REBOCATO Y LOS ORTODOXOS (País de los Soviets. 3ª
Parte).
Hola a todos, todas:
Ya
está, recién salida del horno, la 3ª entrega de Rebocato en el País de los
Soviets cuyo titulo es: “Rebocato y los ortodoxos”. Una pena lo que aconteció, allá por el año del Señor de 1054, en forma de Cisma (separación ) de la
cristiandad de Oriente y la de Occidente, no sé si ocasionada para dar pábulo
al tan traído y llevado ecumenismo.
En
fin, los “intereses creados” de siempre y no de Jacinto Benavente precisamente,
que también. No pretendo, con el fin de que no me anatematicen, comparar a los pícaros recalcitrantes, llamados Crispín y Leandro, con el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla
protagonistas, estos, del Gran Cisma de marras.
Y
como, como dice el dicho: “Cuando un tonto coge la linde, la linde se acaba y
el tonto sigue”, se barrunta el advenimiento de una 4ª entrega de “El País
de los Soviets”, debido a que falta el narrar “Rebocato en San Petersburgo”.
Quedad (ojo al imperativo, que luego un sobrino mío me pela) con Dios y cada cual con su Papa o su Patriarca (los de otras confesiones y ateos, no).
Quedad (ojo al imperativo, que luego un sobrino mío me pela) con Dios y cada cual con su Papa o su Patriarca (los de otras confesiones y ateos, no).
ORTODOXOS:
En su reciente viaje a Rusia, Rebocato estuvo bajo el influjo de las
creencias ortodoxas a causa de las explicaciones que las amables guías (nos
referimos a las de carne y hueso, aunque unas mas que otras, sobre todo Irina) autóctonas,
impartían a su grupo de turistas durante las visitas a: catedrales, iglesias, monasterios,
museos, etc. Debido a esto, nuestro amigo, tuvo que contemplar cantidades ingentes de
iconostasios con iconos –pintados y en mosaico– con representaciones de
Jesucristo, la Virgen, los santos, los ángeles y algún que otro episodio de las
Sagradas Escrituras. No sabemos si tendrá algo en contra de los esculturas, pero el
cristianismo ortodoxo refuta los ídolos en tres dimensiones.
No obstante Rebocato aguantó el envite, y con ello la posible tentación, volviendo, días después, al suelo patrio tal y como se fue a tierras de ortodoxos (no vamos a decir como fue con el fin de preservar su libertad religiosa, contemplada en nuestra Constitución –no física, sino la Carta Magna– a la cual algunos se la quieren saltar a las bravas con urnas de andar por casa, algo parecido a lo que presenció Rebocato en la empresa en la que laboraba, años ha, donde los sindicalistas de un Sindicato de Clase fueron desde la capital de provincia, con unas cajas de zapatos bajo el brazo, a recorrer algunos pueblos para respetar el derecho a decidir –en forma de recogida de votos– de otros compañeros de empresa que no podían desplazarse a la capital ), es decir, sin atisbo de contaminación alguna, religiosamente hablando, claro.
Los
ortodoxos rusos siguen fieles al Calendario Juliano para sus celebraciones litúrgicas,
de tal manera que cuando nosotros comenzamos, por ejemplo, el régimen para
depurar los excesos de comida y bebida de las acabadas fiestas navideñas, ellos
las comienzan (13 días después, pues para ellos el día de Navidad es el 7 de enero), en cambio,
en la vida civil y política, se rigen por el Calendario Gregoriano, como nosotros.
Según
dijo una guía en una de las visitas guiadas, cuando un ortodoxo muere, su alma
está 9 días en el Cielo y, después, 31 días en el Infierno. Pasada esa cuarentena
decide (barruntamos que el alma sin consultar al cuerpo) donde se queda. A Rebocato eso le olió a chamusquina y se preguntaba: “¿No
será esto un ardid para que reniegue de mi supuesta fe católica y me convierta en cristiano ortodoxo?
¿Cómo vas a ir 9 días de prueba al cielo y 31 al infierno y después elegir
plaza? Obviamente uno de los dos sitios se quedaría lleno de personal
resucitado y el otro vacío, excepto masocas, claro”.
