REBOCATO EN EL PAIS DE LOS SOVIETS (1ª Parte)
ARRIBADA:
T ratando de emular a Tintin –en el
titulo de su primer álbum (editado en 1930) de Las aventuras de Tintin, escrito
e ilustrado por el belga Hergé, y que le fue encargado, al historietista, por
su abate jefe con el fin de posteriormente utilizarlo como propaganda
antimarxista dirigido a los mas pequeños de cada casa– nuestro amigo Rebocato,
al igual que Tintin, decidió aventurarse en las Rusias del ahora zar Putin.
Al aeropuerto de El Prats de Barcelona se
dirigen en bus nuestro amigo Rebocato y acompañantes turistas desde la ciudad
del Levante español, donde moran, para subir al avión con el que cruzarán toda Europa
hasta llegar a Moscú.
En el aeropuerto catalán andan estos días con
una huelga de celo de los empleados de la empresa de seguridad que se dedica a
controlar el acceso de los viajeros a la zona de embarque. Parece ser que el
Gobierno de la Generalitat y muchos independentistas ven en dicha huelga algo
así como el enésimo ataque a Cataluña, por parte del Gobierno Central, ya que
una alto cargo de la empresa de seguridad es hermana del Presidente de la Junta
de Galicia y puede estar azuzando a los empleados a la huelga salvaje. Al final
la Guardia Civil (“cuerpo represor” obedeciendo al “opresor” Gobierno Central actualmente en
manos de Mariano) se dispone a tomar el control del aeropuerto catalán. En fin,
conspiraciones judeomasónicas del “Estado autoritario y opresor” que es España,
versus Pep (José en casa, según su padre) Guardiola (futurible y posible superguay
Ministro de Cultura y Deportes de la venidera República Catalana) lector de
comunicados denunciando al mundo los atropellos del Gobierno Central contra el
pobre, vilipendiado y desvalido pueblo catalán.
Una vez embarcados, el avión despega sin
novedad hasta que 3 horas y media mas tarde el comandante de vuelo dice que en 20 minutos aterrizarán en el aeropuerto internacional de Moscú
-Sheremétievo. Los 20 minutos se convierten en
50 de marras sobrevolando la ciudad. Por fin el avión comienza a descender, con
el pasaje un tanto mosca por la tardanza, y de pronto la nave inicia unas
subidas y bajadas bruscas, amenizadas con el peculiar griterío de la gente
que piensa que en vez de aterrizar se van a estrellizar todos juntos,
tripulación y pasaje. Afortunadamente el avión se estabiliza (Rebocato piensa
que han estado todo ese tiempo dando vueltas a lo tonto sobre el cielo de Moscú
con el fin de que la torre de control les diera pista para aterrizar, y que la
maniobra violenta –la cual ha provocado el acojone general– habrá sido porque
el comandante ha dejado los mandos al copiloto becario) y aterrizan sin más
novedad, ante el aplauso nervioso de parte del pasaje. Ya lo dice el dicho: “La
tontuna humana no tiene límite”
Va saliendo la gente del interior del avión,
Rebocato observa que en la puerta de salida no están formados y sonrientes,
como suele acontecer, el personal auxiliar de vuelo; al contrario, andan cerca
de la cabina disimulando como que hacen algo. La contraria de Rebocato, al
salir, le espeta a un auxiliar de vuelo:
“Por favor dígale al comandante de vuelo que
mal, muy mal”.
El muchacho no sabe donde meterse.
EL CONTROL:
Ya son las 00:30h. (hora
local) y Rebocato y acompañantes, acompañados por la guía, se dirigen a las
ventanillas de control de pasaportes. En la zona reina el caos, hay un rebaño
de personas variopintas esperando turno para las ventanillas, por lo que la
guía preguntando a un policía dirige a la tropa a otra sala de control, Les
toca esperar una hora y media hasta que todo el grupo pasa los controles de
identificación. A Rebocato le cierran hasta tres ventanillas cuando le iba a
tocar turno (palabrita del niño Jesús) de tal forma que su mujer ha pasado el
control hace rato y él continua probando suerte y poniéndose en cola de nuevo y
barrunta que está gafado.
Hay por allí un personaje el cual a un niño díscolo le coge de la oreja y casi le levanta en vilo tirando de ella, Rebocato al contemplar la escena se traslada 50 años atrás cuando eso era cotidiano en nuestro pueblo castellanoviejo. Mas tarde, verá a una madre, con tres hijos pequeños que no paraban de enredar a su alrededor, sacudir –sin recato
alguno– una colleja monumental a uno de ellos. Mano santa en ambos casos, efectividad plena con la aplicación de la psicología infantil.
