INTRODUCCIÓN
Muy buenas:
A los que se las prometían muy felices por si se creían que con la entrada en el blog de: “La destilería escocesa” ya estaba zanjado el viaje a Escocia de Rebocato, decirles que: van dados, aún no lo tiene amortizado.
Rebocato ha creado una nueva entrada que lleva por titulo: “Rebocato en Escocia” ¿Cuál iba a ser?.
Los que osen leerla, se evitarán –caso de que no lo hayan hecho aún– el viajar a Escocia, y con ello los agobios de: trenes, autobuses, aeropuertos, controles respectivos, madrugones, aguantar gente extraña (tanto a extranjeros como a compatriotas) que no te van a solucionar la vida y puede que si, darte el viaje, gastar libras a lo tonto, malcomer, malbeber, malentenderte con el prójimo, convivir con protestantes, quedarte con las ganas de ver a los lanzadores de troncos, etc.
PD.-
Recalcar que él no es culpable de lo del Brexit, ya que, aunque estuvo por allí
días antes de la celebración del referéndum, en Escocia ganó el NO a la salida
de la Comunidad Europea. Rebocato hasta que no volvió a España no oyó hablar
del referéndum de marras.
Que os sea leve, majos:
Rebocato, en su
viaje realizado en junio pasado a Escocia, se enteró de que los escoceses son
irlandeses, es decir, Scotus/Scotia –de donde emana Escocia– significa en
latín Irlanda y, por lo tanto, los llamados scotos/scoti/scotii, expresa
irlandeses, a pesar de que los romanos a Escocia la llamaron Caledonia que es
la zona al norte de Escocia del antiguo muro de Adriano, anterior al muro –más al norte,
aún– de Antonino, con los que los romanos trataban de defenderse de los ataques
de las tribus de los pictos, los cuales pertenecían a unas tribus del norte y
del centro de Escocia descendientes de los caledonios. Los pictos, dice la leyenda que, se pintaban más que las mujeres de hoy en día, con lo que llevaban a los
romanos, como se dice vulgarmente, de culo.
Parece ser que los irlandeses de Irlanda invadieron en su
día, la costa oeste de Escocia, es decir, la zona que les venia más a mano, al
igual que ocurrió en Madrid, sobre todo en las décadas de los años 60 y 70 del
siglo pasado, en los que el gentío de destripaterrones (Rebocato, cuando era un
zarria, fue uno de ellos y se apuntó a la diáspora del año 1969) de las
provincias limítrofes con respecto a la capital, que procedían de: Segovia,
Ávila, Guadalajara, Cuenca y Toledo se establecieron, a groso modo –excepto
algunos que aparte de huir del azadón y del arado romano, a su vez, querían
perder de vista a sus vecinos y/o familiares y se alejaron de los nuevos
asentamientos de sus paisanos invasores–, de la manera siguiente: los de Segovia
en la Zona norte –plaza Castilla, Tetuán, Estrecho, Bº del Pilar, etc–; los de
Ávila en la Zona oeste; los de Guadalajara en la Zona este y los de Cuenca y
Toledo en la Zona sur. Después, el efecto llamada de las posteriores
incursiones de familiares, vecinos y amigos de los pioneros invasores, hizo el
resto, hasta conseguir que en el Madrizz, de hoy en día, casi nadie sea de
allí. Normalmente para que a uno le consideren castizo del lugar donde ha
nacido, tienen que haberlo hecho con antelación, en ese mismo sitio, sus padres
y sus abuelos.
Rebocato, cuando cumplía el Servicio Militar
–con una entrega y bizarría morrocotudas y dignas de admiración– en tierras
mediterráneas del este peninsular, descuadró en el Hogar del Soldado, a muchos
chulos madrileños de boquilla –ya un tanto ahítos de vino peleón y que se
jactaban, ante los reclutas paletos, de que eran de Madrizz– simplemente
preguntándoles: ¿y tus padres donde nacieron?.
¿PELIRROJOS?
La primera decepción que se llevó Rebocato en
Escocia es que no le pareció percibir, en los 8 días que anduvo cencerreando
por aquellas tierras, el que los escoceses ostenten el mayor porcentaje de
personas con rutilismo del mundo –se dice que el 13% de la población escocesa
es pelirroja y que el 35% posee el gen recesivo causante del color rojo en el
pelo–, es decir, no vio excesivo personal pelirrojo. No obstante, unos días
después de su retorno a España, estando nuestro amigo en el cuarto cumpleaños
de un sobrino nieto político (no es que se dedique a esa noble y altruista
profesión el sobrino de marras, sino que es sobrino nieto consanguíneo de la
mujer de Rebocato) suyo, y ya bebiendo cerveza decente de Spain, observó –y no
es que viera, todavía, doble a causa de las birras consumidas– a 4 niños
pelirrojos, entre otros morenos y rubios, que pululaban sin parar en la fiesta.
Rebocato miró y contó la totalidad de
niños –los cuales daban una bulla considerable (como “La banda de pajaricos
sueltos”, poesía de Vicente Medina)– resultando un total de 16 potenciales
victimas de Herodes, en su día. Echó cuentas de nuevo y le salió un porcentaje
de pelirrojos del 26,6% lo que venia a duplicar la cifra porcentual de
pelirrojos que campea por Escocia.
De ahí el despago de Rebocato que viajó al
mencionado país, entre otros motivos, para ver pelirrojos (y pelirrojas, apunta
su contraria) cuando a su regreso comprobó, ya en suelo patrio –quizás fue un
golpe de suerte–, que aquí lo tenía más a mano.