Buscando
en la red, comprobamos que, cuando un ortodoxo la palma (aunque no sea de forma muy ortodoxa), al cuerpo le dan sepultura, y el alma se separa del cuerpo (en este caso no
sirve aquello de: “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”) quedando
cuerpo y alma apartados y en una situación estacionaria (en stand by) esperando
el Juicio Final que será –y nunca mejor dicho– cuando Dios quiera.
La
religión ortodoxa dice NO a muchas cosas con respecto a las que mantiene la Iglesia Romana. Cuando se consumó el Cisma
entre Oriente y Occidente, allá mediado el siglo XI (año 1.054 D.C.), se excomulgaron,
mutuamente, el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla, aunque la separación
(y eso que la Iglesia romana no permitía, ni permite, el divorcio, a no ser que
pagues caro y en metálico, claro) ya se barruntaba desde tiempo atrás. Luego en
el siglo XVI vendría Lutero con las rebajas (tipo oferta gran supermercado, de hoy en día, con sus 95 tesis, en lugar de 100, para redondear) en
forma de un nuevo Cisma.
Vayamos
con algunos de los "Noes" de los ortodoxos:
–No a las estatuas en los templos. (Pero
tienen todos sus interiores llenos de iconos: pintados –en madera o frescos– o
en forma de mosaicos).
–No al pan ácimo en la comunión.
(Comulgan con pan normal y vino –esto último mola, aunque no sabemos si los que
padezcan cirrosis hepática, caso de que acompañen un justificante médico, `podrán
negarse a beber del cáliz sin ser declarados herejes por el pope de turno)
–No a las ordenes y congregaciones
religiosas. (como las católicas: Franciscanas, benedictinas, carmelitas, salesianas, dominicas, agustinas,
mínimos, menores, capuchinas…etc. Nada de nada).
–No a la Santísima Trinidad (el Espíritu
Santo procede solo del Padre, dicen, no del Padre y “del Hijo” –“Filioque”– como
los católicos).
–No a las indulgencias. (Por lo tanto no
pueden recaudar dinero por las bulas. Esto NO mola, porque te sirve de poco ser
rico y católico, estés vivo o muerto).
–No al Purgatorio. (De esa manera se les
cierra la posibilidad de recaudar cuartos en las misas de intenciones por las
almas de los difuntos como hace la Iglesia Católica. Esto tampoco mola si eres católico rico
y pecador. Los ortodoxos mueren y su alma espera –a saber donde– hasta el Juicio
Final, sin gasto posterior alguno para sus familiares y allegados en forma de misas)
–No a la concepción, sin coito, de la
Virgen María, por parte de sus padres (Ana y Joaquín). Sobre Jesucristo sí que
admiten que la Virgen fue concebida por obra y gracia del Espíritu Santo.
–No a la herencia del Pecado Original. (Esto
ya parece más humano y de cierta lógica, alegan que: Adán y Eva ya pagaron con su
expulsión del Edén).
–No al celibato. (Si te quieres casar –para tener futuros problemas– tienes que hacerlo cuando eres diácono, una vez que te ordenan sacerdote –Pope– ya no puedes casarte. Y en el caso de que quieras aspirar a obispo has de mantener el celibato desde el principio).
–No a la OTAN (Perdón, esto era del Felipe –"cambiachaquetasdepanamarrón"– antes de llegar al poder. No fue muy ortodoxo que digamos, el ex Isidoro
en el tema de marras).
Ante
tanto NO y con el fin de no tener
que empezar la catequesis de nuevo y, con el peligro añadido, de tener que
ejercer, otra vez, de monaguillo (no creemos que, a Rebocato, le convalidaran sus años dedicados, como tal, en la Iglesia Romana de nuestro pueblo castellanoviejo) que en el caso
ortodoxo sería entre bambalinas por los iconostasios de marras ubicados entre el
altar y la feligresía, pensando en todo esto, Rebocato no se decantó, a la
vuelta de su viaje, por el posible cambio de grey. No están las cabezas, a esas
edades, para empezar de nuevo con el estudio del camino verdadero para la
salvación eterna. No queda tanto tiempo. Él piensa que para salvarse hay que
ser de todas las religiones ya que, la de uno, con tantas como hay sobre la faz (no confundir con paz que es una utopia) de la Tierra, es muy difícil que sea la verdadera.
