ofrecidas, en su día, por Gorbachov, y que lo prioridad de un extenso país de países, sobre todo para la gente de a pie, es que tus hijos coman todos los días; que tengan un techo, aunque sea compartido; y disponer de una sanidad y educación públicas eficientes.

    Todas las guías autóctonas tenían un gato bestial a los chinos (ignoramos si nipones o chinos, en todo caso orientales) en grupos casi tan numerosos como la peregrinación de los ñus desde las praderas del Serengeti en Tanzania hasta el parque Masai Mara en Kenia. La verdad es que al ir en manada (los chinos) no tienen miramiento con el resto de turistas, se te plantan en medio, se te cruzan sin decir: “Perdona chaval”, si van en grupos pequeños no hacen cola en sitios a visitar y tratan de colarse con su guía nativa entre los grandes grupos, cuando se mueve la fila, en la misma puerta de entrada. Rebocato ya tuvo un altercado con 6 chinos y su guía, y, como su amigo madrileño apoyó, los chinos recularon. Menuda cara tienen con eso de que no entienden. La verdad es que fue después de comer y Rebocato se había metido al coleto dos jarras de cerveza y parte de la petaca, compartida, de güisqui de su otro amigo (el de la terreta, no el madrileño), eso a veces ayuda a que te partan la cara. En fin, en este caso mano santa, ya que, el peligro amarillo se batió en retirada cultural (que no educacional).

    La impresión que se llevó Rebocato del personal de Moscú es que los moscovitas son circunspectos como ellos solos y que no son tan altos (excepto los armarios que se vislumbraban a ratos), ni las moscovitas tan espectaculares (aunque la que lo es, lo es de verdad, más que la catedral de San Basilio, aunque se descabalgue de los tacones de aguja –la espectacular, no el beato San Basilio “El Bendito” que el pobre, dicen, que iba casi corito–“coreto, como le definirían antiguamente en nuestro pueblo castellanoviejo–).

 
      LA PLAZA ROJA:

    Rebocato toda su vida pensaba que lo de la denominación de “Plaza Roja” fue impuesta por la revolución de los bolcheviques de 1917, una vez dentro de ella piensa: “a ver si va a ser por los ladrillos rojos de murallas, torres de al lado y del Museo Histórico”, y al final se entera de que el nombre procede del antiguo eslavo y que significa: Roja o Hermosa, y que se define así desde el siglo XVII. Ver para creer. Haz una Revolución y un viaje para esto.

   Ya en la Plaza  Roja desciende del bus todo el grupo de turistas tostoneros y las guías –después de una plática somera y un tanto informativo/cultural, como de andar por casa, sobre la plaza y edificios que se vislumbran en ella– dan tiempo libre, a discreción, a los sufridos viajeros para que pululen a sus anchas por la plaza y alrededores, sin alejarse mucho, claro está, avisan ellas.

   Rebocato después de las fotos de rigor ante las murallas del Kremlin, el Museo Historico, la catedral de San Basilio, (hay que demostrar en el regreso al suelo patrio que has estado allí) en fin, se fija en todos los monumentos (obviando los carnales, que alguno se vislumbra por allí) de la Plaza, después, se mete en los almacenes estatales GUM con su señora y otra pareja amiga, cuyo marido iba, de chaval, a tratar de levantarles, a los chicos de la comarca, a las chicas de por allí (de los madrileños no te puedes fiar), a un pueblo castellanoviejo –aunque menos castellanoviejo que el de nuestro amigo Rebocato–, donde los zarrias (chicos) del lugar le calentarían a base de bien a lo largo y ancho del estío mesetario, aunque él, –ante las preguntas de Rebocato cuando, este, se enteró de que había estado veraneado por aquellos lares de chaval– lo negara. En fin, sería un caso aislado, porque por aquellas latitudes se pegaba a todo madrileño concurrente, a los que se les definía como: “Señoritos del pan pringao”.



Pie de foto.- Parte de la tan traída y llevada Plaza Roja. Retratados el GUM al fondo, y la catedral de San Basilio en primer plano.
  