Nuestro amigo indagó a su sobrino –también
político y padre de la criatura motivo de la celebración– sobre que si eran de
Betxi (no confundirse con el, tan traído y llevado, Brexit –de nuevo ingleses y
galeses al revés que el resto del mundo–) las madres de los niños pelirrojos,
el cual le contestó que ninguna de ellas, lo que causó más extrañeza, aún si
cabe, en Rebocato (los lectores entenderán la curiosidad de nuestro amigo, caso
de que hayan oído hablar de la leyenda urbana del cura joven y pelirrojo que
llegó como nuevo párroco a un pueblo llamado Bechí, antaño).
Pie de foto.- The
Beatles y el Brexit. Por favor no compréis (queríamos decir no pirateéis) mas
discos de ellos hasta que vuelvan a juntarse (nos referimos a los británicos a
la Unión Europea, no al grupo musical de marras, del que solo quedan dos de los
cuatro vivos sobre la faz de la Tierra, en concreto los dos medios de la foto, lo que viene a demostrar que
no son buenos los extremos, como diría Mariano Presidente en funciones).
OBESOS Y PEDIGÜEÑOS
Otro asunto de por aquellas tierras, a destacar, es al alto porcentaje de obesidad del personal nato de Escocia, por lo que
respecta a lo que percibió Rebocato; este da fe de que se avistaban muchas
personas orondas pululando por las calles (sin complejo alguno, a Dios gracias)
y es que según contaba una guía en una excursión facultativa, en ese país no
hay cultura de cocinar en casa. En los mercados Tesco (no sabemos si este
nombre tiene sus orígenes en el de nuestras ya casi desaparecidas tascas) y
Salisbury, abundan en ellos la comida preparada para comprar, pagar, llegar a
casa, meterla al microondas (la comida, no la casa, ni el apéndice reproductor
del hombre) y listo. Parece ser, continuaba la guía, que la costumbre de no
cocinar viene de cuando el asunto de la Revolución Industrial (todas las culpas
son siempre para las revoluciones), en que tanto los hombres, como las mujeres
y niños, trabajaban todos en las fábricas y por lo tanto nadie se quedaba en
casa para atizar el puchero en la lumbre como se hacia en nuestro pueblo castellanoviejo, con lo que la gente tenia que comer
en los pubs (o como se definieran entonces las tabernas de por allí) con lo que
se les fue al garete la sana costumbre de cocinar en casa. Apuntaba la guía
que, curiosamente, hoy en día, son las clases pudientes las que se están
aficionando a cocinar en casa. Rebocato, al oír esto, pensaba que la racanería
escocesa penetra hasta en la clase social que puede pagar por comer en
restaurantes.
Respecto a la tacañería escocesa, decir que, Rebocato un
día, le preguntó en una excursión facultativa a un guía, y conductor a la vez, que si era
cierta o bien si era una leyenda urbana. El guía conductor del bus resultó ser catalán
(si Rebocato lo hubiera sabido de antemano no le hubiese planteado la pregunta,
por no herir posibles susceptibilidades dado que, como algunos dicen que a los
catalanes se les presume fama de agarrados….) y dijo que los escoceses, no es que
fueran tacaños, es que son prácticos. El asunto quedó claro y conciso para
nuestro amigo.
Lo que también le llamó la atención a Rebocato
paseando por Edimburgo –capital de Escocia– fue la cantidad de gente joven, sin excesivas malas pintas, sentada en las aceras (sobre todo a las puertas de los
supermercados arriba nombrados) pidiendo la voluntad, a la vez que pintaban en
unas hojas de cuaderno, al parecer de nuestro amigo, chorradas varias sin
sentido. Una tarde Rebocato observó, en pleno centro de la capital, a una
pareja veinteañera y heterosexual a simple vista, rubios (como la cerveza no
Guinness) con las piernas metidas en impolutos sacos de dormir y con maneras y
apariencias de ser niños bien jugando a ejercer la bohemia. Rebocato siempre ha
tenido el concepto de bohemia como algo digno de profesar, ahora bien, solo pueden
permitírselo, con plenas garantías de cara al futuro de ganarse la vida, los
hijos de familias de posibles, ya que si se pierde, en esos menesteres, la juventud,
cuando, después de los años, uno asienta la cabeza, papá puede ponerte un
negociete para tirar p’alante. En cambio los hijos de los pringados, si
dilapidan su juventud sin formarse adecuadamente, cuando vuelven al redil
social (a la cruda realidad) la faena será suya a la hora de ganarse los cuartos. En fin, como dicen
que dijo Woody Allen: “Es bueno ser rico, porque al menos, en casa no hay
problemas económicos”, aunque tengas que cocinar en tu casa escocesa.
EL
IRN-BRU
Rebocato advirtió que, tanto en la calle como
en muchos pubs, la juventudbaila de por allí, bebía un líquido anaranjado con
toda la pinta de ser radiactivo, y preguntó a una camarera que qué era aquel
brebaje, pero ella no llegó a enterarse de nada dado que Rebocato, cuando está
en tierra extraña, se expresa en un ingles que manifiesta por señas, por lo que,
en vista del éxito y por aprovechar el viaje a la barra del pub en el que se encontraba le pidió a la
sorprendida muchacha otra pinta de Guinness y la pagó de su bolsillo a
sabiendas de que al volver a la mesa –donde se encontraban sentados su
contraria, su hermana y el cuñadísimo– que este, al verle la pinta (de cerveza
en mano, no la suya como persona, que dejaba bastante que desear por las pintas
de cerveza ya trasegadas al coleto esa tarde noche) acabaría abonándole las
libras, de dicha pinta, del bote comunal, aunque Rebocato se negara a ello,
pero claro, por reminiscencias profesionales hacia los gerentes de tu misma
empresa se tiende a obedecerles para evitar futuras represalias laborales, aunque
aquí ya no era el caso, porque ambos ya habían pasado a mejor vida,
laborablemente hablando, tanto el cuñadísimo gerente como, el de a pie, Rebocato.