EL CRUCIFIJO:
A
Rebocato, por aquellos lares, le llamaron especialmente la atención las pinturas y crucifijos que representaban a
Cristo crucificado. Así como la Iglesia Católica representa a Nuestro Señor Jesucristo
crucificado (como Dios manda) con tres clavos: uno en cada mano y un tercero para los dos pies, superpuestos uno sobre el otro; la Iglesia Ortodoxa lo exhiben con cuatro clavos, a saber: uno en cada
una de las dos manos y uno en cada uno de los dos pies.
Rebocato
barrunta que, aunque a la hora de crucificarte te den a elegir entre tres
clavos o cuatro, el dolor será el mismo, porque en ambas situaciones los dos
pies te los agujerearán por igual, lo único que, por cada crucifixión de los
condenados, se ahorrarían un clavo por crucificado, lo cual sería una
forma de optimización de recursos, tan en boga hoy en día. De todas maneras a
los dos ladrones crucificados, a ambos lados de Jesús, les ataron, de pies y manos,
con cuerdas a la cruz ¿por falta de clavos?.
Por
otra parte apuntar que, la cruz ortodoxa –aparte de un clavo añadido con
respecto a la cruz católica– lleva dos travesaños mas: uno encima de la cabeza
de Jesucristo con la inscripción de INRI (dicen algunos que escrita en tres idiomas: griego, latín y hebreo), y el otro, inclinado, en la parte de
los pies clavados. La parte elevada del mencionado travesaño inclinado, simboliza al Buen
Ladrón y la parte baja al Mal Ladrón. En fin, que los ortodoxos parece que no
escatiman, a la hora de representar el crucifijo, ni en madera ni en clavos.
Pie de foto.- Hete aquí, un
Cristo crucificado tal como se representa en los crucifijos y pinturas de los templos
ortodoxos.
LA DORMICIÓN:
Nunca
antes había oído hablar Rebocato de la Dormición de la Virgen. Pero aconteció
que, en un museo de Moscú, la guía autóctona del grupo explicaba un cuadro que
representaba la “Dormición de la Santísima,
Purísima, Bendita Señora Madre de Dios y Siempre Virgen María”. Decía que "la
Virgen" (a secas, por abreviar) se quedó dormida –de ahí lo de la dormición– y
que a su alma la elevó al cielo su Hijo resucitado (se refería, la guía, al hijo
de la Virgen no al suyo). Lo que no aclaró la guía es si el Hijo, antes de que entrara la Virgen en Dormición, si la consultó por si quería que subiera su alma al Cielo y ella quedarse aquí, en la Tierra, en situación de Dormición.
Entonces, Rebocato indagó a la guía
que, ¿si se quedó dormida la Virgen, donde guardaron su cuerpo, o si la enterraron
dormida?. La guía no supo contestar como Dios manda y se salió por los cerros de
Úbeda –que dicho sea de paso, seguro que ni sabia por donde paraban– diciendo que creía que no estaba enterrada. Rebocato apuntó que era mucho más creíble la versión de la
Iglesia Católica con lo de la Ascensión a los cielos de María en cuerpo y alma,
y que de esa manera las guías católicas se evitarían, en las iglesias de
occidente, las preguntas chorras de alguien como él, y con ello
tener que tratar de inventarse donde duerme el cuerpo dormido de la Virgen, actualmente.
Pie de foto.- La Dormición. Jesucristo, ya resucitado, coge el alma de la Virgen y la asciende al Cielo. El cuerpo de la Virgen queda en estado de dormición.