Una vez pasados los controles, recogen el equipaje
facturado y sale todo el grupo y la guía del aeropuerto en busca del bus que
les trasladará hasta el hotel ubicado en el centro de la capital moscovita
donde, por cierto, no se vislumbran moscas.
LA PERTINAZ PUERTA:
Ya en el hotel, son las 03:30h cuando
reparten habitaciones al grupo y las castigadas gentes suben, tarjeta/llave en
mano, a las habitaciones asignadas.
Rebocato y señora llegan a
su habitación y aquel introduce la tarjeta/llave en la ranura aparente de la
puerta de la habitación, saca la tarjeta, se enciende el led verde, se oye el
ruido característico de cerradura abierta y con su mano derecha bascula el
picaporte de la puerta y…..¡sorpresa! la puerta no se abre. Repite la operación
de nuevo y el led piloto se queda en rojo y la puerta no se abre. Prueba con la
otra tarjeta y todo va perfecto hasta que acciona el picaporte y la puerta permanece
impasiblemente cerrada. Lo intenta de nuevo y led rojo.
Le dice a su santa que
espere allí con las maletas y él baja a recepción donde se encuentran las dos guías
(la nacional de aquí y la rusa de por allí) departiendo animosamente con los
dos muchachos de recepción. Rebocato expone su problema en castellano (no lo
intenta en ruso porque lo desconoce y escribir en cirílico le cuesta) y acto
seguido le vuelven a activar las dos tarjetas/llaves y enfila hacia los
ascensores deseando pillar la piltra de una maldita vez.
Llega a la puerta de la
habitación prueba con una tarjeta y la puerta sigue sin abrirse, prueba con la
otra y lo mismo. Ya un tanto soliviantado vuelve a bajar desde el piso 12 a la
planta 1 (En Rusia la planta baja no existe) cruzando los dedos para que, ya
puestos, no se quede encerrado en el ascensor. En recepción vuelve a decir que
no se abre la puerta y que si se va a pasar, lo que queda de noche, viajando en
ascensor.
Uno de los tovarich
descuelga el teléfono y habla con alguien, el otro vuelve a activar las
tarjetas a Rebocato.
Al rato aparece un muchacho
de unos 25 años que Rebocato interpreta que es el botones Sacarino. Aunque
físicamente nada se asemeja a este ya que mide casi dos metro, tiene un pelo
negro espelujado, chaqueta mal abotonada, corbata torcida y cara de recién
despertado por teléfono y, por lo tanto, de pocos amigos.
Le dan al desastrado una
tarjeta/llave maestra y se dirige con nuestro amigo al ascensor. Ya delante de
la puerta recalcitrante Sacarino le hace gestos a Rebocato para que haga la
maniobra de apertura, nuestro amigo mete una de las tarjetas en la ranura, la
saca, se enciende el led verde y se oye el sonido de la cerradura. El botones
con cara de triunfo intenta abrir la puerta y se queda con un palmo de narices,
la puerta no cede. Prueba con su tarjeta maestra y ocurre lo mismo. Se la tiene
que enfundar, coge una maleta, Rebocato la otra y se bajan los tres a
recepción. Maldito viaje, rumia para sus adentros nuestro sufrido y ya casi
irascible amigo.
En recepción buscan por el
ordenador habitaciones libres y asignan a nuestra pareja amiga una habitación
en la planta 13 (menos mal que Rebocato no es supersticioso). Suben con Sacarino y esta vez la puerta de la habitación se
abre.
Pie de foto.- Hall y aparatos elevadores del hotel
de Moscú donde Rebocato se pasó una bonita madrugada viajando en ellos arriba y abajo.
Rebocato reza con el fin de
que, para rematar la noche, no se prenda fuego el hotel.
Son las 04:00h y casi
empieza a amanecer.
PD.- Días después las fuerzas de ocupación de la Guardia Civil toman El Prats y, ni el Govern de Catalunya (en occitano: Govèrn de Catalonha) ni los independentistas, se
quejan al respecto. Barruntamos que los de la CUP andarán de vacaciones y por
principios no volarán desde El Prats, campando allí, a sus anchas, la Benemérita.
HistoriasdeRebocat.o@agosto-2017
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