En definitiva, el brebaje anaranjado resultó
ser una famosa, por aquellas latitudes, bebida carbonatada llamada IRN-BRU (a
Rebocato lo de BRU algo le sonaba por lo de las lavadoras de esa marca de
antaño de cuando, él, era joven) que se veía en los supermercados de por allí y hasta en el Carrefour de
por aquí. Dudamos que Rebocato llegue algún día a ingerir, voluntariamente, esa
bebida que tiene pinta, a sus ojos, de ser infernal, puede que tanto como los
combinados de “leche-plus” del “Bar lácteo Korovala” de la película, nunca pasada de moda, “La Naranja Mecánica” del
Stanley Kubrick.
Pie de foto.– Un lugareño pillado infraganti por
Rebocato en un "súper" escocés bebiendo el famoso IRN–BRU, tal es el ansia que genera, entre aquellos autóctonos residentes de por allí, esta bebida. Rebocato no le hizo, a posteriori, un seguimiento para ver si pagaba en caja la bebida consumida de extranjis por el lugareño.
Dicha bebida carbonatada empezó a coger fama a
raíz de que, antaño, los trabajadores
de una acería de Glasgow para poder soportar la deshidratación provocada por los
calores en el puesto de trabajo, bebían cerveza a mansalva con el fin de
hidratarse y, entre los accidentes provocados a causa del alcohol trasegado y
las posteriores cirrosis hepáticas, los responsables de la fábrica ante el
temor de quedarse sin mano de obra barata, buscaron la solución en su Coca-Cola
particular que es el actual IRN-BRU (inicialmente llamado IRON BREW). Al parecer de Rebocato a partir
de ese momento los escoceses debieron de empezar a perder bizarría.
EL KILT
Otro asunto curioso es la pregunta de los
turistas: ¿llevan los escoceses cuando portan falda (Kilt) ropa interior debajo
de ella?. Nadie lo aclara, y los diferentes guías, de las distintas excursiones
facultativas, ante las preguntas de la tropa del autobús (las que mas énfasis
mostraban en este tema eran las propias mujeres), dejan siempre en el aire que
es lo que hay debajo de las faldas dichosas –aparte de los supuestos atributos
masculinos de cada cual, obviamente– pero se decantan como que no llevan nada,
ante el imperante regocijo nervioso de las féminas presentes, sobre todo en las más mayorcitas.
Rebocato, junto a sus tres acompañantes, tuvo
la suerte (lastima que no se atreviera, ninguno de ellos, a plasmar para la
posteridad, en forma de instantánea, el memorable momento) de comprobar lo que
hay debajo del Kilt de los escoceses, el cual se utiliza para las grandes
ocasiones: bodas, bautizos, (decir que los protestantes no celebran comuniones,
aunque Rebocato vio una de posibles católicos –poco después de anunciar una de
las guías que los escoceses no las
celebraban– que acaecía en un pueblo de cuyo nombre quiere, pero no consigue,
acordarse), entrega de premios, etc. Aconteció que una tarde –ya de vuelta en
Edimburgo después de estar todo el santo día sufriendo los rigores de una
larga, y cansina, excursión facultativa por las Tierras Altas –Lago Ness
incluido–, estando paseando por The Royal Mile –en busca de un pub en el que
matar el reseco llevándose alguna que otra pinta de cerveza al gaznate, más que
nada con el fin de hidratarse– vieron pasar, por la acera de enfrente a la que transitaban ellos, una cuadrilla
de jóvenes todos vestidos con faldas escocesas que circulaban paralelos a ellos,
aunque separados por la calzada y, lo mas llamativo, todo el grupo se marcaba
una cogorza por barba de lo mas superlativa, con el añadido de los cánticos que
iban entonando y la consiguiente escandalera que implantaban calle abajo, lo
cual tenía como consecuencia que todo el mundo contemplara la alegre procesión
que formaban los de las faldas a cuadros, a pesar de que los protestantes no
celebran procesiones, más que nada que como no tienen imágenes en sus iglesias
¿a quién sacan en procesión?, pues en este caso al supuesto novio casadero.
Rebocato y sus tres acompañantes llegaron a la
conclusión de que se trataba de la celebración de una despedida de soltero. El
supuesto novio casadero iba colgado, con sus dos brazos, sobre los hombros de sendos compañeros que
le soportaban física y moralmente, los cuales le llevaban casi a rastras.
Algunos de los amigos que iban detrás, agasajaban al comprometido con
alguna que otra patada en el trasero de vez en cuando. Llegó el momento en que
uno de ellos, viniendo desde atrás, le bajó el Kilt al supuesto novio y este se
quedó con el culo al aire, provocando la risa espontánea tanto en la mujer de
Rebocato, como en la hermana de este y, a su vez, por simpatía, en las féminas
que transitaban por la misma calle en ambas aceras.
Este golpe de suerte sacó de dudas a Rebocato y
a sus tres acompañantes respecto a la utilización o no de ropa interior de los
escoceses de Escocia bajo su falda escocesa. Acto seguido se metieron todos,
con el novio a rastras y con su falda arrastrando y mostrando, quizás sin
percatarse de ello, el culo al aire. Se acabó el espectáculo y Rebocato
comentó:
–“Aún quedan sitios donde se celebran las
despedidas de soltero como Dios manda, no las mariconadas de despedidas que se
hacen actualmente por nuestras tierras, las cuales se celebran, hoy en día, al menos un mes
antes de pasar por la vicaría, en vez de llevarlas a cabo la víspera del
enlace, como se hacía antaño, como hice yo mismo”.