IGLESIAS Y CATEDRALES:
Lo
que más agradó a Rebocato de las iglesias y catedrales ortodoxas fueron sus
magnificas cúpulas llenas de colorido y bañadas en oro muchas de ellas. Las
cúpulas suelen manifestarse en forma de cebolleta y/o de piña. Rebocato no es
mucho de aparecer con cara de foto en las fotografías pertinentes cuando se va cencerrear por ahí afuera, pero ante la impresión y
el agrado que le provocaban las mencionadas cúpulas, estuvo, en este viaje, con
más predisposión para posar, pero como el diablo nunca duerme, resultó que al
hacer el posamiento, un amigo suyo (no vamos a decir cual de los dos que le
acompañaron junto a las respectivas contrarias de cada cual) que se prestaba a
hacer las fotos de rigor –tanto a Rebocato solo, como en compañía de la contraria de este–, cuando apretaba el disparador, el resultado era, que en la fotografía, alguna o algunas
de las cúpulas de marras se presentaban cortadas.
Al
contrario que en los templos católicos y protestantes, dentro de los templos ortodoxos
no hay ni bancos ni sillas (alguna silla o banquito emerge al lado de alguna
pared, para utilizarlos en casos excepcionales). Allí se va al culto, a poner alguna velita y a santiguarse –varias veces si se tercia– ante tu icono favorito, a la vez que se besa el cristal protector del icono,
y santas pascuas, con lo que el aforo de fieles y curiosos, por el espacio
físico libre de obstáculos, es potencialmente mucho mayor por metro cuadrado
que en las iglesias de católicos y protestantes. Aparte de la optimización del
espacio, se evita a mucho ateo que, como ocurre en nuestro Pais, en vez de entrar a rezar ocupan plaza en los bancos para descansar y estar
un rato fresquitos (caso de ser estío) dentro del recinto sagrado, y luego
encima se jactán ante los creyentes con aquello de: “Mientras el cristiano
reza, el ateo bebe cerveza”. Que se metan a descansar y a beber cerveza en un
bareto con aire acondicionado y que dejen sitio libre, en las iglesias, a la
gente pía, de paz y de orden. Esas personas, que aprovechaban la coyuntura, desde que
cobran (cuando no son horas de culto) para acceder a las catedrales, se les ha
ido, de repente, su fingida devoción y admiración por el arte eclesiástico.
Pie de foto.- Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada. Hízose en el sitio donde atentaron contra Alejandro II de Rusia. Era el sexto atentado que sufria (por tanto, Alejandro tenia menos vidas que un gato) y a causa de él (del atentado, no del gato), esta vez sí, murió. En la instantánea no aparece la parte de abajo de la fachada de la iglesia para evitar el gentío que andaba por allí pululando, sobre todo compuesto por chinos, "tan queridos" ellos por las guías de por allí.
Al
entrar en las iglesias y catedrales, los ortodoxos se santiguan con tres dedos de
la mano derecha (Rebocato ignora si los mancos de mano derecha pueden
santiguarse con la mano izquierda) juntando el pulgar, el índice y el corazón
–nos referimos al dedo, no a la bomba aspirante /impelente– de la siguiente forma:
desde la frente al pecho; desde el pecho (ojo) al hombro derecho y desde este al
hombro izquierdo (los católicos –aunque sean algunos o muchos, de derechas– van primero al hombro izquierdo y después al
derecho), eso sí, los ortodoxos, hacen unos arcos bien pronunciados con la mano derecha al ir
desde un punto a otro al hacer la señal de la cruz, no como los católicos que lo hacen de
forma, prácticamente, plana lo cual quita rimbombancia y atractivo a la acción del santiguado.
Ignora
Rebocato si los ortodoxos al santiguarse invocan a la Santísima Trinidad (para
ellos el Espíritu Santo procede solo del Padre) como hacen los católicos.
Dentro
de los templos ortodoxos no existen estatuas, pero en cambio, iconos de Jesucristo,
de santos y de la Virgen, hasta en la sopa. en el interior de ellos no queda nada por decorar,
hasta las columnas tienen iconos.
Pie de foto.- Interior de la "Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada" o "Iglesia de la Resurrección de Cristo". No queda nada por cubrir. Rebocato al ver, a primera vista, tanto icono por dentro, y que no quedaba un mínimo de espacio físico para grabar su nombre con una llave de casa para dar fe de que estuvo allí, aunque fuera en un rincón apartado, pensaba:
“Mare meua (Madre mía, para los no bilingües) la faena que tendrá el pintor de turno cuando le llamen para dar una mano de
pintura por aquí dentro”. Luego, dijo la guía, que todos los iconos del interior de la iglesia son representaciones en mosaico. La parte de abajo no aparece retratada por razones obvias (mucho chino pululando por allí).