   Un especialista, en hacer “comer tierra” a los madrileños veraneantes, era el hijo número 11 de nuestro labriego castellanoviejo y, a su vez. hermano número 11 de nuestro amigo Rebocato. “Un puro nervio”. El venido al mundo en el lugar numerico como el dorsal del clásico extremo izquierdo futbolero (que no de extrema izquierda política, barruntamos) de antes. El hacer comer tierra consistía en trincar al madrileño tirarle al suelo ponerle de bruces contra la tierra y restregarle el hocico sobre ella para que la comiera, ante el aplauso y gritos de júbilo generalizados de los muchachos autóctonos del lugar.

   El edificio GUM es majo, pero tiene narices, rumia para sus adentros Rebocato, que tenga uno que hacerse 4.000 Km. para perder el tiempo viendo tenderetes, de tal forma que su amigo (al que, según este, nunca le pegaban en el pueblo de su padre) y él, deciden salir de nuevo a la Plaza Roja dejando a sus contrarias abandonadas a su suerte, eso sí, como peces en el agua con tanta tienda de marca.

   Al salir a la plaza, por una de las puertas laterales, y controladas, del GUM un vigilante, cercano a la cuarentena, al verles les espeta sonriente: ¿italianos?..¿españoles?.



Pie de foto.- Hete aquí al simpático vigilante del Gum sacando las perras a una ¿incauta? rubia.


   Ambos, le confirman lo segundo ( por no mandarle a paseo) y el vigilante les dice que si tienen alguna moneda para darle, ya que las colecciona. Mientras Rebocato hurga en el interior de sus bolsillos donde, ¿inconscientemente?, se le atascan los puños dentro rebuscando, su amigo, más rápido de reflejos (es de Madrid y no le pegaban en el pueblo de su padre, dice él), saca unas monedas y, con la palma de la mano extendida, se las muestra al supuesto coleccionista, este, ágil y veloz, arrampla unas monedas menores e intenta, después, trincar la de un euro que queda en la palma mencionada, pero, el amigo de nuestro amigo, anda listo de reflejos (picardía, al sentir de Rebocato, que debió de aprender en los duros veranos de veraniego en el pueblo castellanoviejo de su padre), y, con gran rapidez, cierra la mano con su euro dentro, a la vez que le dice al vigilante que ya tiene bastante con las que le ha birlado. El vigilante balbucea que no tiene monedas de 1 euro en su colección, pero los dos amigos se despiden sonrientes del numismático improvisado y acceden, de nuevo, a la Plaza Roja.

    Pasean por ella y después se juntan con sus mujeres respectivas, que les andan buscando por la plaza, ya habiendo abandonado las tiendas de marca. La de Rebocato le dice a este que quiere hacerle una foto con Lenin, por lo que aquel se encamina hacia la cola del Mausoleo del susodicho, pero su fémina le detiene y le muestra un tenderete de bebidas que está entre el GUM y la pequeña iglesia que hay al lado del Museo Histórico. Rebocato no da crédito a lo que ven sus ojos, allí al lado del tenderete está Lenin vivito y coleando.  

     Duda entre si desmayarse, o ir corriendo hacia él para darle un abrazo.

    Pero pasada la sorpresa inicial se sobrepone y acercándose al tenderete se arrima hacia el Lenin. Su mujer (la de Rebocato, no la de Lenin) le hace, disimuladamente, una fotografía a él y a su otro amigo de la “terreta” pillando al supuesto Lenin departiendo amistosamente con una maciza y afanada (que no afamada, barruntamos) tendera. Vemos el momento histórico inmortalizado para la posteridad en la mismísima Plaza Roja y, lo más importante, sin soltar un solo rublo. Total, posiblemente se lo iba a gastar en vodka el posador, como veremos más adelante.




Pie de foto.- El doble de Lenin tirando los tejos a la tendera. A la derecha con gorra azul (una provocación a todas luces en la Plaza Roja) aparece Rebocato y, enfrente de él, un amigo sibarita y de petaca, dándole envidia debido a que acaba de comprar, en los almacenes GUM, caviar y vodka, ambos, marca Beluga, que transporta en la bolsa de plástico debidamente empaquetado. Era, básicamente, su cometido diario: comprar vodka y caviar de marca cuando tenia un rato libre. Un pecado capital: “La Gula” (y no nos referimos a la del norte, que también).