Reseñar al respecto, que efectivamente,
Rebocato celebró la despedida de soltero la noche a la víspera de su boda y
trasegando cubatas, con amigos y un par de sobrinos, como mandaban los
cánones de entonces, nobleza obliga u obligaba.
Ya despierto Rebocato de su despedida, a la mañana siguiente se acercó,
acompañado de dos sobrinos suyos, a recoger las sarras a una entidad bancaria
en la cual laboraba de cajero (no automático) un tío político de su novia y
valencianet de Valencia “de toda la vida”, el cual al verle le suelta:
–Mala cara se te ve esta mañana ¿no has cagado
hoy?.
Los dos sobrinos al oírlo se desternillaban. A
Rebocato solo le faltaba ese recibimiento con su cuerpo resacoso y con lo que
le esperaba hasta que acabara el día, quizás, el mas decisivo de su vida. Recogió las monedas, salió del local
junto a sus dos guardaspaldas –estos aún descojonándose– y se dirigieron, los
tres, a un bar cercano a tomarse unos cubatas con el fin de entonar los
castigados cuerpos y, de paso, recuperar renovados brios de cara a la celebración
del séptimo Sacramento de nuestra Santa Madre Iglesia en la que tenia que estar, él, presente sin excusa alguna.
Aquí dejamos un enlace sobre una despedida de soltero de pro, y no preguntamos ¿pero como puede estar una persona dispuesta a casarse con semejante elemento que se presta a estas jilipolleces?. Y dicen que es un video muy visto:
Aquí dejamos un enlace sobre una despedida de soltero de pro, y no preguntamos ¿pero como puede estar una persona dispuesta a casarse con semejante elemento que se presta a estas jilipolleces?. Y dicen que es un video muy visto:
Literalmente
copiada, la noticia, del diario EL País a fecha de 22 de julio de 2016:
“Los vídeos de una broma de moda en las despedidas de soltero están
arrasando en las redes sociales como Facebook y WhatsApp. Es el falso puenting, que
consiste en vendarle los ojos a la víctima y hacerle creer que va a saltar al
vacío con una cuerda, cuando en realidad va a parar al suelo o a una piscina.
El último vídeo publicado,
aparecido en un grupo de Facebook que
asegura que sucedió en Irún, muestra a un grupo de amigos que
convencen a un chico disfrazado de que debe practicar este deporte extremo
antes de casarse”.
Toma imaginación, en ver
estas tontunas se entretiene, supuestamente y según las estadísticas, nuestra
juventudbaila, apañados van e indirectamente: apañados vamos todos, como cantábamos
antaño, cuando éramos sino más felices sí bastante más inocentes:
Venid y vamos todos
con flores a
porfía,
con
flores a María,
que madre nuestra es.
En fin, a la vista del video, puede ser otra manera de competir por un premio Nobel para Spain (a ver si saca la
Academia Sueca del inventor de la dinamita y de 350 patentes más, el premio de la
estupidez humana y, los españoles, sin duda, visto lo visto, fijo que
nos lo llevamos todos los años)
SEMÁFOROS, MEÓDROMOS Y PATRONÍMICOS
Por si uno no tuviera bastante con controlar
por que lado te van a venir los coches –a causa de la tontuna existente en la
Gran Bretaña de conducir por el lado contrario por el que se hace en casi todas
las partes del mundo– al cruzar a pie cualquier calle en las Escocias, existe un hándicap añadido: los
semáforos.
Uno llega andando al semáforo para cruzar la
calle, y si está el muñeco en rojo (menos mal que el color de las luces de los
semáforos las mantienen igual que en Spain) te paras y esperas a que el
monigote cambie a verde. Ahora bien, no hay que perder de vista el muñeco, ya
que, si giras la cabeza hacia los laterales o te vuelves a mirar atrás o
cierras momentáneamente los ojos, cuando vuelves a observar el semáforo ves que
los dos muñecos –tanto el rojo, como el verde– están apagados y entonces te
quedas como un tonto en vísperas sin decidirte a cruzar, aunque los coches
estén detenidos.
Ocurre que el muñeco, en verde, dura encendido
escasos segundos, por lo que caso
de no estar al loro (en este caso de color verde) se apaga el muñeco y, durante
segundos, están los dos muñecos apagados, por lo que no sabes a que atenerte y
como no te enteras por donde te pueden aparecer los coches, no te atreves a cruzar,
entonces se enciende el muñeco rojo y a esperar otra vez. Puede que el poco
tiempo que está encendido el muñeco verde, obedezca a un posible ahorro de
fluido, pero, Rebocato barrunta
que, es por la supuesta tacañería escocesa (son prácticos).
Otra dilema que se le presentó a Rebocato es
que si en la Europa continental conducimos por la derecha, y a la hora de
miccionar, nos la sujetamos con la mano izquierda, consecuentemente, si en Gran
Bretaña se circula por la izquierda, los británicos a la hora de mear se la
sujetarán con la mano derecha. Vamos, que si Rebocato fuera británico (Dios no
lo ha quiera) con el fin de obrar de acuerdo con los principios históricos
diferenciales del resto del mundo de la pérfida Albión, se la sujetaría con la
derecha en el momento de aliviar el esfínter de la vejiga. De todas formas,
aunque Rebocato en los meódromos de los pubs de Escocia (que se parecen a los
de batallón de cuando él cumplía con la Patria) tuvo ocasiones de poder
comprobar, al mear en los urinarios –carentes de separación entre meadores de
pintas y de IRN-BRU o de ambas cosas–, al coincidir con algún scoto/scoti/scotii que hacía lo
mismo y echar un vistazo lateral y disimulado para ver con que mano se la sujetaba el escocés de
turno, pero, claro, era una acción un tanto arriesgada, por la forma que
tuviera de interpretar la acción del mirón el scoto meón de turno, y a Rebocato
–caso de que le pillaran mirando– le iría siempre mal, porque si el scotí meón
era heterosexual se podría liar a palos con él, pero si el scottish era
homosexual la confusión de este podría acarrearle consecuencias aún más graves
a nuestro amigo sobre todo en su popa, aparte de dejar en mal sitio la supuesta virilidad del macho
hispánico.