EL ICONOSTASIO:
Al
oír este palabro a Rebocato le vino a la memoria al tío Anastasio
“quepadescanse”, un buen hombre padre de un amigo suyo (con el que estudió en
Madrid) y vecino de un pueblo no tan cercano a nuestro pueblo castellaviejo, el
cual, según su hijo estudiante, criaba unos patatares/les de patatas forrajeras
y unos garbanzales que eran la envidia de la comarca. Rebocato da fe de ello
a causa de una visita que realizó al pueblo de su amigo, del que salió arreando
brisca antes de que le engatillaran para ayudar a arrancar los tubérculos (él ya había observado los abrojos que inundaban el patatar) y
eso que tenia sobrada experiencia para defenderse en esas lúdicas y amenas faenas realizadas al aire libre.
No
nos andemos por las ramas y vamos a ir resumiendo con el fin de no extendernos
en exceso y que después se nos quejen los lectores ateos de este blog, caso de
que los haya.
El
iconostasio es como una mampara llena de imágenes sagradas pintadas, que está
al fondo del templo y puede llegar a tener hasta 5 niveles. Hace de separación entre la parte terrenal (parte de
la nave para el culto de los feligreses) y la divina (parte del cielo donde
está el Altar). Tiene una puerta central grande y otras dos
laterales mas pequeñas. El altar donde se oficia esta ubicado detrás de la puerta
central del iconostasio, es la parte divina, y allí solo accede el que ejerce
el oficio y sus ayudantes. La puerta de salida a la calle representa el
Infierno. "En esto van acertados los ortodoxos", rumiaba Rebocato para sus adentros.
Observando
un iconostasio puede saberse a
quien está dedicado el templo. Si lo miramos de frente, en el primer nivel, empezando por abajo, claro, en el centro está la puerta central (Puerta del Cielo), a su izquierda y a su derecha se encuentran los iconos de la Virgen Maria y de Cristo, respectivamente. Al lado de Jesucristo, el segundo icono a
la derecha, de dicha puerta, aparece
pintado el Santo al que está dedicado el templo.
Pie
de foto.- Iconostasio de la Catedral de San Isaac. San
Isaac aparece (con barbas de años, lo que no creemos porque no somos ortodoxos) ubicado en el 2º icono de la fila de abajo
a la derecha de la Puerta del Cielo y de Jesucristo, respectivamente.
RECAPITULANDO:
Mientras
tanto, al contrario que en la Iglesia Católica, en la Iglesia Ortodoxa con tanto patriarca –cada país tiene el suyo, anunciaban las guías autóctonas– no
existe una cabeza visible que aglutine el rebaño. Rebocato no puede emprender su carrera dentro de la Iglesia Ortodoxa con el
cometido (que sería comedido) de ser el Patriarca Supremo, con el fin de unificar a todos los Patriarcas
actuales bajo su mandato, porque no tendría posibilidades de serlo, debido a que él ya no
es célibe. Por otra parte, en su periplo por las Rusias, ni se dignaron en ofrecérselo a pesar de que buenas perras se gastó en el viaje. Como para fiarse de los ortodoxos.
PD.- Muy a nuestro pesar, no queda mas remedio que seguir con los relatos de Rebocato en El País de los Soviets ya que, queda por contar Rebocato en San Petersburgo. Habrá una 4ª entrega. La vida es así de dura pero más duro debe de ser el reciente (no estamos hablando del pan recién cocido), y a su vez duro síndrome posvacacional, de ahora, antes llamado: "ganas de no ir a currar", que estarán padeciendo algunos de nuestros lectores estos días de inicio de Septiembre. Como diría el albaceteño amigo de Rebocato, que atiende por Juanjo: "Cuanta falta de vara tienen algunos"
HistoriasdeRebocato@septiembre-2017