   Mas tarde, Rebocato se enteraría, por la guía, de que por la Plaza Roja suelen andar cencerrearndo los dobles de Lenin y Stalin, prestos a la caza de los turistas incautos o nostálgicos del régimen anterior con ganas de hacerse junto a ellos una instantánea para la posteridad. Ambos han tenido líos entre ellos a la hora de fotografiarse con los turistas a cambio de uno pocos rublos, incluso a Lenin, en su día, le multaron por andar en plan “borrachón” (que no bonachón como aparentaba cuando Rebocato lo vislumbró en la Plaza Roja) armando gresca por la plaza de marras bajo los efectos etílicos:

http://www.20minutos.es/noticia/2508488/0/lenin-stalin/plaza-roja-moscu-rusia/pelea-dobles-turistas/

   Menos mal que, por la Plaza –aún llamada Roja–, no apareció haciendo demostraciones de judo el “zar” Putin el cual, como bien sabemos, en un acaparador de cinturones negros, aunque Rebocato, otrora, tuviera mucho más respeto al cinturón de nuestro labriego castellanoviejo, al cual nunca llegó a probar, algún mosconazo a tiempo sí, pero en fin, como decia el otro: “El miedo guarda la viña”.

   Reseñar que para ver la plaza Roja iluminada por la noche, hay que andarse listo ya que a las 00:00h. cierran su acceso con vallas y policías. Que no os pase lo que a Rebocato y a sus 6 acompañantes que después de perderse por el centro de Moscú a causa de un exceso de confianza y no mirar el plano como mandan los cánones, comprobando los nombres de las calles (escrito en cirílico, que tiene su origen en el  monje Cirilo, el cual se debió de quedar bien a gusto al sacar el alfabeto de las narices, al cual no se le entiende ni “atao”) en los cruces, llagaron a la Plaza Roja justo cuando instalaban las vallas y no pudieron acceder al interior de ella, se contentaron con verla a través de las rejas de una de la grandes puertas de la Resurrección. Se conjuraron los siete viajeros para volver a la plaza a la noche siguiente en taxi después de cenar, pero resultó que a la nombrada noche cuando estaban ajustando el precio con los taxistas (en Moscú hay taxis y coches particulares que hacen de taxistas y, estos últimos, no llevan taxímetro, por lo que, con el fin de evitar sorpresas, conviene acordar el precio antes de subir al coche) a la puerta del hotel empezó a caer una liza de agua de “agárrate  y no menees”, con lo que al final desistieron de viajar y se quedaron bebiendo en una de las terrazas del amplísimo hall del hotel (con el amigo de la petaca haciendo uso de ella para animar su Fanta naranja), hasta que les echaron y se retiraron todos a sus aposentos a pernoctar.

   Resumiendo, ¿tanta plaza para qué?, pues para que en 1987 aterrizara en ella un chaval de la Alemania Occidental con una avioneta  en la que venia desde Finlandia, y que puso de los nervios a toda la Plana Mayor soviética, teniendo como consecuencia el cese fulminante del Ministro de Defensa soviético.

   PD.- Tanto en la Plaza Roja como en el Hermitage de San Petersburgo hay unos autóctonos que al oír hablar a los españoles (incluidos los catalanes de L’Aldea y Tortosa del grupo,) ofrecen un libro de Moscú y de San Petersburgo, respectivamente, a 10€ la unidad, pero al final lo venden por 5€ si no pica el personal con la oferta de 10. Los libretos tiene unas fotografías bastante majas.