Al final, nuestro amigo, se quedó sin descubrir
–bien por timidez, bien por comedimiento –con que mano se la sujetan los descendientes
de los pictos y de los invasores irlandeses. Una pena de ocasión perdida en el
viaje para aclarar el dichosos asunto. Esta vez la suerte para descifrar el
enigma no acompañó a nuestro amigo, al contrario de lo que sucedió con el
asunto del Kilt por la famosa calle de Edimburgo.
Otra cosa a destacar es que muchos apellidos escoceses empiezan por “Mac”
(abreviado: Mc) y es un patronímico que se usa en Escocia, semejante al que que
nos ha tocado en suerte a los Spanish (Españoles para los no bilingües), donde parte
del personal de Spain, tienen el final de algunos de sus apellidos acabados en
“ez” (González, López, Pérez,
Fernández, Sánchez, Estebanez, etc.) y significa “hijo de”, es decir, antaño en
España se daba el apellido al hijo con el nombre del padre finalizado con el
“ez” de marras; pero como los británicos lo hacen casi todo al revés de cómo lo
hace el resto de la humanidad (entre otras cosas: conducen por la izquierda y como
hemos comentado antes, posiblemente, al miccionar, se la sujeten con la mano
derecha en vez de con la mano izquierda como, al menos, hace todo
castellanoviejo de pro, y algún maño que otro, y Rebocato da fe de ello ya que,
accidentalmente, vio a algún amigo maño mear y se la sujetaba –el maño mismo
no Rebocato– con la siniestra), el “Mac” (hijo de), en lugar de colocarlo al
final del apellido, como nuestros antepasados, lo anteponen al nombre del padre
o del clan, por ejemplo: McDonald’s que debe significar “hijo del pato Donald “ o Macallan “hijo de
botella de whisky de malta”. ¿Estarán locos estos pictos?.
CASTILLOS
Sin llegar al caso de Irlanda donde te venden
la moto con la visita, previo pago, a cuatro torres y tres castillos cuasi
derruidos, en Escocia, por la experiencia sufrida por Rebocato, ocurre,
guardando las distancias, algo parecido.
Dicen que lo más visitado (pagando) de todo el
Reino Unido son las instalaciones del Castillo de Edimburgo. Rebocato y
acompañantes lo visitaron una mañana y quedaron bastante satisfechos. En cambio
con la visita guiada al castillo de Doune, (apoquinando unas 5 libras por
barba), quedaron un tanto decepcionados, porque las instalaciones están en un
estado desastroso y eso que han hecho alguna reforma. Esta fortaleza medieval
es famosa debido a que los Monty Python grabaron la película: “Los caballeros
de la mesa cuadrada”. Se decidieron por dicho castillo porque no disponían de
mucho presupuesto y era barato el alquilarlo para filmar; por otra parte no
disponían de caballos y los propios actores-caballeros utilizando en sus manos
cáscaras de coco partidas por la mitad, simulaban el ruido de los cascos de los
caballos al galopar. A raíz de esta visita Rebocato y su trío directo de
acompañantes se conjuraron para no entrar en más castillos escoceses, caso de
tener que pagar, lo mismo la supuesta tacañería escocesa es contagiosa.
Pie de foto.- El castillo de
Doune. Obsérvese al infante trotando con su patinete haciendo malezas en la
hierba. Mientras, la supuesta madre del ciclista, permanece impertérrita ante
el destrozo que ocasiona su vástago en el césped, y continúa departiendo
amigablemente con sus contertulianas. Estos protestantes…..
Hay castillos abandonados en Spain mucho más
bonitos que muchos de Escocia y sin necesidad de pagar entrada alguna; por
ejemplo el castillo de Pulpis que visitó Rebocato, años ha, en una excursión
montaraz por el “Parc Natural de la Serra d'Irta” (un
guiño a los pacientes amigos bilingües de Rebocato) con otros compañeros
andariegos. Dicho castillo es de acceso libre y en el patio de armas, vio que
concurrían varias bañeras esmorroñadas de la casa Roca (Rebocato, al verlas,
dedujo rápidamente que las bañeras de ese tipo no estaban aún inventadas en la
Edad Media, por lo tanto, que no eran originarias del inicio del amueble del
castillo) para que abrevara el ganado que careaba por aquella zona. Rebocato
llegó a la conclusión, sin verlas, de que eran vacas por los restos de boñigas,
de las cuales trasegó bastantes con el bieldo de púas metálicas desde las
cuadras, donde pernoctaban las vacas lecheras, hasta el corral en la casa de
nuestro labriego castellanoviejo
En la visita a la ciudad de Stirling estaba prevista una visita
a su castillo, pero Rebocato y acompañantes decidieron no rascarse las libras
del bolsillo e irse a visitar la ciudad por su cuenta y riesgo. El conjuro se
mantenía impasible.
PROTESTANTES/ CALVINISTAS/ PRESBITERIANOS
Dicen que la Iglesia escocesa es protestante y calvinista con un régimen
de organización presbiteriano.
Apuntaba uno de los guías (el cual era nato de
Ourense y tuvo una suegra originaria de Vigo de la que acabó un tanto hartito
porque le contaba chistes de ourensanos) de las excursiones facultativas
autobuseras que, siglos ha, Escocia era un país pobre e inculto (al sentir de
Rebocato como tantos otros de entonces) y que el origen del despunte
intelectual del país se produjo a raíz de la Reforma Religiosa en el siglo XVI,
liderada por un sacerdote escocés protestante llamado John Knox (no sería
escocés “pata negra” –picto de colores– ya que no tiene el Mac delante del
complicado apellido).
En realidad el gran empujón de la
alfabetización escocesa fue a partir de mediados del mencionado siglo, ya que,
durante el periodo de la Reforma Protestante la
administración religiosa cumpliría con la labor de educar y alfabetizar y para
ello se crearon escuelas junto a los templos presbiterianos.
Años después este sistema educacional empezó a
dar sus frutos, convirtiéndose Escocia, además de al protestantismo, en un país
de gente bastante culta y creativa. En su contra, decir que, muchos años
después su liga de futbol será una autentica birria, con solo dos equipos que
pinten en el horizonte: el Celtic Glasgow (el equipo de los católicos) y el
Glasgow Rangers (el equipo de los protestantes). Vamos, guardando las distancias como el Madrizz
y el Barça.
En Escocia la única catedral gótica que vio
Rebocato que quedara en pie fue la de Glasgow (también llamada de San Mungo),
todas las demás están destruidas
(no pudo ver todas pero se lo contaron) desde la Reforma Protestante. La de San
Mungo (Patrón de Glasgow) parece ser que se libró de la quema debido a que anduvieron
listos los habitantes de Glasgow adoptando rápidamente el culto protestante
dentro de ella.
Actualmente, entre sus paredes, comparten culto –en dos zonas perfectamente delimitadas– tanto protestantes como
católicos (cada uno en su cacho, claro) lo que no le aclararon a Rebocato es si
tienen negociado también los horarios para no coincidir a la hora de las
celebraciones ya que, piensa nuestro amigo: si coinciden en el espacio/ tiempo
los feligreses cristianos de ambas religiones diferenciadas, con los cánticos
emitidos durante el culto por los fieles de cada una de ellas, se organizará un
guirigay del copón bendito, con el problema añadido de que los pastores de
ambas comunidades animarán a sus fieles (no borregos) a cantar más fuerte con
el fin de que Dios les oiga mejor y, de paso, amedrentar (o ¿quizás motivar?)
al contrario.
En fin, a Rebocato le agradó lo del
compartimiento/ compartimento de ambas comunidades religiosas en la catedral de
San Mungo (también conocido, esta, como San Kentigerno). Los símbolos del Santo, que aparecen en
el escudo de la ciudad, son: un pájaro –que no era él–, un árbol, una campana y
un pez con un anillo).
Que decir de los cementerios, aquí en España,
desde que éramos niños, al menos en nuestro pueblo castellanoviejo, siempre nos
dieron un poco de yuyu; estaban, antaño, ubicados al lado de las iglesias y,
después, se trasladaron a las afueras de los cascos urbanos.
Que ocurre en Escocia: por lo que avistó
Rebocato (que buenos cuartos –y no de cordero lechal asado precisamente– le
costó el viajecito de marras –de nuevo el síndrome de la tacañería escocesa prendido en nuestro amigo–)
allí el gentío no tiene miedo a los cementerios, son como parques, todo verdes,
con sus caminitos por donde la gente pasea entre tumbas, con sus bancos para
sentarse a leer, a meditar, a oír música con auriculares, a comer algo liviano,
etc., incluso, ¿por que nó?: a hacer botellón, tal como vio Rebocato al
contemplar, de buena mañana, las latas de bebida y botellas arrojadas
(barruntaba que la noche anterior) a un pequeño estanque en el cementerio de
Stirling, sito al pie del castillo de la misma localidad. Los servicios de
limpieza de esa ciudad no madrugan en demasía y, en caso de hacerlo, darán
prioridad a los espacios de los vivos.
Pie de foto.- Lo restos del supuesto botellón que
retrató Rebocato en el cementerio de Stirling; pero.... no echemos la culpa a los
protestantes ya que los causantes de tal aberración, bien pudieron ser
católicos de Erasmus o de vacaciones, y puede que spanish para más señas, ya
que, nuestra “juventudbaila” tiene bastante experiencia en estos menesteres.
“De casta le viene al galgo”.
PREMIOS NOBEL E INVENTOS
Comparaba el guía del párrafo de más arriba
que, Escocia, con poco más de 5 millones de pictos y arrimados, tiene 10 hijos
suyos (de Escocia, no del guía) premiados con el premio Nobel, mientras que
España, con casi 10 veces más de habitantes, solo tiene 7 (vamos a obviar al
Vargas Llosas –con una evolución política, cuanto menos preocupante con el
transcurrir de los años– ya que, aunque se nacionalizó español en 1993 y el
Nobel lo consiguió en 2010, al fin y al cabo este escritor es peruano del Perú,
y encima, deja a su mujer-prima de toda la vida y nos quita a la mujer que
mejor casa en Spain, en fin, un roba mujeres casaderas en edad de merecer. Así
es el amor sin intereses).
Los premios Nobel conseguidos por Spanish son
7, a saber: 5 de Literatura y dos (el de Ramón y Cajal y el de Severo Ochoa) de Medicina.
Los 10 premios Nobel de Escocia son: 3 de
Medicina, 2 de Economía, 2 de la Paz (uno de estos por los estudios en
nutrición), 2 de Química y 1 de Física.
A continuación detallamos algunos de los
inventos aportados a la humanidad por personal de Escocia y comentarios adicionales de Rebocato
tratando de minimizarlos y/o desprestigiarlos sin poder llegar a conseguir su
fin ni mucho menos:
–La aguja hipodérmica: Terror de los niños y de los no tan
niños.
–El concepto de logaritmo: El John Napier haciendo de las suyas.
–El caleidoscopio: El físico escocés que lo
perfeccionó y patentó no llegó a cobrar ni un penique por el invento, total era
un juguete.