         EL KREMLIN:

                    “Los eslavos, definen «kremlin» a la parte amurallada de una ciudad, que a su vez tenia que ser autosuficiente para poder resistir asedios”.            
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   Que despago, piensa ahora Rebocato, toda la vida creyendo que si el Kremlin (no confundir con los mamones de los bichos llamados Gremlins de la película estadounidense del año 1984) era la catedral de san Basilio, o el parlamento soviético, o la residencia de los mandamases del Politburó/”Komiter Central” o como se diga, y resulta que es un recinto amurallado (la muralla  con 20 torres de la órdiga, 5 de ellas con estrellas que sustituyeron a las águilas bicéfalas zaristas) ubicado al lado de la Plaza Roja y del río Moscova, y rodeada la muralla por los grandes jardines de Alexander (Alejandro para los no bilingües). El recinto está lleno de catedrales; iglesias; palacios de los zares; residencia del Presidente; el Palacio Estatal del Kremlin (antes Palacio de Congresos); el edificio del Senado; el Campanario de Iván el Grande; monumentos; el Museo Histórico; la tumba al soldado desconocido (que aún no le han identificado); el mausoleo de Lenin; el Picadero (no es lo que están pensando los lectores con tendencias lascivas –6º Mandamiento: “No cometerás actos impuros”–, sino  sala de exposiciones); la campana–zarina (la campana mas grande del mundo que no llegó a tocar nunca, caso de haberlo, hecho, viendo su descomunal volumen, todos los rusos estarían sordos) porque se le desprendió un gran trozo durante un incendio al echar agua sobre ella, rarezas de la física; el Cañón del Zar (con unas bolas que no se las salta un galgo, nos referimos a las del cañón, no a las del zar que no están expuestas); jardines; edificios de armería y arsenal; etc. etc.




Pie de foto.- Plaza .de las catedrales del Kremlin.




Pie de foto.- La campana Zarina. Nada que ver con la de chocolates Elgorriaga.


  Aquello es un maremágnum de gentes pululando por doquier entre edificios, plazas y monumentos cual hormiguero alborotado (como cuando meaba encima de ellos Rebocato de pequeño en nuestro pueblo castellanoviejo), con lo que, y para no perder ripio, nuestro amigo no sabia adonde dirigir la mirada con el fin de retener el máximo posible de edificios y monumentos espectaculares y así, de paso, ir amortizando el gasto viaje. 

    Para colmo, en la plaza de las catedrales, se hizo una parada militar (con caballería incluida) con lo cual el grupo, hasta que no acabara esta no podía visitar aquellas, y allí se concentró gente para aburrir. Ni que lo regalaran, oiga.



Pie de foto.- El cañón del Zar que dicen que está sin estrenar..

   Cada día estamos más tontos, agobios, penalidades y encima pagando una pasta: ¿reminiscencias masoquistas o una forma de iniciarse en ello?

   Cuando paró la parada militar, no sabemos si con inteligencia (ya dijo Groucho Marx –otro marxista, al menos de apellido–: “La inteligencia militar es una contradicción en sus términos”. “Juas, juas, juas” –esto último es de Rebocato, eso sí, plagiado del guasap de un sobrino político suyo, pero que no se dedica a la política. Gracias, Miguel–) el grupo puede visitar el interior de las catedrales y monumentos de intramuros.

   Muy bonito todo el recinto e interiores, a pesar de que el ejercito de Napoleón destruyó y saqueó lo suyo allá por 1812.
  Pero luego se llevó lo suyo, el revolucionario de pacotilla que llegó a coronarse Emperador. Paradojas de la vida.

  El grupo abandona el Kremlin mas que satisfecho, al menos en la apariencia de sus rostros y lo que comentan, excepto el amigo madrileño de nuestro amigo, que ha pasado mala noche y tiene fiebre, se nota que no es castellanoviejo, a pesar de que veraneaba –en verano, valga la redundancia– por la Meseta auténtica. Estos señoritos de los madriles……


     EL METRO:

   Para visitar las estaciones mas llamativas del metro de Moscú, también se divide el grupo en dos y cada parte de él con una guía autóctona. Por cierto, lo de la guía Irina fue un chasco generalizado entre los hombres del partido grupo, y no nos referimos a que no fuera, la chica, competente con sus explicaciones culturales.




Pie de foto.- Una estación del exagerado y rimbombante Metro de Moscú o ¡¡¡proletarios de mundo, uníos!!!, jugando a ricos.