–La mejora de la máquina de vapor: Posible causa de la
Revolución Industrial y de sus posteriores daños colaterales por el abandono de
la cocina escocesa.
–La televisión: Este invento si que ha ocasionado daños
colaterales en las cabezas de los televidentes. ¡Ay Señor! ¡SÁLVAME! de
“Sálvame”. La televisión llegó a España en el año que nací yo (hasta entonces
se decía que los niños venían al mundo con un pan bajo el brazo, yo aparecí con
la TV. y sin el menor atisbo de darme importancia). Y ocho años después de mi
nacimiento entró un aparato de televisión en la casa de nuestro labriego
castellanoviejo (la llegada de los adelantos), y no es que este lo comprara,
simple y llanamente aconteció que su hija mayor –y el marido de esta (un "hasta siempre" para mi cuñado)– se la
donaron graciosa y temporalmente.
Aquello fue un acontecimiento entre los vecinos de la plaza del Pozo
–en el pueblo, entonces, coexistían apenas 4 televisores–, y el día que
retransmitían una corrida de toros, la casa de nuestro labriego se llenaba de
vecinos ansiosos por contemplar el ¿arte? de la tauromaquia. La sala –donde se
ubicó el aparato de rayos catódicos con regulador de tensión adicional– y el
portal de la casa se llenaban de vecinos expertos que opinaban más y mejor que los
espectadores del tendido siete de la plaza de las Ventas madrileña.
–El teléfono: En
realidad el inventor del telefóno fue el italiano Antonio Meucci y lo llamó
“teletrófono” Pero quien lo patentó fue el escocés Alexander Graham Bell en
1876, digo yo que algo más aportaría el Graham. Justo y cabalmente, 100 años
después, aprobé las oposiciones para formar parte como empleado de la única,
entonces, compañía de telecomunicaciones de Spain.
Si el Graham Bell llega a saber lo que iba a
ocurrir en el futuro con su invento,
a causa de las facturas y el trato que dispensan a sus clientes (otrora
abonados) las empresas de telecomunicaciones, posiblemente lo hubiera dejado sin patentar.
Pero mira por donde el Alexander, indirectamente, iba a solucionarme la vida, laboralmente
hablando, a un antaño destripaterrones emigrado como yo. Gracias Sr. Graham.
–La máquina fax: ¿Qué fas, máquina? (Solo para entendidos del
idioma Valencia. Otro guiño a mis amigos del litoral).
–El cloroformo: Gracias a este invento yo dormí
placidamente bajo los efectos de la anestesia general, mientras me intervenían
quirúrgicamente tres veces, en tres hospitales distintos, de tres capitales de
provincia distintas, distantes y distanciadas entre si, en el espacio/ tiempo.
–La penicilina:
El Alexander Fleming debería de ser nombrado patrón de los toreros en
sustitución de San Pedro Regalado, hijo, este, de judíos
conversos para más INRI, es un decir –estos cristianoviejos...–).
–La carretera macadamizada: El mejor invento para
transitar por esos caminos de Dios desde las, muy anteriores, calzadas romanas)
–La oveja Dolly: Se
quedó la pobre a media vida, me la mataron por estar enferma. No obstante tuvo
tiempo de tener seis borreguillos que, por cierto, no sé que habrá sido de ellos. Las ovejas en Escocia pululan por los verdes
prados arrastrando sus lanas. Dijo una guía que no las suelen esquilar porque
su lana es pésima. Tanto dar la tabarra con la magnifica calidad de las prendas
de lana de Escocia y resulta que las fabrican con lana de Cachemira.
Pie de foto.- Ovejas si esquilar aunque estas aún no llevan las lanas arrastrando. Que pena que la oveja negra –¿o es carnero?– me estropeara la
foto, es otro decir. Están los tiempos como para hacer chistes baratos, sobre ciertos temas.
–La bicicleta a pedales: Mejor la posterior
eléctrica que no es tan cansina.
–El neumático hinchable:
Solo un pero: se pincha…
–El termo: Para contemporizar
el calentamiento, pero el no global.
–El golf: El juego, no el coche de Volkswagen. El campo más
antiguo está ubicado en la pequeña ciudad escocesa de Saint Andrews, con su
famoso hoyo nº 18, donde en cuyo green llegó a plantarse mi cuñadísimo
(desoyendo mis sabios consejos) con el fin de que yo le fotografiara posando
agarrando el palo del banderín de dicho hoyo a pesar de estar los golfistas disputando dicho hoyo y con alguna de las pelotas dentro de la zona del green. Los
jugadores hacían aspavientos para que se alejara, pero el cuñadísimo no se
enteraba o hacia como que no quería enterarse, impasible el ademán. Al final
se llevó sus instantáneas (realizadas por mi mujer –yo no me presté al juego– a la vez que, esta, se reía de las
gesticulaciones de su cuñado) que inmortalizaban el histórico momento de pisar el hoyo por el
que han desfilado los mejores golfistas del mundo, cosa que yo no logré (me
refiero al posar para la instantánea) por falta de agallas, por recato o por el
que dirán. Pero no me lo calentaron (al cuñadísimo) por la consabida flema
británica, que dicen que gastan por allí; en nuestro pueblo castellanoviejo
quisiera haberle visto yo invadiendo un melonar, hubiera echado flemas por la
boca caso de pillarle el dueño. Los golfistas, ya con el green y el hoyo 18
libres, acabaron, con los respectivos emboques, el recorrido.