  Que decir del metro mundialmente conocido que no se haya dicho ya. Lo vendían los soviets como uno de los grandes logros de la Revolución, pero ahora narramos lo que piensa Rebocato al respecto, en su reciente visita al llamado Palacio Subterráneo:

  “Una vez dentro de sus tripas, cuando estábamos bajando hasta el fondo en las escaleras mecánicas que nunca se acababan, yo pensaba que en cualquier momento aparecería Lucifer, tridente (no nos referimos al recientemente mellado del Barça) en mano. Y menos mal que las escaleras dichosas no se averiaron  cuando  estábamos todos allá abajo del todo, porque  dada la profundidad en la que nos encontrábamos, aún estaríamos allí, mendigando para subsistir caso de no repararlas, porque a ver quien es el guapo, de los componentes de nuestro grupo de turistas, que sube todas esas escaleras a pinrel, con las edades que nos gastábamos, y donde el conjunto de catalanes subía, no las escaleras en caso de la mencionada posible avería, sino la media de edad del grupo considerablemente (que conste que no es el enésimo ataque a Cataluña, era la realidad vigente allí –in situ–).

    Las fastuosas estaciones están decoradas con: más de 20 tipos de mármol, variados tipos de granito, estatuas, bajorrelieves, mosaicos, pinturas, vidrieras de colores, lujosas lámparas, cenefas, representaciones bélicas y de la vida cotidiana de la ciudad y del campo, etc. etc.

    Pero…¿para qué tanto lujo? ¿No luchaba contra eso el proletariado? ¿Para qué jugar a imitar a los zares? Con un metro de andar por casa como los que tenemos en algunas de nuestras ciudades es mas que suficiente, total, básicamente se coge el metro para ir al curro y la gente va con prisas y no tiene tiempo de ver maravillas, para eso están los museos. Uno no puede ir al curro y llegar a fichar tarde y decir a tu jefe: Es que he estado en la estación “X” (porque a ver quien es el majo de por aquí que se aprende el nombre de una  de las estaciones de las de por allí, ni apuntándotela en un papel o en las notas del móvil)  contemplando la estatua de Lenin y por eso se me ha hecho tarde. Ah, muy camarada revolucionario.

    Por otra parte todo está impoluto: ni una sola colilla en el suelo; ni un papel; ni un chicle pegado al piso; ni una pintada en las paredes, realizada: bien con espray, bien con un rotulador gordo; no como aquí que se puede escribir en los carteles de anuncios mientras esperas el metro, por ejemplo: te deja el/la novio/a, pues apuntas con un  rotulador en el cartel de publicidad o en la pared misma –lo que te pille más a mano–: LO HAGO GRATIS ME LLAMO PEPE/A MI MÓVIL ES XXX XXX XXX eso fomenta las relaciones humanas y quita la depresión pos-noviazgo.

    Tanta represión encubierta recorta la libertad de expresión y destruye la creatividad de las pasajeros con despuntes artísticos improvisados y repentinos.

   Por otra parte, no se oye una voz más alta que otra, solo las de las guías autóctonas que tratan de culturizar (tarea harto difícil) a los componentes de sus grupos respectivos.

   Concluyendo: Un auténtico muermo. Me gustan más los metros de Bilbao, Barcelona Valencia o Madrizz. Hay mucha mas vida y bulla en ellos, incluso artistas amenizando el viaje a los pasajeros con acordeones, trompetas y música en vivo en los vagones, resultando que los pasajeros son mucho más espontáneos, incluso ensucian con el fin de que los componentes de las brigadas de limpieza, de este bendito país, no pasen a engrosar las filas del paro, ya de por si bastante prietas, recias, marciales y orondas”. Como en el canto tercer del libro sobre el infierno de la Divina Comedia de Dante: "Abandonad toda esperanza....". No se han ido nunca y nunca vendrán los míos, pensará más de uno, actualmente.




Pie de foto.- Sin ánimo de crear malos rollos y peores quereres, decir que ahí acabará más de uno. A ver como manejamos el libre albedrío, en nuestra convivencia del día a día, con nuestro prójimo.



     GALERÍA TRETIAKOV

   Mu´maja ella, o majo, ya que dicen que es un de los museos de arte mas afamado del mundo. Sus obras abarcan todo el milenio del arte de la cultura Rusa, y Rebocato pensado que temaría sobre los videojuegos del Tetris que, al fin y al cabo, lo inventó un ruso.

    Después de haber dormido apenas cuatro horas, y de estar toda la santa mañana pateando por Moscú, y acabados de comer, sin siesta, te meten en la galería de marras, rodeado de chinos por doquier, y de no chinos para aburrir, estate tres de horas de pie y cencerreando de sala en sala tratando de asimilar el derroche de explicaciones de la guía que pone énfasis y voluntariedad en sus peroratas y, de paso, ojo avizor para no perder a nadie del grupo, y cuando acaba la tortura vas y me cuentas como te encuentras, caso de que no te hayas perdido en el deambular constante dentro del edificio de marras.



Pie de foto.- La Galeria Tretiakov. Rebocato cierra los ojos y aún ve marcos de cuadros.


     Por si fuera poco, Rebocato y sus acompañantes íntimos se van, después de cenar, voluntariamente andando desde el hotel hasta la Plaza roja con el fin de verla iluminada. Se pierden varias veces, preguntan a las buenas gentes del lugar que les ayudan buenamente y cuando por fin arriban a la Plaza roja sobre las 00:00h. se encuentran que la están vallando y que la policía no les permite acceder a su interior.

    Ya destrozados cogen los 7 magníficos (con 4 magnificas incluidas en el lote) dos taxis negociados y se dirigen al hotel, dulce hotel.

    Cuando pillas la cama y cierras los ojos sigues viendo iconos por todos los lados y Morfeo sin aparecer.



     CONVENTO DE NOVODEVICHI

   La visita a este convento provocó tres grandes desilusiones en Rebocato:

    PRIMERA: Sus espectaculares cúpulas estaban en fase de restauración (no se apreciaban por los andamios y protecciones) y por lo tanto era tontería retratarlas.

  SEGUNDA: El nombre del convento en sí, le indujo a pensar que encontraría muchas fuentes de agua fresca, cristalina y de calidad. Pero nada más lejos de la realidad, ni bonitas fuentes, ni agua de calidad.

    Al llamarse Novodevichi nuestro amigo dedujo que “novo” era nuevo y “devichi” que se refería al agua de Vichy (Magnifica agua de Gerona, dicho sea de paso). Pues no era eso, allí había iglesias conventos, monjas y obreros liados con las obras los cuales no desentonaban con sus colegas de las aceras extramuros (uno currando y siete mirando, lo que hacia aquel).

  TERCERA: (La más grave de todas). Aconteció que en un momento de la visita hablando sobre las monjas, la guía dijo que actualmente existian cuatro plazas vacantes, Rebocato lo pilló al vuelo y después de consultarlo con sus dos amigo (el de la terreta y el de los madriles) preguntaron, en un aparte, a la guía que donde se pedían las instancias para las vacantes. La guía pensó que la habían entendido mal y dijo que la vacante no eran para monjes, sino para monjas, a lo que ellos respondieron que habían entendido perfectamente que era para ver si podían quedarse allí internas sus tres mujeres respectivas. Desafortunadamente la guía se lo tomó a broma y no hubo solicitudes de ingreso.

PD.- Nos quedamos aquí, pero esto no se ha acabado. Lo sentimos por la tabarra, pero no hay más remedio que hacer una tercera parte, el periplo no ha acabado de relatarse.



         HistoriasdeRebocato@agosto-2017

14 de agosto de 2017

REBOCATO EN EL PAIS DE LOS SOVIETS (1ª Parte)



       REBOCATO EN EL PAIS DE LOS SOVIETS (1ª Parte)

      ARRIBADA:

     T ratando de emular a Tintin –en el titulo de su primer álbum (editado en 1930) de Las aventuras de Tintin, escrito e ilustrado por el belga Hergé, y que le fue encargado, al historietista, por su abate jefe con el fin de posteriormente utilizarlo como propaganda antimarxista dirigido a los mas pequeños de cada casa– nuestro amigo Rebocato, al igual que Tintin, decidió aventurarse en las Rusias del ahora zar Putin.