–La huella dactilar: Como prueba para detener
criminales y mangantes, que de nada sirve para gerifaltes políticos españoles; bueno sí, se les detiene, la gente de a pie cree que están en el trullo y resulta
que están fuera; bien dando un par de yoyas: cierto cajero de caja “B” de un
conocido partido político –que cuanto más roban sus elegidos, más les votan sus
simpatizantes (de psicoanalista para los votantes, de otras opciones políticas, claro)– a un militante suyo; bien un conocido exbanquero asistiendo a
la comunión de un nieto suyo –que posiblemente sea protestante, el nieto– pero cualquier
excusa es buena para el juez de turno. Con un par ambos expresidiarios.
–El telecopio gregoriano: Que no el calendario
del mismo nombre.
–El impermeable Macintosh: Barrunto que fue inventado sin fines altruistas,
fue, más bien, para que el propio Macin no
pillara tos en los días de lluvia copiosa a la hora h.
En la semana que estuve yo en Escocia no vi
caer ni una sola gota de agua, desenmascarando el bulo de los escoceses con
respecto a lo que dicen ellos de su “peculiar clima”: “Las
cuatro estaciones en un día” (serán las de Vivaldi) o: “Si no te gusta el tiempo que hace, espera 10 minutos”.
(Yo esperé 10.080 minutos, y el tiempo permaneció, más o menos, invariable).
Estos dos dichos los deben de tener los escoceses constantemente en boga con el
fin de que la gente compre sus impermeables. Según los guías, era la tercera
semana, seguida, que no llovía. Yo estuve por recomendar que hicieran rogativas
como haciamos en nuestro pueblo castellanoviejo, y las recuerdo por asistir a
ellas como monaguillo, y buenos trigales que se daban después de los rezos de
letanías y de hisoparlos con agua bendita; pero dado que estaba en tierras de
protestantes, me callé ya que
pensaba que lo mismo acababa como nuestro malogrado erudito Miguel
Servet (teólogo y científico aragonés –no todo va a ser cantar y bailar jotas–
que participó en la Reforma Protestante) al cual los protestantes calvinistas
de las iglesias Reformadas (y no por albañiles precisamente) de Ginebra y
lideradas por Calvino (este durante el proceso no estaba en desiertos remotos ni en montañas lejanas –versus Josemaripresidente respecto al 11–M de Madrid–), le
condenaron a morir quemado en la hoguera junto a su libro, por escribir en él,
entre otros apaños, que: la Trinidad era un demonio y monstruo de tres
cabezas; y que el bautismo de niños era una obra de brujería. Él defendía que
el bautismo se realizara a edad adulta. Es decir, el hombre montó un cristo
considerable con la cristología sobre la Trinidad, entre otros.
Vaya por Dios, lo que ha
dado de sí el invento este del impermeable.
–La luz de gas de coque: No la invento el músico
Coque Malla porque entonces sería un invento de Spain.
–La fotografía en color: Total para qué. Dicen
los expertos que la buena fotografía que no envejece jamás, ni pierde glamour, es
la realizada en blanco y negro.
–Etc, etc…
Resumiendo: “Que
inventen ellos” Dicha frase, atribuida a Unamuno, está, hoy en
día, totalmente tergiversada en su interpretación por la mayoría de las gentes,
no de Scotland, sino de Spain.
La frase original, que aparece en el ensayo “El pórtico del templo”, escrito
por Miguel de Unamuno, con las palabras exactas que pronuncia Román (el cual no
es el amigo maño de nuestro amigo Rebocato ni al que vio, este, miccionar) en su dialogo
divagatorio con su amigo Sabino, son en realidad: “Inventen,
pues, ellos….”.
PD1.- No os creáis
lo de la existencia del monstruo (Nessie) del Lago Ness, es todo un reclamo
para atraer a incautos viajantes. Tampoco vais a llegar a ver a los lanzadores
de troncos, Rebocato se quedó con las ganas de ello.
Pie de foto.- El monstruo del Lago Ness existe. Aquí le vemos que ha salido a la orilla a tomar el sol y con total descaro.
PD2.- El que viaje a Escocia y piense tener wifi gratis va dado, a
Rebocato y CIA querían cobrarles 3 libras por día y habitación en el hotel en
el que se hospedaban. Al final en el único lugar que consiguieron wifi por el
morro fue en algún que otro Pub de Edimburgo y no en todos ni mucho menos. ¿La
tacañería escocesa manifestándose nuevamente?. Nada de eso, los escoceses son
prácticos. Por cierto, allí nuestros datos no funcionan.
PD3.- Existen las simpáticas vacas peludas, pero se ven pocas.
Pie de foto.- Y a las negras idem de idem.
A los cerdos
les tratan peor.
Pie de foto.- El animalito aún lleva las armas asesinas clavadas en el lomo. La fotografía
se realizó en el escaparate de una taberna al lado del Museo Nacional de
Escocia en Edimburgo.
PD4.- Recapitulando: Rebocato continúa con su labor altruista que tiene como cometido el desengañar a sus lectores, con el fin de concienciarles para que no viajen al extranjero a lo tonto, ya les cuenta, él, los viajes de primera mano al tener que cencerrear por esos mundos de Dios, obligado, y no quiere que vosotros paséis por ese mal trance de aguantar a gente extraña que no se le entiende ni “atá”. Además de tener que comer de mala manera, madrugar mucho, trasnochar en demasía, andar sin descanso y gastar perras sin necesidad (otra forma, guardando las distancias, de evadir capitales), ya que os podéis montar la película viajera tranquilamente leyendo las historias de Rebocato en el sofá o a pierna suelta en la cama, aunque, dicho sea de paso, los que paséis por el brete de la lectura –que falta nos hace a todos aunque no sean estas historias las más adecuadas– también tienen su penitencia.
"Anem a més" (otro guiño, con triple sentido, dirigido a los amigos de Rebocato del
litoral Este que tan bien –y también– le sobrellevan).
HistoriasdeRebocato@julio-2016