    Al aeropuerto de El Prats de Barcelona se dirigen en bus nuestro amigo Rebocato y acompañantes turistas desde la ciudad del Levante español, donde moran, para subir al avión con el que cruzarán toda Europa hasta llegar a Moscú.

     En el aeropuerto catalán andan estos días con una huelga de celo de los empleados de la empresa de seguridad que se dedica a controlar el acceso de los viajeros a la zona de embarque. Parece ser que el Gobierno de la Generalitat y muchos independentistas ven en dicha huelga algo así como el enésimo ataque a Cataluña, por parte del Gobierno Central, ya que una alto cargo de la empresa de seguridad es hermana del Presidente de la Junta de Galicia y puede estar azuzando a los empleados a la huelga salvaje. Al final la Guardia Civil (“cuerpo represor” obedeciendo al “opresor” Gobierno Central actualmente en manos de Mariano) se dispone a tomar el control del aeropuerto catalán. En fin, conspiraciones judeomasónicas del “Estado autoritario y opresor” que es España, versus Pep (José en casa, según su padre) Guardiola (futurible y posible superguay Ministro de Cultura y Deportes de la venidera República Catalana) lector de comunicados denunciando al mundo los atropellos del Gobierno Central contra el pobre, vilipendiado y desvalido pueblo catalán.

     Una vez embarcados, el avión despega sin novedad hasta que 3 horas y media mas tarde el comandante de vuelo dice que en 20 minutos aterrizarán en el aeropuerto internacional de Moscú -Sheremétievo. Los 20 minutos se convierten en 50 de marras sobrevolando la ciudad. Por fin el avión comienza a descender, con el pasaje un tanto mosca por la tardanza, y de pronto la nave inicia unas subidas y bajadas bruscas, amenizadas con el peculiar griterío de la gente que piensa que en vez de aterrizar se van a estrellizar todos juntos, tripulación y pasaje. Afortunadamente el avión se estabiliza (Rebocato piensa que han estado todo ese tiempo dando vueltas a lo tonto sobre el cielo de Moscú con el fin de que la torre de control les diera pista para aterrizar, y que la maniobra violenta –­la cual ha provocado el acojone general– habrá sido porque el comandante ha dejado los mandos al copiloto becario) y aterrizan sin más novedad, ante el aplauso nervioso de parte del pasaje. Ya lo dice el dicho: “La tontuna humana no tiene límite”

    Va saliendo la gente del interior del avión, Rebocato observa que en la puerta de salida no están formados y sonrientes, como suele acontecer, el personal auxiliar de vuelo; al contrario, andan cerca de la cabina disimulando como que hacen algo. La contraria de Rebocato, al salir, le espeta a un auxiliar de vuelo:

    “Por favor dígale al comandante de vuelo que mal, muy mal”.

    El muchacho no sabe donde meterse.


EL CONTROL:

   Ya son las 00:30h. (hora local) y Rebocato y acompañantes, acompañados por la guía, se dirigen a las ventanillas de control de pasaportes. En la zona reina el caos, hay un rebaño de personas variopintas esperando turno para las ventanillas, por lo que la guía preguntando a un policía dirige a la tropa a otra sala de control, Les toca esperar una hora y media hasta que todo el grupo pasa los controles de identificación. A Rebocato le cierran hasta tres ventanillas cuando le iba a tocar turno (palabrita del niño Jesús) de tal forma que su mujer ha pasado el control hace rato y él continua probando suerte y poniéndose en cola de nuevo y barrunta que está gafado. 

     Hay por allí un personaje el cual a un niño díscolo le coge de la oreja y casi le levanta en vilo tirando de ella, Rebocato al contemplar la escena se traslada 50 años atrás cuando eso era cotidiano en nuestro pueblo castellanoviejo. Mas tarde, verá a una madre, con tres hijos pequeños que no paraban de enredar a su alrededor, sacudir –sin recato alguno­– una colleja monumental a uno de ellos. Mano santa en ambos casos, efectividad plena con la aplicación de la psicología infantil.

    Una vez pasados los controles, recogen el equipaje facturado y sale todo el grupo y la guía del aeropuerto en busca del bus que les trasladará hasta el hotel ubicado en el centro de la capital moscovita donde, por cierto, no se vislumbran moscas.


LA PERTINAZ PUERTA:

   Ya en el hotel, son las 03:30h cuando reparten habitaciones al grupo y las castigadas gentes suben, tarjeta/llave en mano, a las habitaciones asignadas.

  Rebocato y señora llegan a su habitación y aquel introduce la tarjeta/llave en la ranura aparente de la puerta de la habitación, saca la tarjeta, se enciende el led verde, se oye el ruido característico de cerradura abierta y con su mano derecha bascula el picaporte de la puerta y…..¡sorpresa! la puerta no se abre. Repite la operación de nuevo y el led piloto se queda en rojo y la puerta no se abre. Prueba con la otra tarjeta y todo va perfecto hasta que acciona el picaporte y la puerta permanece impasiblemente cerrada. Lo intenta de nuevo y led rojo.

  Le dice a su santa que espere allí con las maletas y él baja a recepción donde se encuentran las dos guías (la nacional de aquí y la rusa de por allí) departiendo animosamente con los dos muchachos de recepción. Rebocato expone su problema en castellano (no lo intenta en ruso porque lo desconoce y escribir en cirílico le cuesta) y acto seguido le vuelven a activar las dos tarjetas/llaves y enfila hacia los ascensores deseando pillar la piltra de una maldita vez.

   Llega a la puerta de la habitación prueba con una tarjeta y la puerta sigue sin abrirse, prueba con la otra y lo mismo. Ya un tanto soliviantado vuelve a bajar desde el piso 12 a la planta 1 (En Rusia la planta baja no existe) cruzando los dedos para que, ya puestos, no se quede encerrado en el ascensor. En recepción vuelve a decir que no se abre la puerta y que si se va a pasar, lo que queda de noche, viajando en ascensor.

   Uno de los tovarich descuelga el teléfono y habla con alguien, el otro vuelve a activar las tarjetas a Rebocato.

   Al rato aparece un muchacho de unos 25 años que Rebocato interpreta que es el botones Sacarino. Aunque físicamente nada se asemeja a este ya que mide casi dos metro, tiene un pelo negro espelujado, chaqueta mal abotonada, corbata torcida y cara de recién despertado por teléfono y, por lo tanto, de pocos amigos.

   Le dan al desastrado una tarjeta/llave maestra y se dirige con nuestro amigo al ascensor. Ya delante de la puerta recalcitrante Sacarino le hace gestos a Rebocato para que haga la maniobra de apertura, nuestro amigo mete una de las tarjetas en la ranura, la saca, se enciende el led verde y se oye el sonido de la cerradura. El botones con cara de triunfo intenta abrir la puerta y se queda con un palmo de narices, la puerta no cede. Prueba con su tarjeta maestra y ocurre lo mismo. Se la tiene que enfundar, coge una maleta, Rebocato la otra y se bajan los tres a recepción. Maldito viaje, rumia para sus adentros nuestro sufrido y ya casi irascible amigo.

   En recepción buscan por el ordenador habitaciones libres y asignan a nuestra pareja amiga una habitación en la planta 13 (menos mal que Rebocato no es supersticioso). Suben con Sacarino y esta vez la puerta de la habitación se abre.



                 Pie de foto.- Hall y aparatos elevadores del hotel de Moscú donde Rebocato se pasó una bonita madrugada viajando en ellos arriba y abajo.


   Rebocato reza con el fin de que, para rematar la noche, no se prenda fuego el hotel.

   Son las 04:00h y casi empieza a amanecer.

PD.- Días después las fuerzas de ocupación de la Guardia Civil toman El Prats y, ni el Govern de Catalunya (en occitano: Govèrn de Catalonha) ni los independentistas, se quejan al respecto. Barruntamos que los de la CUP andarán de vacaciones y por principios no volarán desde El Prats, campando allí, a sus anchas, la Benemérita.

          HistoriasdeRebocat.o@agosto-2017